El mejor periodismo deportivo del mundo

Buscar la verdad en el periodismo deportivo, la objetividad, la coherencia, la investigación, la honestidad, la veracidad, la información, las formas…conceptos, todos ellos, sobrevalorados. Ahora se lleva otra cosa. Si usted, estimado/a amigo/a, quiere ser periodista de deportes y ahora está en el aula o en el bar de la universidad esperando emular, algún día no muy lejano, las hazañas bélicas de Manolo Lama, JJ Brotons, Fredo Relaño, Roncero, Manolete, Diegotorresro, Santisegurola, Palomar, Pipi, Bobby G, Nicolasito Pertusato, Pacocari, Giñaki Cano, Pericopablo Sanmartin, Victor Farinelli Lozano, Frijolito, el Molécula, Mediahostia Meana o Violento Panocha, le aconsejo que lea las siguientes (humildes) líneas. Estudie, sáquese el título universitario, aprenda inglés, hágase un master o dos…y después olvídese de todo y grábese a fuego los siguientes principios.

Varios popes del periodismo deportivo
Varios popes del periodismo deportivo

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Es usted un intermediario entre el futbolista y el aficionado. Usted va a las ruedas de prensa y a las zonas mixtas después de los partidos para saciar el ansia viva del aficionado, que no puede vivir sin conocer la opinión del ídolo. Explote este argumento hasta la saciedad. Y si el futbolista o el club de marras le ponen trabas, hágase la víctima. Diga que a usted le da igual que Fulanito o Menganito hagan o dejen de hacer declaraciones. Diga, también, que usted va a seguir comiendo y durmiendo exactamente igual. Y diga que sus inteligentes preguntas, del tipo de “¿oye, Fulanito, qué has sentido al marcar el gol de la victoria?”, lo único que pretenden es acercar el ídolo al aficionado. Remate afirmando que los que pierden son los aficionados y no usted. Emule a Giñaki Cano como aquella vez que dijo que si les cerraban los clubes ellos vivirían de las tertulias que se montasen. Diga que solo quiere servir al aficionado que se pirra por conocer las declaraciones de gente tan ilustrada como Neymar o el Gerardo Piqué. Afirme, sin ponerse colorao, que el aficionado, las noches de marras, no puede dormir, intranquilo, por no haber podido oír aquello de “no hay enemigo pequeño”, “nos dejamos la piel en el campo”, “perdimos la concentración”, “nos conjuramos en el vestuario”, entre otras grandes respuestas a otras grandes preguntas; todas ellas, preguntas y respuestas, que pasarán a la posteridad.

2_

Si se va a especializar en el mundo del fútbol, es muy importante y absolutamente necesario, si quiere pasar por objetivo e imparcial, que se aprenda un mantra fundamental. Imagine usted que acaece el usual y grave error arbitral a favor del Barcelona, por ejemplo. Si está enfrascado en una tertulia usted tirará de “los árbitros siempre favorecen a los dos grandes”. Desde ese momento está usted en el bando de los políticamente correctos. En ese saco cabe todo. Triunfará. Por cierto, decir que uno es del Atleti, también añade un plus de objetividad que le justificará para decir o escribir todo tipo de disparates y sandeces. Así, por ejemplo, podrá ser un firme de defensor de ese entrenador que tira balones al césped para interrumpir jugadas (o se vale de niños para ello), intenta agredir a jugadores o da collejas a los árbitros, entre otras lindezas que no vienen al caso, y nadie nunca pondrá en tela de juicio su profesionalidad. Nadie le reconvendrá aunque se comporte como un forofón descerebrado y un hincha sin seso. ¡Ah! y ser forofazo de La Roja es lo que más puntúa. Eso sí, cuando en ciertos sitios se silbe el himno, la bandera y al jefe del Estado, usted, chitón o le llamarán facha.

3_

Cuando usted entreviste a alguien famoso (jugador, directivo o entrenador) y quiera preguntarle sobre algún aspecto incómodo surgido de alguna de las infinitas tertulias de cotorras, lo hará de manera impersonal. Por ejemplo, puede que algunos de sus compañeros y/o amigos tertulianos hayan puesto a parir a Zidane en alguna de las muchas tertulias en las que intervienen, afirmando que el francés no tiene ni puta idea de táctica. Entonces, si por un casual, tiene la oportunidad de entrevistarle y le quiere preguntar al respecto, podría preguntar del siguiente modo: “se dice, se comenta, se rumorea que usted no prepara tácticamente lo partidos, ¿cuál es su opinión al respecto?” Si el francés le devuelve la pregunta y le requiere para que le aclare dónde se escucha tal cosa, usted podrá echarle la culpa a las redes sociales y al twitter. No falla.

