Perded toda esperanza: Crónica de un robo al PSG en el Nou Camp

Dicen que en “Infierno”, uno de los tres libros que componen  “La Divina Comedia” de Dante Alighieri, la inscripción “Perded toda esperanza” ilustra las puertas del Averno como aviso acerca de lo que les espera a los infaustos condenados al fuego eterno.

Pues bien, esa misma sensación es la que tengo en estos momentos apenas unas horas después de tratar de rumiar de alguna forma lo vivido anoche en el Nou Camp entre el FC Barcelona y el PSG, en la vuelta de octavos de final de la Champions. Esto es, que hay que perder toda esperanza de cambio y que todo sigue igual en este putrefacto sistema.

Un partido que, sin duda, pasará a la historia del fútbol. Pero no como los culés y la inmensísima mayoría de los medios de comunicación nacionales piensan. Es decir, como una gesta heroica, una hazaña maravillosa digna de ser glosada por los siglos del siglos.

Lo cierto es que todo es mucho más simple. Lo vivido anoche es ya pura historia del fútbol pero de la más negra y repulsiva, dejando a lo ocurrido en aquel inolvidable 6 de mayo de 2009 en Stamford Bridge como en una mera secuela de “Aterriza como Puedas”.

La victoria de ayer del Barça por 6 goles a 1 sobre el PSG debería entrar por derecho propio en los anales del fútbol como el episodio más chusco y lamentable, desde el punto de vista arbitral que yo recuerdo (y peino bastantes canas).

Un gol, el primero, en posición francamente dudosa de Luis Suárez. Cinco minutos de prolongación injustificados, dos penaltis a favor del FC Barcelona que no son -especialmente el último- y a los que añadir una expulsión perdonada a Neymar en el minuto 64 por una clarísima agresión a Marquinhos.

Pero por si esto fuese poco, el colegiado alemán Deniz Aytekin dejó sin señalar dos penaltis en contra al Barça, a cuál más escandaloso. El primero, por una mano de Mascherano nada más empezar el partido, con 1-0 a favor de los culés y el segundo, más sangrante aún, por un clarísimo derribo del mismo Mascherano a Di María con 3-1.

Curiosamente, se trata de circunstancias que marcaron profundamente el devenir del encuentro porque toda estas jugadas se produjeron cuando el Barça estaba volcado en el área parisina y en pleno toque de corneta, lo que habría sido un duro golpe moral para los culés y no un acicate como supuso, por ejemplo, el falso penalti que dio lugar al 5-1 en el minuto 90.

Entre otras cosas, porque de haber sido expulsado el jugador que luego, 20 minutos después marca el cuarto y el quinto gol y asiste maravillosamente a Sergi Roberto para la consecución del sexto tanto, resulta difícil imaginarse que el Barça marcase tres goles en los últimos siete minutos.

¿Que Emery no ayudó en nada con su planteamiento cagón y repulsivamente cobarde, impropio de un equipo con la grandeza del París Saint Germain? Eso no lo duda nadie. De hecho se pudo ver cuando el equipo francés estaba con el agua al cuello, con el 3-0 en contra y, por fin, decidió salir de su cueva y descolgar del larguero a sus 10 jugadores de campo.

Fue dar un paso al frente, recuperar tan solo un poco de su fútbol fulgurante y, aprovechando su velocidad, en cuatro zarpazos, mandó un tiro al palo, marcó un gol, falló una ocasión estrepitosa ante Ter Stegen e incluso fue objeto de un penalti que hasta los vendedores de cupones de España pudieron ver.

Por eso pienso que, en buena lógica, si al técnico vasco le quedase aún un gramo de vergüenza, debería presentar su dimisión más pronto que tarde. O ser cesado hoy mismo por el Jeque y vetarle a Emery el acceso a suelo parisino aunque sea para visitar Eurodisney con su familia, de vacaciones.

No sin antes, eso sí, presentar una queja formal ante la UEFA por el arbitraje, puesto que un despido sin más de Emery sería admitir, de facto, que el único culpable de la eliminación habría sido Emery y eso no es cierto en absoluto.

Nada nuevo bajo el sol de la UEFA

Evidentemente, la nefasta dirección técnica del equipo francés no fue la más deseable. Pero desde luego no debe distraernos del hecho que el robo fue de los que hacen época y una mancha negra, negrísima en la nueva dirección de la UEFA, de su nuevo presidente Ceferin y de su nuevo responsable arbitral, el mítico Pierluigi Collina.

Y es aquí donde empieza mi desazón. Porque creí firmemente en que soplaban nuevos tiempos, vientos de cambio en el máximo organismo federativo europeo. Que, por fin, podríamos dejar atrás años de corrupción arbitral, en un sistema podrido hasta el tuétano, en el que el favorecido siempre era el mismo.

Sin embargo, veo que pese a todo, la vida sigue igual y el poder del Barça en los comités y altos estamentos sigue siendo infinito y sus tentáculos, a pesar de todo, siguen manchando el más elemental fair play y la mínima limpieza deportiva.

