El VAR, la prensa y el doble rasero

Este fin de semana hemos vuelto a asistir al enésimo ejercicio desvergonzado de manipulación periodística con el presunto penalti de Casemiro y la no utilización del VAR por parte de Martínez Munuera que, por lo visto, ha indignado tanto al Atlético de Madrid que incluso le ha llevado a plantear una queja formal ante la RFEF pidiendo una aclaración sobre el uso del videoarbitraje.

Un Atlético de Madrid que, a través del enorme peso en los medios de su presidente, Enrique Cerezo, no tardó en movilizar a todas sus terminales para que, como ocurrió en los últimos enfrentamientos, su particular Brunete mediática venda no sólo que el arbitraje no favoreció a su equipo (que lo hizo, merced a una indecente y totalmente descompensada aplicación del reglamento en lo que a apreciación de faltas y sobre todo tarjetas se refiere) sino que encima benefició al Madrid.

Y a fe que lo están logrando. Todo el aparato mediático de Cerezo, que es muy poderoso e influyente como todos sabemos, ha conseguido retirar convenientemente el foco del desigual rasero a la hora de aplicar el reglamento llevada a cabo por el colegiado alicantino y ponerlo en un presunto penalti de Casemiro que no pitó y provocó la típica catarata de preguntas mamporreras en zona mixta para el “lucimiento” de  jugadores y entrenador rojiblanco y generar debates artificiales en tertulias radiofónicas y chiringuitos varios.

De esta forma, Cerezo y sus mariachis de Prensa Nostra han conseguido que ahora se hable más de esa mano y de la no utilización del VAR, en vez del delirante hecho de que el partido acabó con prácticamente el mismo número de amarillas para ambos equipos cuando el Real Madrid hizo menos de la mitad de faltas.

Vaya por delante que en modo alguno quiero decir que la actuación de Martínez Munuera fuese decisiva para el resultado final. Pero sí que pudo y debió parar la, en ocasiones, violenta actuación de jugadores como Saúl, Koke o Filipe Luis con la misma presteza y contundencia con la que sancionó, por ejemplo, con amarilla a Carvajal por una acción que ni siquiera había sido falta.

Pero no, ahora el Atlético se hace el indignado porque el colegiado no solicitó la ayuda del videoarbitraje y no señaló una mano que, por cierto, es idéntica a la que, por ejemplo, hizo Godín en el Wanda Metropolitano en el derby del pasado año y que Fernández Borbalán no pitó y toda esta purria, al servicio de su amo, convino en admitir que no era en base a toda clase de argumentos (que si no es una mano invasiva, que si Godín no podía quitar la mano de ahí, que si la estaba retirando, etc.).

Una jugada que si no es idéntica se parece y mucho a sendas manos que cometieron en el área culé dos jugadores como Rakitic y Sergi Roberto en aquel “Clásico” de infausto recuerdo de diciembre del pasado año y, curiosamente, también todo el mundo estaba de acuerdo en que no había caso porque se trataba de acciones involuntarias.

O a la de Vezo que Fernández Borbalán, sí, el que no apreció penalti cuando Lucas Hernández le rompió el tabique nasal a Sergio Ramos de una patada, no estimó como  voluntaria a pesar de que cortó un balón de Asensio en el área del Real Madrid en un partido contra el Valencia.  Pero nadie se rasgó las vestiduras ni se escandalizó por aquello.

Todo lo contrario, llorar por esas manos, por supuesto involuntarias, era de perdedores e impropio de un equipo como el Real Madrid…

 

Unos argumentos que, por lo visto, hoy ya no son de aplicación para Casemiro y el Real Madrid y esa mano, que hace prácticamente unas horas, era involuntaria y por tanto, no había lugar para la polémica, resulta que ahora es un penalti flagrante y el VAR tenía que haber intervenido de oficio y decretar la pena máxima contra los de Lopetegui.

No sabemos siquiera qué pudo decírsele a Martínez Munuera desde la sala del VAR en Las Rozas sobre dicha jugada ni tampoco parece tenerse claro que, si el colegiado tiene claro que la jugada no es susceptible de infracción por tratarse de una situación interpretable, no cabe la intervención del VAR.

Pero qué más da, la operación propagandística para vender que el árbitro benefició al Madrid está en marcha y la maquinaria, a pleno rendimiento.

De hecho, no recuerdo esta indignación contra un árbitro que no espera a la resolución del VAR para la señalización de un penalti cuando, sin ir más lejos, en el partido inaugural de la presente Liga en el Bernabéu, Estrada Fernández tiró por la calle de enmedio e instó al meta getafense a sacar rápidamente de puerta y no esperar a una posible corrección por parte de los árbitros encargados del videoarbitraje a un claro derribo de Asensio en el área.

Aquella jugada no tuvo más trascendencia en el resultado porque el Real Madrid ganó aquel encuentro pero no dista mucho de lo ocurrido el sábado y, repito, no ví ninguna indignación por parte de los que ahora se rasgan las vestiduras porque Martínez Munuera no esperase al VAR, para una jugada que, para más inri, resulta que hasta ahora no era penalti…

Lo único que sé es que los seguidores atléticos y su directiva carecen de legitimidad alguna para quejarse de un árbitro que les permitió repartir toda suerte de patadas y acabar con once en el campo.

Pero claro, luego nos vendrán con la cantinela de que los medios y los comités son madridistas porque Tebas dijo una vez que era madridista o, como dijo Piqué, en el Palco del Bernabéu se movían todos los hilos. Aunque ni siquiera esos negociados sean competencia de la Liga, pero insulta y difama, que algo queda….

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