¿Qué hay de nuevo, viejo?

Así parece verse el partido desde el banquillo del tempo blanco. Repanchigados. Una derrota frente a un rival que, le pese a quien le pese, es inferior. Por Historia, juego, palmarés, jugadores, vitrinas y meramente su nombre, así lo demuestra aunque algunos quieran ignorarlo. No solo es el banquillo —lo parezca o no—, es la afición, los jugadores, la directiva y hasta ayer frente al Betis, Zidane.

¿Qué hay de nuevo, viejo?

Sí, os oigo, que de ser así partidos como el del Betis se ganarían. Más con la vuelta de CR, más con el resultado del día anterior del Barça y menos, con la excusa de los árbitros, los palos, o la pegada de nuestros jugadores. Hasta leí que Karim tenía la culpa aún sin jugar. Poderes especiales lo llaman. Sea como fuera, tenga razón quien tenga, ya estamos en descenso, por puntos, posición en la tabla y resultados de otros equipo. La prensa es el enemigo, decían; los periodistas son los culpables, señalaban; no poner de titular a Asensio, insistían. Muy bien, se aceptan todas las opiniones, pero teniendo en cuenta que puede —y solo digo puede— que el Real madrid está por encima de todo eso, la titularidad o no por decreto de un jugador es solo un mero dato. O quizá haya que pedir la vuelta de Casillas para explicarlo.

¿En serio? ¿De verdad ya hemos vuelto a lo mismo, cuando no se perdía frente a un equipo que no fuera Barça o Atlético desde 2011? Igual habría que hacer más ruido contra el Atlético con un entrenador que casi no puede llegar a fin de mes con su sueldo. Ya, una cosa es el equipo del pueblo y otra, el equipo de Franco. Ni qué decir tiene de un equipo que no quiera ser del mismo país.

Al final, como se pregunta de manera retórica en el título, no hay nada nuevo. Las aguas vuelven a su cauce. La corriente sigue llevándose a más aficionados. Igual no lo son del Real Madrid, ni del fútbol… solo de tener algo de que hablar en el trabajo. Ese que siempre hacen bien, como deberían hacer los jugadores y entrenador. No negaré que hubo fallos que no me esperaba, que no entendí decisiones técnicas pero ¿quién soy yo desde un portátil, un sofá o una localidad para juzgar? No veo los entrenamientos, ni cómo están los jugadores que no tienen recambio claro, por tanto tengo que asumir lo que veo y mirarlo con la mente abierta y lejos de opiniones interesadas.


 

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