Réquiem por Cristiano Ronaldo: Razones para el acierto en su venta

Parece mentira pero el día de hoy, cautivo y desarmado, me he levantado sin haber podido digerir aún que Cristiano Ronaldo ya no estará entre nosotros ya que en la tarde de ayer se confirmó el rumor que desde hace más de un año han venido alimentando sus palmeros y los de su representante Jorge Mendes.

Sinceramente, he de confesar que mi escepticismo radical, especialmente en lo que a la rumorología de la prensa se refiere, me había llevado a negar contumazmente la posibilidad de que el astro portugués pudiese siquiera plantearse su marcha del equipo que, profesionalmente, le dio la posibilidad y el escaparate para convertirse en el mito en el que se ha convertido hoy día.

Sin embargo, y sin que sirva de precedente, esta vez tuvieron razón y sus mariachis, que por boca de Cristiano Ronaldo y hábilmente manejados por Jorge Mendes, se han pasado más de un año macerando a la opinión pública, aireando su salida, argumentando un presunto malestar del luso por una más que discutible “falta de cariño” para con él con respecto de su Presidente.

El resto de la historia ya es conocida y Cristiano Ronaldo estará el próximo fin de semana en Turín para su presentación ante la afición bianconera, en una operación que sólo el tiempo dirá si fue acertada o no para el Real Madrid.

La venta, todo un acierto por parte del club

Desde el punto de vista empresarial, entiendo que la operación llevada a cabo por el Real Madrid ha sido impecable.

En 2009, el club fichó por 96 millones de euros un jugador de 24 años, estrella en la Premier League y con una increíble proyección internacional, En 2018 se vende al mejor goleador de la historia del Real Madrid y al mejor jugador del mundo por algo más de 100 millones de euros y con una hoja de servicios prácticamente irrepetible, en el inicio de su ocaso deportivo.

Se marcha además un jugador rentabilísimo desde un punto de vista de marketing e imagen de marca, una auténtica caja registradora a nivel internacional que, con la hábil negociación llevada a cabo en su día por la directiva blanca, ha dejado pingües beneficios en las arcas del Real Madrid y le han llevado a su máximas cotas de dimensionamiento internacional.

Motivos para la venta

Ahora bien, la gran duda está en saber si a este Cristiano Ronaldo, cada vez más dosificado en sus esfuerzos y con períodos de bajo rendimiento cada vez más evidentes, por más que globalmente su rendimiento haya sido intachable estos años, el Real Madrid le podría haber sacado más jugo. Y sobre todo, más dinero en cuanto a su venta.

En mi opinión, considero que la venta ha llegado en el momento y por el importe justos, por distintos motivos que expondré a continuación.

1º) 100 millones por un jugador de 34 años es, en sí mismo, una magnífica venta. De hecho, es la venta más alta de la historia del fútbol para un jugador de esa edad.

2º) Cristiano Ronaldo había aprendido que no debía jugarlo todo, y a pesar de que ha acabado las dos últimas temporadas en un magnífico estado de forma, hay que decir que Zidane no pudo contar con él en toda la Copa del Rey y su aportación durante la primera vuelta de la Liga fue sencillamente ridícula, con apenas cuatro goles y unas actuaciones impropias de un jugador de su talla.

3º) Sus períodos de alto rendimiento se han ido reduciendo con el tiempo. Ya en la temporada 2016/2017, que acabó como un tiro, sus mejores registros se produjeron entre marzo y mayo, con una fase de eliminatorias espectacular, que le permitió sumar 15 goles en la Champions, prácticamente todos entre las fase de octavos y la final, en la que sumó un espectacular doblete en Cardiff.

Sin embargo, este año, sus mejores momentos de fútbol se circunscribieron a los meses de febrero y abril, en los que sostuvo al equipo tanto en Liga, marcando 22 goles en la segunda vuelta y sobre todo en la Champions, en los difíciles compromisos ante el PSG y Juventus. Pero su presencia ofensiva y su aportación se fue diluyendo hasta el punto de pasar prácticamente inadvertido tanto en las semifinales ante el Bayern Munich como sobre todo en la Final ante el Liverpool.

