Crónica Real Madrid 2-0 Real Valladolid | Jornada 11 Liga Santander

Vinicius festejando la anotación de su primer tanto como madridista | Real Madrid 2-0 Real Valladolid

Real Madrid 2-0 Real Valladolid: Vinicius tiene la llave

El Real Madrid ha salvado con muchos apuros uno de sus primeros match-ball liguero, el primero de la era post-Lopetegui. Me atrevería a decir que quizás el más importante, por el hecho de romper dramáticamente con una racha negativa, ante un rival duro, muy duro, el Real Valladolid, que le plantó cara a los de Solari en su debut liguero.

Un partido que se le atragantó al Real Madrid, que a diferencia del fútbol más vertical y directo que ofreció ante el Melilla el pasado miércoles, volvió a mostrar su imagen más cansina, aburrida y previsible, tan típica de la última etapa de Lopetegui.

De nuevo jugadores lentos, faltos de forma y con un fútbol ramplón y sin más ideas que tocar y tocar y abrir balones a la derecha para que nadie los rematase, unido a un recital de colocación en el campo y de saber cerrar los espacios por parte del Valladolid, provocaron que el fantasma de un nuevo “pinchazo” en casa sobrevolase el campo durante casi todo el encuentro.

Sin embargo, bastaron 15 minutos con Vinicius en el campo para que todo cambiase. Su sola presencia y su forma diferente de entender el partido fueron suficiente para revolucionar el partido y hacerlo decantar del lado blanco, lo que hace albergar muchas esperanzas de que otro fútbol es posible.

Los mismos “once cabrones de siempre”

A pesar de la pequeña “revolución” en la alineación vivida en Melilla, apenas sí hubo cambios con respecto a épocas pasadas y, como dijo en su dia el inefable John Benjamin Toshack, saltaron al campo “los mismos once cabrones de siempre”.

Solari logró su primera victoria liguera como técnico madridista | Real Madrid 2-0 Real Valladolid

Apenas sí hubo cambios con respecto a la era Lopetegui y, salvo Odriozola en el lateral derecho y Reguilón por Marcelo en la izquierda, con Asensio por Isco, el resto fueron los de siempre y con la misma disposición en el campo. Esto es, un 4-4-2 clásico, con Kroos y Modric en la sala de máquinas y Benzema y Bale.

Los primeros minutos del partido fueron los mejores del Real Madrid, con una cierta rapidez y verticalidad, sin duda, bastante superiores a lo visto hasta la fecha, con Odriozola y Reguilón como estiletes y Benzema como referencia ofensiva.

Así llegaron las primeras oportunidades del Madrid, que dominaba aunque con dificultades el centro del campo. En el minuto 3, un gran pase de Asensio a la espalda de la defensa fue aprovechado por Benzema para cruzar el balón pero, tras tocar levemente en Calero, la pelota se fue ligeramente a la izquierda de Masip.

En el minuto 11 fue Bale el que remató, aunque ligeramente forzado, un gran centro de Reguilón desde la izquierda que Masip atrapó sin problemas y Casemiro, tres minutos después cabeceó por encima del larguero un córner botado por Kroos.

Y apenas unos instantes más tarde, en los mejores minuto del Real Madrid del partido, Reguilón -que hasta entonces estaba siendo de lo más destacable del encuentro- colocó desde su banda y gran pase medido a la cabeza de Benzema, quien completamente solo remató fatal y su testarazo, mordido y muy blandito, acabó en las manos del meta pucelano.

En el minuto 18, hubo una jugada bastante polémica cuando Gil Manzano, contra el criterio habitual del VAR con los fueras de juego, detuvo un ataque de Bale que se quedaba solo frente a Masip, cuando se ha determinado que hay que dejar la jugada hasta el final…y que para más “inri”, no era.

Benzema no estuvo acertado de cara al marco | Real Madrid 2-0 Real Valladolid

Y a partir de ese momento, el Real Madrid comenzó a diuirse como un azucarillo. Las posesiones madridisas se empezaron a hacer más lentas y espesas y a desaparecer el peligro.

En paralelo,los de Sergio González poco a poco se fueron haciendo con el control del centro del campo y a acercarse cada vez más a los dominios de Courtois, hasta ese momento, convertido en mero espectador de excepción de partido.

Hasta que llegó el minuto 32 y el primer gran susto para los blancos cuando Suárez vio el eterno agujero del centro de la defensa y apareció Antoñito para plantarse sólo ante Courtois, pero el atacante del Valladolid elevó en exceso el balón por encima del belga.

Los de Solari ya no volvieron a crear más peligro, aunque se le reclamó un posible penalti sobre Bale al rematar de cabeza un excelente centro de Asensio desde la izquierda. El galés no sólo fue claramente desequilibrado por Nacho, que se desentiende del balón sino que además le propinó un claro codazo en el costado, que le dejó bastante dolorido en su caída.

Posible penalti de Nacho sobre Bale que el árbitro no concedió | Real Madrid 2-0 Real Valladolid

Ya no hubo tiempo para más en la primera mitad salvo otro susto al filo del descanso para el Madrid a cargo del turco Ünal, quien solo ante Courtois  no llegó a rematar un gran pase de Suárez y para un disparo alto de Modric.

