Crónica Celta de Vigo 2-4 Real Madrid | Jornada 12 Liga Santander

Importantísima victoria madridista en Balaídos | Celta de Vigo 2-4 Real Madrid

Celta de Vigo 2-4 Real Madrid: “Benzema y la pírrica victoria”

Cuentan que a finales del siglo II a.C., el monarca griego Pirro de Epiro venció a los romanos en la famosa batalla de Heraclea pero sufrió tal cantidad de bajas que cuando finalizó dicha contienda exclamó: “Otra victoria como ésta y tendré que regresar a Epiro yo solo”.

A partir de ahí se acuñó el término “victoria pírrica” y eso es lo que vivió el Real Madrid ayer en Balaídos, un campo habitualmente hostil  y con un rival, el Celta de Vigo, que, a pesar de su conocida animadversión al Real Madrid, nunca -al menos que yo recuerde- había planteado un partido tan duro, extremadamente violento en ocasiones y que provocase más bajas…

Con un equipo, el de Mohamed (ayer sustituido en el banquillo por su segundo, Lema, debido a una sanción), que planteó el partido más como una batalla, una guerra cuerpo a cuerpo, que como un mero encuentro de fútbol.

El Celta se mostró más preocupado por el contacto físico que de jugar al noble deporte de la pelota, el protagonista volvió a ser un tristemente habitual en estas lides como es el colegiado Undiano Mallenco.

El navarro llevó a cabo un infecto y sibilino arbitraje, marcado por una permisividad extrema hacia la dureza del Celta, que si bien acabó con 10 debió haber terminado con menos jugadores e incluso mucho antes, y por un exasperante doble rasero a la hora de castigar las acciones de los madridistas.

Una dureza extrema, insisto, rayana en la violencia que no fue castigada por Undiano con entradas merecedoras sin duda de tarjeta roja y que se fueron al limbo.

En este sentido, cabe decir que una de estas entradas, en concreto una brutal entrada por detrás de Maxi Gómez mandó a Casemiro al banquillo al poco del arranque.

Esta durísima entrada de Maxi Gómez lesionó a Caasemiro | Celta de Vigo 2-4 Real Madrid

Pero es que hubo otros jugadores como Bale, que acabó con el tobillo derecho como una bota después de recibir una tremenda coz sin balón de , Benzema, que sufrió una escalofriante entrada a la rodilla o Alvaro Odriozola, cazado en dos ocasiones, acabasen el partido doloridos y con suerte de no haber acabado en la enfermería como su compañero.

Pero es que, debido precisamente a la dureza y exigencia del encuentro, Solari perdió a dos jugadores más durante el encuentro debido a sendas lesiones como fueron Reguilón y, sobre todo Nacho, que es de todos los “heridos” de esta batalla de Vigo, el que se llevó la peor parte.

Aun así, todo el equipo en su conjunto y con mayor o menor acierto en sus acciones, arrimaron el hombro para llevarse los tres puntos y, pese a la dureza mostrada por los de Mohamed, no le perdieron jamás la cara al partido y tuvieron a un excelso Karim Benzema como faro y guía espiritual en esta batalla.

No obstante, y aun cuando el resultado ha sido favorable y se ha visto una gran actitud en el el equipo, los rivales del Madrid le sigue creando ocasiones con facilidad y sigue habiendo jugadores como Modric, que pese al gran pase que da lugar al primer tanto, estuvo bastante desacertado o Lucas Vázquez, tan voluntarioso como fallón, siguen sin ofrecer su mejor versión.

El festival de Undiano Mallenco

El Real Madrid saltó al césped de Balaídos con una gran actitud, dominando el partido con dos oportunidades casi consecutivas de Karim Benzema en los cinco primeros minutos. Una, a pase de Odriozola cuyo disparo se marchó fuera por poco y otra, apenas un minuto después, que repelió perfectamente por bajo Sergio.

En estas que llegó la terrible entrada de Maxi Gómez a Casemiro en el minuto 9 y, aunque lo intentó el carioca, tan solo cinco minutos después tuvo que pedir el cambio, dejando su puesto a Ceballos.

Alineación inicial del equipo de Solari | Celta de Vigo 2-4 Real Madrid Real Madrid

Sin el “gancho” habitual de Casemiro en el centro del campo y, a pesar de los esfuerzos de Ceballos, logró encadenar unos buenos minutos de fútbol, en los que tuvo más presencia enel centro del campo y que desembocaron en un testarazo del turco Okay al palo derecho de Courtois a la salida de un córner pésimamente defendido por Ramos en el minuto 19.

Pero lo que son las dinámicas positivas, especialmente en el fútbol, aquella jugada que pudo suponer el 1-0 para el Celta y que, seguramente, en otro momento habría entrado en vez de tocar el poste, el Real Madrid dio el primer zarpazo.

En el minuto 23 Modric se sacó de la chistera un maravilloso pase a la espalda de la defensa viguesa que recogió Benzema y, tras dos regates de ensueño en apenas un palmo de terreno, batió a Sergio por bajo para poner por delante a los de Solari.

