Claude Makelele: “El Madrid es el mejor club del mundo, no hay otro igual”

Si ha habido un jugador de esos que marcan una época y que dejaron una huella indeleble en el Madridismo, ése es Claude Makelele. A pesar de que sólo estuvo tres temporadas en el Real Madrid, el centrocampista francés ha sido y es uno de los jugadores más recordados y queridos por la afición en estos últimos años.

Aunque su llegada al club el verano de 2000 quedó eclipsada por el fichaje de Luis Figo y la llegada a la presidencia de Florentino Pérez, su fichaje fue uno de los mayores aciertos en la historia reciente de la dirección deportiva del club blanco.

Procedente del Celta, el Madrid desembolsó 2.000 millones de las antiguas pesetas (en torno a 12 millones de euros) por hacerse con los servicios de un menudo pero fibroso centrocampista francés, de origen angoleño, que venía de hacer una magnífica temporada en el conjunto olívico.

A pesar de no contar con el cartel de estrella que tenían otros jugadores en ese vestuario, Makelele se hizo pronto con el control absoluto del tráfico en el centro del campo madridista,

El francés se convirtió en una especie de semáforo, sin cuya autorización ningún rival podía transitar con el balón, además de una referencia sin la cual, y hasta la llegada de Xabi Alonso y sobre todo de Casemiro, durante muchos años el Madrid perdió gran parte de su ansiado equilibrio.

Makelele se convirtió en el mariscal del centro del campo del Madrid de los Galácticos entre 2000 y 2003 y fue el complemento perfecto de toda una pléyade de estrellas, con las que el Real Madrid dominó en España, con dos Ligas (2000/2001 y 2002/2003) y en Europa, con una Champions (2001/2002), una Supercopa Europea (2002)  y una Intercontinental (2002).

En la actualidad Makelele tiene 44 años y, tras una temporada como asistente de Ancelotti en el PSG y un año de técnico en el Bastia y otra como Director Técnico en el Mónaco, ejerce de ayudante de Paul Clement en el Swansea.

Pues bien, el ex-futbolista del Real Madrid se ha sincerado este fin de semana en Londres, durante un coloquio organizado por la empresa Aspire4Sports y en el que compartió confidencias con el ex-seleccionador inglés Roy Hodgson.

En una jugosísima charla, Makelele no sólo evocó los años en los que vistió de blanco compartiendo banquillo con estrellas de aquel momento como Figo, Zidane, Raúl, Roberto Carlos o Ronaldo Nazario, sino que analizó la actualidad del panorama futbolístico europeo.

Por último, Makelele no dudó en hablar del que todos han dado por considerar al que, casi 20 años después, se ha convertido en su heredero natural en el Real Madrid, que no es otro que el brasileño Casemiro, para el que tuvo palabras de elogio.

Las virtudes de un joven paciente

Pregunta: En un congreso como Aspire4Sports que fomenta el desarrollo del talento, ¿qué consejo le daría a los jóvenes que quieren ser futbolistas?

Respuesta: La paciencia es la clave. Ahora hay muchos entrenadores pero pocos educadores, gente que enseñe a los jóvenes a ser pacientes, a saber esperar. Y hay que tener paciencia, pero es difícil cuando eres joven. Ahora los jóvenes lo quieren todo y lo quieren ya.

P.: ¿El joven Claude era paciente?

R.: Yo tenía paciencia y los ojos bien abiertos. Con 17 años quería aprender, me fijaba en todo: los movimientos, los regates.Tuve la suerte de tener un educador en Francia que siempre me daba buenos consejos y yo escuchaba. A los jóvenes hay que educarles, no sólo enseñarles táctica.

P.: ¿Ahí aprendió los secretos de su posición?

R.: Ese educador también sentía mucho el fútbol. Nos enseñaba movimientos con y sin balón, a correr todos juntos, con un sentido, y a tener complicidad entre nosotros. Todos los días entrenábamos con juegos, sin ser conscientes de lo que estábamos aprendiendo. Aprendí mucho, hay que saber escuchar y tener afán por aprender.

P.: ¿Cuál es el futbolista del que más ha aprendido?

R.: Posiblemente de Mazinho en el Celta. Me enseñó cómo moverme y qué hacer siempre, ese conocimiento táctico que condiciona el juego y la velocidad del equipo. Hay distintas maneras de jugar de 6. Te tiene que gustar trabajar para el equipo antes que para ti mismo.

Un ejemplo de eso es N’Golo Kanté. No para de correr y lo hace siempre sonriendo, es un futbolista impresionante, sin duda uno de los mejores mediocentros del mundo.

P.: ¿Cuál era su secreto para robar tantos balones?

R.: No hay una sola clave. Dos días antes de un partido analizaba al rival junto a mis compañeros y asumía la tarea de anular al futbolista que podía marcar la diferencia (Rivaldo, Kluivert, etc.). Para eso es fundamental la anticipación, adelantarte.

El Real Madrid y Makelele, una pasión interrumpida

P.: De sus compañeros de equipo en el Madrid también aprendería algo: Zidane, Ronaldo, Figo, Roberto Carlos, Raúl…

R.: Por supuesto. En la vida hay genios, gente que anticipa las cosas, como Cruyff en el fútbol. Son jugadores de otro nivel, de otro mundo. Tuve la suerte de tener cerca a dos grandísimos jugadores como Zidane y Ronaldo. En los entrenamientos no paraba de fijarme en ellos para aprender cómo conseguían esa ventaja.

Zidane me ayudó mucho (sonríe) Sinceramente, nunca me avergoncé de que él me hiciese un caño entrenando, porque me fijaba y trataba de estar prevenido para anticiparme en la siguiente ocasión. Así fue como mejoré junto a Zidane. Aprender de los grandes es más fácil si los tienes al lado. Y no sólo para los futbolistas, los entrenadores también aprenden.