Vinicius y la fuerza del sino

La segunda parte comenzó sin cambios y con un guión parecido. Un Madrid espeso, incapaz de doblegar el poderío físico y táctico del Valladolid en defensa y, sobre todo en el centro del campo, donde sólo Casemiro era capaz de imponer algo de criterio ante la “muerte en vida” de Kroos y Modric, absolutamente desaparecidos todo el partido.

Los de Pucela, perfectamente asentados en el campo, llevaban al Madrid justo donde querían, esto es, a las bandas donde la defensa vallisoletana, a base de dos contra uno frente a Odriozola, Reguilón, Asensio o Benzema, cuando asomaba por ahí, siempre eran superados.

Aun así Casemiro dispuso de dos oportunidades casi consecutivas en los minutos 53 y 54. Primero rematando en el área pequeña un gran pase de Kroos que desvió ligeramente Calero a córner y después, con un gran disparo desde la frontal del área que obligó a lucirse a Masip con un magnífica mano abajo.

Casemiro estuvo a punto de anotar un gran gol pero su disparo lo detuvo Masip | Real Madrid 2-0 Real Valladolid

Por eso, y ante la lentitud y espesura en el juego blanco, Solari se animó a mover el banquillo pero, de forma inexplicable, un poco antes de la hora de juego, el técnico argentino quitó a Casemiro para dar entrada a Isco.

Aquello fue como abrir la Caja de Pandora para el Real Madrid, ya que la salida del campo del centrocampista brasileño descosió por completo a los blancos por el centro. Ni Kroos ni Modric (y mucho menos Isco, que cayó a la banda izquierda) fueron capaces de llenar ese espacio en el mediocampo, que fue rápidamente aprovechado por el Valladolid, que encontró una auténtica autopista para sus jugadores.

Los de Sergio se hicieron con el control del juego y aprovechando esa enorme oquedad en el centro del campo comenzaron a crear cada vez más peligro aunque esta vez los postes, enemigos de los blancos durante toda la temporada, ayudaron a evitar el desastre.

Nada más salir Casemiro, el balón llegó sin problemas hasta la zona de ataque pucelana y, tras recibir a placer de Suárez en la frontal del área, Alcaraz se despachó un tremendo misil que reventó el el larguero de la portería de Courtois, metiendo el miedo en el cuerpo a todos los presentes.

Un minuto más tarde, Courtois tuvo que emplearse a fondo para detener un buen disparo abajo de Toni Vila, que aprovechó un nuevo hueco en la defensa para plantarse solo ante el belga.

Pero es que el equipo pucelano, aprovechando la comodidad del centro del campo, aún tuvo otra gran oportunidad. En el minuto 66, un nuevo zapatazo lejano, en este caso de Toni Vila, volvió a encontrarse con el travesaño.

Solari buscó en ese momento una solución ofensiva con Lucas Vázquez, que entró en el campo por Bale, despedido entre algún que otro pito, pero aquello lejos de funcionar embarulló aún más el juego. El gallego no dio una a derechas, incapaz de desbordar y perdiendo infinidad de balones en su lucha contra el entramado defensivo pucelano, cada vez más sólido.

Bale, rodeado de contrarios, no tuvo su mejor día | Real Madrid 2-0 Real Valladolid

A falta de un cuarto de hora para el final y, con la sombra de un nuevo pinchazo liguero sobrevolando el estadio, Solari optó por jugarse su última carta, dando entrada a Vinicius por Asensio y esta vez sí, el argentino dio con la tecla.

En cuanto Vinicius puso el pie en el césped pronto se vieron cosas diferentes. En vez de intentar centros insulsos por la banda y jugadas casi imposibles, con ese fútbol de toque cansino que estaba llegando a cabo el equipo, el brasileño ofreció desborde y ruptura por el interior.

Así, en el minuto 82 tuvo que ser Vinicius quien trazó una diagonal de manual por la banda izquierda y su disparo a puerta, con mucha fortuna (la que, por ejemplo, nos faltó ante el CSKA o el Levante) rechazó en la espalda de Kiko Olivas y se coló junto al palo para hacer el empate.

Pero aún hubo tiempo para la sentencia y de nuevo con Vinicius como protagonista. En el minuto 88 una internada del brasileño por su banda acabó con un gran pase interior a Benzema, que cayó en el área derribado claramente por Calero.

Gil Manzano no se lo pensó y señaló el punto fatídico, no como instantes antes cuando Nacho era derribado claramente por su tocayo pero el colegiado no quiso saber nada de la jugada. El lanzamiento de Ramos, a lo Panenka, supuso el 2-0 y la tranquilidad para una afición que había sufrido de lo lindo hasta entonces.

Sergio Ramos marcó el penalti a lo Panenka | Real Madrid 2-0 Real Valladolid

Sin tiempo para mucho más, el partido tocó a su fin. Como la racha negativa del Madrid, tras cinco partidos consecutivos en Liga sin conocer la victoria y los primeros tres puntos que acaban en la buchaca de Solari en su debut liguero y ante su público.

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