En ese momento, el Celta volvió a apretar a un Madrid más replegado y solidario, a la espera de cazar alguna contra aprovechando la velocidad de Bale y el olfato de un Benzema en estado de gracia.

Bouffal puso a prueba a Courtois al filo de la media hora pero el belga sacó muy bien el balón, mientras que Benzema, ocho minutos más tarde, en labores de extremo derecho, se despachó una magnífica jugada con pase de la muerte a Kroos incluido, pero el alemán, inexplicablemente, se llenó de balón y, a puerta vacía, mando el esférico por encima del marco de Sergio.

Espectacular el primer tanto de Benzema | Celta de Vigo 2-4 Real Madrid

En esas comenzó el festival de Undiano Mallenco, al tiempo que castigó a Reguilón por un simple contacto, dejó sin castigo un manotazo en el rostro de Brais a Kroos y sancionó con meras tarjetas amarillas dos entradas criminales de Cabral a Benzema, al que clavó los tacos en la rodilla, y de Hugo Mallo a Bale, al que pateó inmisericordemente su tobillo en vez de al balón, cuando ambas jugadas eran merecedoras de un castigo mucho más severo.

Y para remate, Reguilón pidió el cambio por molestias musculares y, cuando la primera parte llegaba a su fin, tuvo que dejar su puesto a Javi Sánchez, provocando que Nacho, central hasta ese momento, pasase al lateral izquierdo y el joven canterano ocupase su puesto en el eje de la zaga.

Sobrevivir a la adversidad

La segunda mitad comenzó con una nueva muestra del talento desbocado de Benzema, quien ahora desde la izquierda, protagonizó un espectacular slalom que finalizó con un disparo que se estrelló contra el travesaño, después de dejar sentada a media defensa celeste.

Con el partido a punto de alcanzar la hora de juego, Odriozola robó un balón cerca del área celtiña y asistió a Benzema quien, rodeado de jugadores, se inventó una jugada de fantasía y tras batir a Sergio, el balón dio en la base del poste y golpeó en el rostro de Cabral sobre la misma línea de gol para anotar el segundo.

Pero la batalla no había acabado. Ni mucho menos. A los dos minutos de anotar su gol, el Celta acortó distancias y metió más leña a la caldera. Un balón a la espalda de Brais, cómo no, de un depistado Ramos y Hugo Mallo, a la carrera y sin dejar caer el balón, enganchó una gran volea que batió a Courtois.

Y para añadir más épica, en el minuto 67, en pleno zafarrancho del Celta, Nacho se tiraba al suelo, doliéndose de la rodilla derecha tras un despeje. Sin más defensas en el campo ni lo que es peor, en el banquillo, tocaba reinventarse y Solari dispuso que Lucas Vázquez ocupase el lateral izquierdo y Asensio, recién incorprorado al campo, hiciese lo propio en el lugar del gallego.

Sergio Ramos volvió a anotar un nuevo penalti a lo Panenka | Celta de Vigo 2-4 Real Madrid

Y funcionó. Tocaba sufrir, con el Celta apretando y mucho, en los peores momentos del Real Madrid, sin presencia alguna en el centro del campo y con unas ganas locas de que Undiano pitase el final del partido. Pero quedaba mucho tiempo, casi un cuarto de hora y todo apuntaba a que los de Solari acabarían doblando la rodilla.

Courtois sacó una mano impresionante a un disparo lejano de Iago Aspas cuando se cantaba el empate y, al mismo tiempo, Ramos y sobre todo Javi Sánchez, jugándose el tipo, se afanaban en detener las acometidas celtiñas.

Hasta que llegó el minuto 81, cuando peor lo estaba pasando el Real Madrid, Odriozola se internaba en el área y cuando éste perdió el control de la pelota, Juncá pateó el muslo del latera donostiarra, derribándole claramente.

Undiano, contra todo pronóstico, señaló el punto fatídico y Ramos, con su maestría habitual, ejecutó un nuevo penalti a lo Panenka hundiendo defintivamente las aspiraciones del equipo gallego, que aún tuvo tiempo de recibir dos nuevos mazazos.

El primero, a falta de dos minutos para el tiempo reglamentario, Cabral volvía a hacer de las suyas, con un nuevo plantilazo en este caso a Javi Sánchez y el colegiado navarro le mostró la segunda amarilla, dejando -por fin- al Celta con 10.

El segundo, ya con el tiempo cumplido, en forma de misil tierra-aire. Un zambombazo que salió de las botas de Dani Ceballos quien, tras un par de recortes, reventó el balón desde la frontal del área para incrustarlo en la escuadra de Sergio.

Momento en el que Ceballos conecta el chutazo que dio lugar al cuarto gol madridista | Celta de Vigo 2-4 Real Madrid

Aún hubo tiempo para algo más ya que, cuando todos daban por bueno el 1-4, Brais aprovechó un rechace de la defensa para empalmar un disparo que engañó a Courtois y selló el marcador definitivo, unos instantes antes de que Undiano decretase el final de partido y los tres puntos, tres puntos de oro, volasen rumbo a Madrid.

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