Crónica Alavés 1-0 Real Madrid | Jornada 8 Liga Santander

La viva imagen de la desolación madridista tras encajar el gol en el último minuto | Alavés 1-0 Real Madrid

Alavés 1-0 Real Madrid: “Lopetegui, cuesta abajo y sin frenos”

El Real Madrid sigue cuesta abajo y sin frenos, en una peligrosísima espiral de falta de fútbol y, sobre todo, de goles, sumando no sólo su cuarta derrota de lo que llevamos sino su cuarto partido siendo incapaz de anotar un solo gol.

Y un nuevo partido en el que el equipo ha sido víctima de sus propios errores -la forma de defender el gol del Alavés en el último suspiro es un homenaje al despropósito- y de su ausencia casi total de profundidad.

Por este motivo y, como el partido ha sido un calco de otros más recientes, especialmente el de su derrota en Moscú ante el CSKA, no me extenderé mucho en el detalle del partido. Sobre todo y lamentablemente, porque tampoco hay mucho que contar.

Un primer tiempo de más a menos

Con una vuelta al 4-4-2, con las novedades de la vuelta de Courtois a la titularidad y de Ceballos por Asensio, incrustado en el centro del campo, como puerta de enlace con el ataque, integrado hoy por Bale, aparentemente recuperado de sus molestias, y Benzema.

Pero nada de nada. Salvo los primeros 15 ó 20 minutos, en los que se vio a un Real Madrid con ambición y presencia en el terreno de juego, con unos espectaculares Odriozola y Casemiro y con mucha posesión y una cierta velocidad de movimiento de pelota, que hacía correr de un lado a otro a los jugadores del Alavés.

En esos primeros minutos, los mejores sin duda de los de Lopetegui en el partido, el Real Madrid dispuso de ocasiones más que de sobra para abrir el marcador y haberse ido al descanso por delante de un Alavés, que bastante hacía con capear el temporal, muy superado por la presión a la que le estaba sometiendo el equipo blanco.

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Así pues, en el minuto 3 Benzema puso a prueba a Pacheco por vez primera con un disparo desde fuera del área pero su chut, flojo, acabó en las manos del portero alavesista. Quien sí pudo anotar fue Ceballos, apenas un minuto después, tras una gran triangulación entre Modric, Bale, Benzema y el jugador sevillano, cuyo disparo raso y muy pegado a la cepa del poste derecho de Pacheco, le obligó a lucirse con una gran mano abajo, para mandar el balón a córner.

A la salida de dicho saque de esquina, Nacho cabeceó pero no de forma muy limpia pero peligrosa y su testarazo se marchó fuera por muy poco, junto al poste izquierdo del meta alavesista.

Pero estaba visto que no era el día porque en el minuto 8 fue Benzema el que vio cómo Laguardia le arrebataba el gol in extremis, sacando bajo palos un fenomenal testarazo como réplica a un no menos espectacular pase de Odriozola desde la derecha.

La imposibilidad manifiesta de anotar gol, una vez más, se convirtió en una losa para el Real Madrid que, de forma inexplicable, empezó a perder protagonismo en el partido y poco a poco fue cediendo terreno ante un Alavés cada vez más sólido y rocoso atrás.

Si a eso le unimos que el centro del campo, con un terriblemente gris Modric y un Kroos que empezó a contagiarse del mal momento de su compañero, el Real Madrid fue perdiendo la iniciativa en el mediocampo, superado por el empuje del eje alavesista.

El Real Madrid comenzó a mostrarse cada vez más incómodo en la “sala de máquinas”, cada vez más inoperante y el juego de los blancos se tornó en un fútbol plano, lento y previsible, que abusaba del toque por el toque y con una peligrosa y creciente carencia de profundidad.

De hecho y salvo aproximaciones esporádicas, el Real Madrid dejó de tener oportunidades y salvo una falta peligrosa botada por Bale que se estrelló en la barrera, los de Lopetegui dejaron de acercarse al área de Pacheco, aunque a diferencia de otros partidos, sin sufrir demasiado atrás, salvo un balón que sacó providencialmente Varane cuando Ibai se disponia a marcar a bocajarro.

Un desastre de segundo tiempo

La segunda parte arrancó con el cambio de Benzema por Mariano, aunque no por cuestiones táctica como podría preverse, dado el lamentable partido que estaba firmado el francés, sino por molestias en sus isquiotibiales, que aconsejaron su sustitución.

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Sin embargo, lejos de mejorar con la salida de Benzema, el equipo se terminó de venir abajo. Con un fútbol aún más plomizo que en la primera parte, los de Lopetegui se estrellaban una y otra vez contra el muro defensivo que había dispuesto Abelardo y, aunque Odriozola se desgañitaba una y otra vez pidiendo el balón y buscando la profundidad por su banda, nadie en el centro del campo era capaz de abrir la lata.

Es cierto que el Madrid lo intentaba pero de forma muy deslavazada y sin continuidad en el juego, con un juego lento y parsimonioso que impedía la sorpresa. A arreones y con disparos sueltos, como el de Ceballos que detuvo Pacheco en el minuto 51 y una intentona de Mariano a pase de Bale a filo de la hora del partido, un minuto después de que Duarte obligase a lucirse a Courtois tras un duro disparo desde fuera del área.

Buscando solventar esa alarmante carencia de profundidad por las bandas, Lopetegui dio entrada a Asensio por Casemiro en el minuto 61.

Pero el plan no dio resultado dado que ni Modric ni Kroos eran capaces de crear nada de fútbol y su única alternativa eran pases y más pases, una exasperante lentitud en el juego y la búsqueda de un error por el centro, algo casi imposible dada la superpoblación de jugadores blanquiazules en esa zona del campo.

Con el cronómetro avanzando, comenzaron los nervios y los problemas, porque a las lesiones conocidas, se sumó el hecho de que Gareth Bale pidió el cambio por molestias y, aunque tuvo tiempo de mandar fuera un nuevo golpe franco, tuvo que dejar su sitio en el campo a Vinicius en el minuto 80.

Los últimos minutos fueron un quiero y no puedo de los blancos, que no encontraban huecos por donde hincarle el diente a una cada vez más nutrida defensa alavesista, que daba por muy bueno el empate.

Pero como dice el refrán, “a perro flaco, todo son pulgas”, los de Lopetegui no sólo no pudieron marcar sino que en la última jugada del partido, un córner cedido por Odriozola le costó al Real Madrid sufrir, de nuevo, un inmerecido y excesivo castigo.

El córner, botado desde la derecha de la meta de Courtois fue rematado cómodamente en el área pequeña por Sobrino, el balón le dobla las manos al meta belga y, ante la pasividad de toda la defensa, especialmente de Ramos, que estaba bajo palos aguardando un posible fallo de su portero, Manu García remachó sin oposición prácticamente en la misma línea de gol.

Momento en el que Manu García anota el 1-0 en el último minuto | Alavés 1-0 Real Madrid

Demasiado premio, sin duda, para un Alavés que como mucho mereció el empate. Y un castigo durísimo que hunde aún más a Lopetegui, quien firma así el peor arranque del equipo desde hace más de 10 años y con unos números que solo un mal resultado de Barça y Atlético de Madrid, que tienen sendos dificiles compromisos ante Valencia y Betis, podrían maquillar mínimamente.

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