4º) Su incapacidad manfiesta de compartir protagonismo con otras estrellas cuya llegada no sólo es sana para aportar competencia y prestigio sino necesaria para afrontar la más que necesaria adaptación o “puesta al día” (aggiornamento, que dirían los italianos) de una plantilla, necesitada de retoques tal y como se pudo ver el último año de Zinedine Zidane en el banquillo.

De hecho, se dice que parte del inicio de este malestar y de esta cacareada “falta de cariño” se produjo porque Cristiano Ronaldo se molestó sobremanera ante unas palabras elogiosas de Florentino Pérez sobre Neymar en la última gala del Balón de Oro, que fueron tomadas casi como una declaración de guerra por el portugués, que no veía con buenos ojos compartir vestuario con una estrella de talla mundial como el brasileño.

5º) Evitar hipotecas futuras, a nivel deportivo y sobre todo económico.

Así pues, da la sensación que el club ha aprendido de casos anteriores con otros jugadores emblemáticos que, debido a hipotecas pasadas en forma de contratos leoninos, han sido fuente infinita de problemas.

Los ejemplos vividos con otras leyendas del madridismo como Raúl e Iker Casillas y el infausto “con todo lo que nos han dado”, han servido para evitar que con Cristiano Ronaldo pase algo parecido, que salieron de forma lastimosa del Real Madrid y obligando al club a pagar hasta el último euro de sus ingentes sueldos para sacárselos de encima rumbo a sus destinos en Alemania y Portugal, respectivamente.

6º) Su casi segura incapacidad de asumir su ocaso, que le ha llevado incluso a decir públicamente que su edad biológica no se correspondía con su edad física, afirmando que, a pesar de lo que dijese su DNI, él tenía 23 años, lo que hace prever que difícilmente iba a asumir una posible suplencia cuando su rendimiento fuese en declive, como es previsible, que unido a un entorno tan poderoso como tóxico, habría hecho de la convivencia un infierno.

El ventajismo en el ADN

Por tanto, he de concluir que, al menos a priori, la venta me parece un completo acierto, no exento de riesgo, eso sí, pero con el convencimiento de que Cristiano Ronaldo difícilmente será el que fue, y no ya este año sino en los venideros. Con todo lo que ello conlleva.

Ahora bien, como diría el inefable José María García, alias “El Butano”, el tiempo es ese juez implacable que da y quita razones y sólo podremos comprobar si finalmente el club acertó o no desprendiénose de su estrella y por esa cantidad.

Evidentemente, que en el caso del Real Madrid, donde todo se somete al tamiz interesado y ventajista, especialmente de la prensa, si la pelotita no entra en este inicio de temporada, serán muchas las voces críticas que se alzarán, diciendo que “con Cristiano esto no habría pasado”.

Voces que, dicho sea de paso, no hace mucho, cuando en diciembre de 2017 el portugués apenas llevaba cuatro goles en Liga, exigían ardientemente su crucifixión y su venta, qué digo venta, regalarlo al primer equipo que pasase por ahí.

El ventajismo está en el ADN del periodismo deportivo español y, desgraciadamente, en parte de la afición madridista, que ya ha alzado sus cuchillos, especialmente en el madridismo tuitero y cuñado, amenazando con tomar al asalto las oficinas del club como Cristiano marque goles (que los marcará porque su clase es infinita) y el Madrid no gane como mínimo el triplete la próxima temporada.

Que nos conocemos, que estamos ante el caso del madridismo y la prensa que en 2009 aplaudió con las orejas las ventas de Robben y Sneijder, y a los que querían poner en la frontera meses antes por su salud de cristal y sus juergas nocturnas y que, como luego la temporada no fue bien, criticaron duramente al club precisamente por venderlos.

Y es que, como dice Richard Dees, una vez vistos los cojones al animal, todos sabemos que es un toro…

Pero, como la venta se hizo ayer, yo quiero atreverme ya a pronosticar no sólo que Florentino Pérez acertó vendiendo en este momento a Cristiano sino, lo más importante, que habrá vida después del portugués, al que eso sí, habrá que estar eternamente agradecido por lo que ha ayudado en devolvernos la grandeza perdida, por más que su salida no haya sido la más elegante.

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