De ahí que recomiende para los demás lo que ya me aplico personalmente. Perded toda esperanza. No hay futuro. Todo sigue siendo oscuro, un auténtico agujero negro, un pozo ciego, una ciénaga de corrupción federativa en la que seguirá habiendo dos varas de medir y dos formas de entender el Deporte.

Una, la normal, en la que los equipos juegan con los mismos elementos básicos y reglas del Deporte. Pero también habrá otra, en la que hay un equipo que, haga lo que haga, seguirá jugando con las cartas marcadas. De modo que, cuando el Deporte les deje sin argumentos para luchar, siempre les quedará el “comodín de la llamada” para solventar sus problemas dentro del campo por métodos extradeportivos.

Por tanto, insisto en que lo de ayer me ha hecho reflexionar y siento que tampoco hay esperanzas en Europa y que el régimen, a pesar de los cambios cosméticos realizados, sigue corrompido hasta las cachas y nada va a cambiar y que necesitaremos dar el 120% cada partido para compensar este “desbalance arbitral”, que diría el ex-presidente culé, Rosell.

Una lucha de titanes

Por este motivo, coincido abiertamente con aquellos que anoche, tras el partido, expresaban por Twitter la necesidad imperiosa de poner en valor el hecho de haber ganado dos Champions League, dos, en tres años. Algo que, visto lo visto, no sólo es una hazaña deportiva sino una auténtica heroicidad en sí misma.

Yo había perdido esa esperanza en España, donde a pesar de los miles de escándalos, algunos de ellos de índole penal, acucian a Villar y su corte de palmeros (dirigida por Joan Gaspart y Sánchez Arminio), manda con puño de hierro el NacionalBarcelonismo desde hace casi ¡30 años!. Sin duda, todo un Régimen, algo sistémico.

El problema es que seguiré sin recuperarla en tanto en cuanto, el principal aspirante a suceder al “corruptérrimo” Villar no es otro que Jorge Pérez.

Y es que el candidato opositor fue durante años mano derecha de Villar y pretende imponer como responsable arbitral al inefable Iturralde González, un antimadridista declarado de los pies a la cabeza. De modo que mucho me temo, si se va Villar, saldremos de Málaga y entraremos de cabeza a Malagón.

La desvergüenza de los medios: ¡Caretas fuera!

Evidentemente, para que pueda subsistir por tantos años un sistema como éste, es imprescindible la existencia de un aparato de propaganda que subvierta las cosas y tape su verdadera realidad.

Debemos hablar, pues, de la figura del cooperador necesario en estas trapisondas que es la prensa, sin la cual, nada o muy poco de esto estaría pasando. Un silenzio stampa cobarde y cómplice, perfectamente coordinado con el sistema y tendente únicamente a no contar lo que pasa.

Y en ese aspecto, he de decir honestamente que el Barça se mueve como pez en el agua. Como máximo baluarte del nacionalismo catalán, el Barça goza de un mecanismo propagandístico colosal.

Infiltrados en todos los medios, han hecho de la mentira y la manipulación un arte, de modo que cualquier profesional puede ser culé pero ninguno puede decir que es madridista y han erradicado todo vestigio de madridismo de periódicos, emisoras y cadenas de TV.

Todo lo más, se han hecho con una serie de estómagos agradecidos, madridistas disfrazados que, por supuesto, siguen la corriente de opinión mayoritaria de los medios, guardándose muy mucho de abandonar la “línea pastoral del centro”, que diría Richard Dees. Cito como ejemplos a gente como Raúl, Valdano, Helguera, Sanchís, Morientes, Tomás Guasch, Gallego, etc.

Gracias a estos tipos, se ha desarrollado en torno a este sistema una especie de Matrix, una realidad alternativa con la que borran cada día de un plumazo la verdad, construyendo un universo paralelo, donde nada de lo que vemos existe realmente.

La indignidad por bandera ante el Barça-PSG

Sin embargo, eso que todos sabíamos desde hace años, y es que los medios -en su inmensa mayoría antimadridistas- en un ejercicio casi diario de indignidad profesional, le hurtan la verdad a sus oyentes y lectores, ayer fue elevado a otro  nivel.

Y es que el cinismo, la caradura y la doble vara de medir mostrada por los profesionales de la desinformación vividos anoche fueron de tal calibre que se puede decir que han alcanzado cotas casi de auténtico arte.

De hecho, sólo unos pocos profesionales en menos medios aún (Oier Fano, Siro López, Vicente Azpitarte, Juanma Rodríguez y, sorprendentemente, José Damián González) se han atrevido a decir que lo vivido anoche en el Nou Camp fue un atraco comparable al asalto al tren de Glasgow.

El resto, todos decidieron con la mayor de las desfachateces, que anoche no tocaba hablar de arbitrajes.