P.: ¿Qué recuerdos guarda de sus tres temporadas en el Madrid?

R.: Llegué del Celta y en ese vestuario estaban Zidane, Ronaldo, Roberto Carlos, Figo, Raúl, Hierro… Imagínese. La institución es muy grande y sabes que debes ganar siempre para estar a la altura. Luego están los objetivos personales, que allí eran muchos.

Yo tenía mucha complicidad con todas esas estrellas. No sólo eran compañeros sino también amigos. Del Bosque sabía hacer muy bien su trabajo. Cuando salí del Madrid también salió Hierro, que era el líder de ese vestuario.

P.: A usted también se le respetaba mucho.

R.: Yo tenía otro tipo de liderazgo, el mío era dentro del campo. Me recuerda mucho a Kanté ahora en el Chelsea. Saber cuál es tu papel, cómo tienes que moverte, cómo se mueven tus compañeros y lo que necesitan de ti en cada momento. Es un liderazgo silencioso, y es algo que hay que proteger porque es importante.

P.: ¿Hay semejanzas entre este Madrid con tantas figuras y su Madrid de los Galácticos?

R.: Sí, un poco. Ahora pasa igual, sale uno del banquillo y es otra figura. Me lo recuerda, claro. Y juegan maravilloso, como nosotros.

P.: Usted dejó un buen recuerdo en el Madrid, ¿qué recuerdo dejó el Madrid en usted?

R.: El Madrid es el mejor club del mundo, no hay otro igual. Yo no quería irme, nunca. ¿Cómo voy a querer irme del mejor club, que gana títulos? No estoy loco, el Madrid me dio muchísimas cosas, pero había una situación difícil que no podía aguantar. Y me fui al Chelsea.

P.: Efectivamente, Del Real Madrid se fue al Chelsea.

R.: Sí. El mediocentro es el alma del equipo, la columna vertebral y ellos lo entendieron. Hay que trabajar mucho para el equipo, liderar controlando los movimientos de cada uno. No es fácil saber qué es lo que hay que hacer en cada momento para aprovechar la calidad de tus compañeros.

Casemiro, su alumno más aventajado

P.: En el Madrid actual ese futbolista es Casemiro.

R.: Casemiro juega muy bien. Antes de la final de la Champions en Milán estuve charlando con él en el vestuario. Conoce muy bien la posición en la que juega; el trabajo de mediocentro o hace fácil, con calidad,…

P.: De hecho, le comparan con usted…

R.: Sí, me recuerda a mí. Algunos pensaban que yo sólo corría, pero técnicamente tienes que saber dónde y a qué juegas, y Casemiro es muy listo, siempre bien posicionado. Puede marcar goles porque puede ir arriba, yo no iba con los que teníamos arriba (se ríe abiertamente)

P.: Parece que en el Real Madrid ahora ya se valora más ese trabajo oscuro del mediocentro, no como en su época.

R.: Para Casemiro lo más importante debe ser que sus compañeros reconozcan la importancia de su trabajo. Ese es su trofeo.

P.: Usted lo consiguió de Zidane, Ronaldo, Figo…

R.: Sí, siempre lo tuve. Ellos son los primeros que valoran que tapes huecos, que les des buenos balones. A todos los entrenadores les gustaría tener un jugador así, un mediocentro que siempre piensa en el equilibrio del equipo. Requiere una calidad que no todos los futbolistas tienen.

Makelele y los banquillos

P.: ¿Cómo fue trabajar con Ancelotti de asistente en el PSG?

R.: Muy fácil, yo le veía siempre tan tranquilo y me preguntaba: “¿Cómo lo hará?”. Me enseñó que primero debes conocerte a tí mismo y tus capacidades para luego tratar con los jugadores. Los futbolistas competitivos nunca son un problema, lo son los que no compiten. Y Carlo sabe utilizar a los competitivos para mejorar a los otros.

Aprendí mucho de él, cómo utiliza a los jugadores para mejorar el ambiente del grupo. Y también que debes aprender a través de detectar los errores y superarlos, no eludirlos. Le escuchaba y le preguntaba constantemente por todo.

En un vestuario existen muchos códigos y hay que transmitir bien tus ideas, algo que no es fácil aunque hayas sido futbolista antes. Eso es lo mejor de Carlo.

P.: Hablando de entrenadores, ¿cómo ve al Zidane entrenador?

R.: No me ha sorprendido que lo esté haciendo tan bien. La clave es que se ha puesto al nivel de los jugadores y les entiende, sabe cómo funcionan.

Además de que siempre puede decir: “Eh, que soy Zidane”. Pero manejar un vestuario con grandes jugadores es muy difícil, aunque seas Zidane. Está haciendo un gran trabajo porque es listo.

P.: Desde su óptica actual como entrenador, ¿quién le parece el mejor mediocentro que ha visto?

R.: Ahora hay muy buenos, pero cuando estaba empezando me impresionó mucho Iniesta. Es muy completo, hacía de todo. Un gran mediocentro, que sabe jugar, atacar, es inteligente… También estaba Deco. Ahora no hay tantos así.

P.: ¿Y quién sería más difícil de anular por Makelele, Messi o Cristiano?

R.: Los dos. Lo sé bien porque me he enfrentado a ambos y… ¡¡ufff!! Pero un jugador no puede pararles solo. Son muy difíciles porque son muy completos, muy buenos en muchas cosas.

P.: Por último, ¿su compatriota Mbappé va a ser tan bueno como dicen?

R.: Sí, va a ser bueno, muy bueno. Pero ahora hay que protegerle y evitar las comparaciones. Hay que dejarle jugar y crecer tranquilo.

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