4_

Ha de ser usted poliédrico. Es decir, puede afirmar en su puesto de trabajo habitual que Gareth Bale es peor jugador que Jesé y puede, caso de ser invitado al canal de RMTV, hablar maravillas de Gareth Bale sin mencionar para nada su peyorativa comparación con Jesé. Los hay que tienen la jeta-pedernal y que son capaces de decir una cosa y la contraria en el mismo sitio donde trabajan y casi al mismo tiempo. Usted verá, yo no se lo aconsejo, demasiado grosero y evidente. La gente suele darse cuenta de esas cosas. También los hay que dicen una cosa cuando trabajan en un sitio y que dicen otro cosa totalmente contraria al ser despedidos. Tampoco se lo aconsejo. La vida da muchas vueltas. Mi consejo es que vaya soltando cagarrutas allá por donde va pero siempre teniendo en cuenta para quién está opinando. Puede ir a una emisora catalana y ponerse las botas y después, puede ir a una emisora madrileña y rebajar el discurso o cambiarlo. Santi escribió un artículo incendiario, para La Gazzetta dello Sport, poniendo a parir al Madrid, a sus aficionados, a los ciudadanos y a las instituciones y políticos madrileños. A pesar de la contundencia del mensaje, ya en Madrid, nunca lo volvió a repetir en los mismos términos y lo edulcoró a modo. En realidad, le resultaba bastante desagradable que le recordasen el tema del famoso artículo. Y sigue viviendo en Madrid y trabajando (y cobrando) en una empresa madrileña. Hágame caso. Opine ad hoc y triunfará.

5_

En alguna ocasión pudiera ocurrir que un compañero tertuliano diese una información contraria a otra que usted hubiera dado ya o que fuera a dar. Esto es poco importante. En estos casos usted siempre dirá que no pone en duda la veracidad de la información del compañero y tal, pero que su información es, simplemente, diferente, sin más. No le importe echarle cara, aunque su información sea totalmente contraria a la de su compañero; aclare y engañe con “son informaciones complementarias”, aunque sean agua y aceite peleando en vaso de cristal.

6_

Nunca, nunca, nunca ponga en duda una información de un compañero suyo, ni aunque haya constancia palmaria de mentira. Mucho menos si viene de un jefazo. Si es menester juéguese sus manos en alguna lumbre imaginaria. Diga o escriba que si lo dice el Marca, por ejemplo, entonces lo afirmado va a misa. No se preocupe, no pasará nada. Si duda de mi consejo, le recuerdo el caso de la hernia de Bale. Han pasado tres años largos y ni uno solo de los que intervinieron en aquello, directa o indirectamente, ha reconocido jamás la mentira, mucho menos, ha pedido perdón. El 99.99% de los periodistas (de cualquier empresa de comunicación) siempre ha evitado hacer referencia al tema. Un tal Matallanas, del As de la Prisa, nos anticipó que Bale se operaría la famosa hernia el verano pasado. Famosas aquellas palabras de Mediahostia Meana: “creo antes al Marca que a los médicos del Real Madrid”. Ninguno de aquellos ha conocido la cola del paro a consecuencia de aquella no-información. Sírvale de ejemplo. Si denuncia la mala praxis los problemas los tendrá usted y no el denunciado.

7_

Corolario del anterior. Un periodista nunca se inventa noticias ni miente. Cuando tenga conocimiento de algún rumor, noticia o cotilleo, por muy disparatado que le parezca y aunque sepa a ciencia cierta que es mentira, nunca le eche las culpas del desbarre al periodista. Simplemente la culpa la tendrá un ser intangible que se la metió doblada al ingenuo periodista. Quedará usted genial. Decir aquello de “el periodismo no se inventa las noticias” le granjeará simpatías en el sector. Recuerde las palabras de Pacocari: “el periodista no miente, se equivoca”.