Empezando por la infame retransmisión de Bein Sports España, sectaria, parcial, que incluso -aunque ya nos tenga acostumbrados a ello- hurtó repeticiones de jugadas polémicas contra el Barça, “su” Barça como el penalti de Mascherano a Di María.

De hecho, anoche asistí atónito a un ejercicio de sectarismo brutal en dicha cadena, con su periodista a pie de campo, un tal Ricardo Rosety, sobrino de aquel gran comentarista de los 80 llamado Gaspar Rosety.

Dicho personaje, azote de madridistas y acerado entrevistador, que pregunta con inquina sobre las jugadas polémicas a favor del Real Madrid a sus entrevistados, calló anoche como una momia de la V Dinastía y no preguntó a nadie sobre la actuación del colegiado alemán.

Pero es que no quedó ahí la cosa. Llevando el concepto de “periodismo de bufanda” a niveles insospechados en nuestro país, el tal Rosety incluso se permitió posar en directo con una bandera barcelonista al final de la retransmisión. Imagino que por si a alguno aún le quedaban dudas sobre de qué pie cojeaba..

El doble rasero, el leitmotiv del nuevo periodismo

En un ejercicio de desvergüenza mayúscula, estos farsantes de los medios se negaron a mencionar, ni siquiera de soslayo, referencia alguna en sus comentarios al robo sufrido por el PSG  y lo que es más disparatado, dijeron que “no tocaba”, que no era momento de hablar de arbitrajes.

Hay que tener una jeta de platino iridiado para que esos mismos que hace apenas dos semanas arrojaron la sombra de la corrupción porque vieron a un delegado arbitral salir con una bolsa del Real Madrid y se pasaron 10 días hablando del penalti de Bruno en El Madrigal el día del Villarreal-Real Madrid, ahora nos vengan diciendo que hablemos de fútbol, no de arbitrajes, que eso es el que realmente les importa.

Y no me refiero a radios o televisiones, donde ayer, un desatado Josep Pedrerol incitaba a hablar sólo de fútbol y de espectáculo y, tras admitir que era roja lo de Neymar, tuvo las santas pelotas de decir que aunque le hubiesen dejado con 10, el Barça habría ganado igualmente. O, admtiendo que el penalti del 5-1 era un piscinazo infame de Luis Suárez, tuvo el tupé de afirmar que había que pitarlo porque era una pena que un equipo que había luchado tanto quedase eliminado.

Y qué decir de esos presuntos expertos arbitrales que como Pedro Martín y Muñiz Fernández en la COPE, el citado Iturralde en la SER o Andújar Oliver en Radio Marca decían que Clos Gómez había estado sobresaliente en el Clásico y no influyó en el marcador y que el alemán de ayer lo hizo de cine.

De hecho, su ridiculez ha llegado a tal extremo que, mientras Andújar Oliver negaba que la coz de Mascherano a Di María fuese penalti, el propio Mascherano confesaba en antena que había cometido falta en dicha jugada. Pero claro, entre creer a ese sabio experto arbitral y al protagonista, qué sabrá Mascherano…

Han aplicado la más rancia “Ommertá” siciliana y han hurtado a sus oyentes y lectores de una parte de la información sobre lo ocurrido que, lejos de ser excluyente, es perfectamente compatible con las otra dos patas del banco. Esto es, el infame planteamiento de Emery y el entusiasmo y la ambición blaugrana por el triunfo.

Pero de ahí a glosar como si fuese un cantar de gesta el atraco con nocturnidad de anoche y negar la evidencia hay un abismo. Y además de una falta grave en su ética profesional, sus modos y maneras, tergiversando la realidad y envolviéndose en la bandera de “lo único que nos interesa es el fútbol”, cuando es lo que menos les interese, es secillamente vomitivo.

Otro motivo más, pues, para perder la fe en que esto vaya a cambiar, al menos, a corto plazo. La única esperanza que me queda, remotamente eso sí, es que la nómina de perjudicados por este Régimen NacionalBarcelonista es ya tan amplia, que alguien dé un puñetazo en la mesa y ponga punto final a esto.

QUizás, en otro mundo, en otra dimensión y con otra prensa, esto cambie. Mientras tanto, espero que al menos, eso de ganar una Liga de ocho se deje de decir con tanta ligereza y se le dé a nuestro equipo el valor y el reconocimiento que realmente tiene el hecho de luchar hasta el final con estos mimbres.

2 comentarios en «Perded toda esperanza: Crónica de un robo al PSG en el Nou Camp»

  1. Estoy de acuerdo con lo dicho, si no hay justicia ni seriedad no habrá respeto y mucho menos ética profecional.

    Que dios nos libre de todo fraude y hurto en este deporte, que es el más hermoso del mundo.
    Gracias.

  2. Es un articulo completisimo … escrito desde “la clase” que siempre ha distinguido al Real Madrid y sus seguidores … sin insultos y reconociendo la grandeza deportiva de nuestro principal rival, independientemente de que esté siendo favorecido por un “sistema” !!!

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