Vaya añito, ¿eh? Que si Morata próximo balón de oro, que si “Ney” abandona el gran país pequeñito, que si Mbappé —del que pongo la mano en el fuego al decir pocos saben su nombre— y el tema estrella del mes de agosto en el que ya casi estamos.
¿Dejamos al equipo en primera o lo descendemos de cara a la próxima campaña? Ya que la voz de muchos madridistas —a pesar de ir a partidos de verano— in situ vale más que la del club y ven estos partidos como relevantes e indicadores de títulos futuros. La verdad no sé si a estas alturas ya está preparado el barco para que la gente empiece a subir y bajar. Desde luego oír comentarios del señor Carreño no solo del RM sino de Karim, Bale, Case te hace comprender muchos de los comentarios que se oyen en el Bernabéu y diálogos de bar.
“Le duele la bota”
“Si están arriba no están abajo”
Son solo algunas delicatesen del periodismo, al menos el deportivo. Esa carrera con tanto paro por que la objetividad te resta créditos necesarios para darte el título. Pero volviendo a lo nuestro, ¿de verdad merece tanto drama los resultados hasta ahora? Venga, podéis decirlo en alto, o durante la ducha, ningún TuitStar que se precie os oirá, solo vosotros. Solo los aficionados sabrán si el Real Madrid es algo más que modas, comentarios periodísticos o rivalidad en el trabajo.
Solo la mezcla de todo puede generar una sensación que palpita en el pecho desde el día antes del partido. Se puede ir al campo a desahogarse, a evitar la consulta con el psicólogo a base de gritos, a sucumbir la falta de sexo a base de buen fútbol, pero…, decidiros. El Real Madrid seguirá ahí, vivir su grandeza en primera persona como ahora puede que no, atreveros a decidir en qué bando queréis estar y recordad: siempre, contra todo y contra todos. Pero dejando las veletas a un lado.
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