8_

No le importe convertirse en expedidor de títulos y certificados de “El mejor del mundo” en cualquier categoría. El mejor central del mundo, el mejor portero del mundo, el mejor lateral izquierdo del mundo, el mejor jugador de la historia…y así. Sobre todo en aquellos casos en los que el protagonista pudiera tener algún “detalle” con usted. Si el protagonista es español, no he de decirle que no solo puede conceder el título de mejor del mundo, es que debe hacerlo, esto puede acarrearle grandes beneficios en su relación con la Federación del Fúrbol y los Álbitros. No se corte ahí. No solo otorgue títulos y certificados entre profesionales del deporte. Haga otro tanto con compañeros de profesión y así “maestro de periodistas”. Lo piense usted o no lo piense, eso es lo de menos. Sí, eso se llama pelotear, pero no se preocupe, todos son pelotas.

9_

Haga infoficción. El término no es mío, se lo leí a un periodista mexicano de cuyo nombre no me acuerdo. La infoficción consiste en, por ejemplo, predecir fichajes de jugadores que nunca se darán y de los cuales usted no tiene ni puta idea, pero da igual. También consiste en hacer lo que hace, y valga la muestra, De Soria. Tengo que aclararle que para hacer ciertas cosas se necesitan capacidades actoras que no tiene todo el mundo. No todo el mundo está capacitado para hacer el gilipollas y ser creíble, salvo que se sea gilipollas en cuyo caso no es necesario actuar. Usted verá. Al respecto solo le digo que la infoficción suele reportar pingües beneficios. Ahí tiene usted el caso del Manolete, Bobby G o De Soria. Aunque a usted le parezca imposible, tienen su cuota de clientes y, barrunto, les va muy bien. Sí, ya lo sé, hay que ser muy ingenuo y algo más (y peor) para creerse un fichaje anunciado por el Manolete, pero oiga, que de todo tiene que haber en la viña del señor. Si lo de la Ouija coló, ya me dirá usted.

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Aunque solo sea por no destacar y no ser señalado, usted debe pasar en determinadas condiciones y circunstancias por un tipo cobarde y rastrero. No se preocupe porque, salvo algunos oyentes o televidentes que ya nunca más le volverán a escuchar o ver, nadie le reprochará nada. Así por ejemplo, suele ocurrir que es habitual hacer una entrevista a un personaje famoso que suscita cierta controversia, por ejemplo, Álvaro Arbeloa. Si usted es de los que ha puesto al espartano de vuelta y media, puede optar, el día de marras, por quedarse en casa bajo cualquier pretexto. También puede armarse de valor y acudir al lugar de los hechos. En tal caso, lo que suele hacer el periodista especializado es permanecer oculto en un rincón del estudio sin abrir la boca y asistir, impávido, a la entrevista que le estén realizando sus compañeros. Llegará el momento en el que la entrevista acabe y el invitado se vaya. Entonces usted, ya sí, al calorcillo de la tertulia, expondrá sus argumentos y reproches al invitado (ausente). No se preocupe, nadie dirá nada malo de usted. Es práctica habitual, entre los profesionales, achantarse cuando tienen delante a alguien del que han hablado muy mal y seguir hablando muy mal de ese mismo personaje, una vez desaparecido de la escena.

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Está de más que se lo diga, pero si cumple a rajatabla todos mis consejos, vaya preparándose para concentrar su trabajo en la asistencia a tertulias (fundamentalmente nocturnas) y a escribir artículos de opinión (con el tiempo se ganará usted el privilegio de que se los escriban los becarios). Es decir, se convertirá usted en opinador full time. Con la ventaja de que nadie le exigirá que conozca datos, historias e informaciones. Solo cierta verborrea y retórica. Podrá hablar usted de lo que quiera. De IVA’s, de contratos, de precios de traspasos, de intereses financieros, de sueldos (da igual que sean brutos o netos), de hacienda, de juicios, de manos blancas, de sorteos amañados o de conspiraciones. Puede, incluso, hablar de fútbol como si fuera un experto o de tácticas y estrategias como si fuera un entrenador. Más a más, podrá dormirse y roncar con alcachofa en directo. Al cobijo del paraguas de la corporación, hasta podrá insultar usted a directivos, entrenadores y jugadores si se da el caso. Y nadie le despedirá.

Si todas las cosas expuestas le parecen repugnantes y no está dispuesto, lo siento amigo/a, estudie Filosofía, albañilería, fontanería, Derecho, tauromaquia, Ingeniería de Caminos o váyase al seminario de Toledo. Usted no ha nacido para hacerle la competencia al Manolete.

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