El fácil camino del antimadridismo

Tras la espectacular remontada que consiguió ayer el Real Madrid en escasos 30 minutos, la bilis del antimadridismo volvió a brotar de la nada y en cantidades incalculables. En esta ocasión, los portavoces fueron el habitual Piqué y un nuevo invitado, Fernando Roig.

Todos coincidimos en que el Villarreal vapuleó a los de Zidane en una primera parte para el olvido. Seguramente, también lo hagamos en que la actitud y juego del Madrid, y tras la entrada de Isco en la segunda parte, dieron un giro de 180º. Y de nuevo, habrá una coincidencia en que Fernando Roig ha escogido el camino más fácil e inteligente.

De Piqué todos nos lo esperábamos. Ya sabemos que el verbo “pensar” no está entre sus favoritos a diferencia del de “dar la nota”, y al dejarle con la miel en los labios, tuvo que expresar de esa manera la inmensa rabia que le carcomía. Pero que Fernando Roig, presidente de un club que ha llegado a ser investigado por el posible amaño de un partido, se ponga a insinuar que los árbitros estaban “comprados” por el Madrid, no deja de ser curioso.

antimadridismo

Ese posible amaño se refiere al partido ante el Sporting de Gijón, en el cual el Villarreal mostró una dudosa actitud que valió al club asturiano para mantenerse en la categoría. En aquella ocasión, Roig despidió a Marcelino como entrenador y le señaló como culpable de los ataques e insinuaciones de amaño hacia el submarino. Desde luego que fue la mejor opción posible, el presidente se lavó las manos y cedió todos los “honores” a quién, hasta ese momento, había dirigido a su equipo.

Tampoco se han oído quejas del dueño de Mercadona cuando su club remontó al Barcelona (2-2) en un encuentro en el que el colegiado no se percató de un paradón de Bruno ante un disparo culé. Sí, un centrocampista fue protagonista por su gran estirada dentro del área.

De nuevo, Roig guardó silencio cuando el Villarreal sumó un punto gracias a un inexistente penalti a su favor y otro clamoroso no pitado en su contra, en esta ocasión, ante el Málaga. No le convenía hablar, y haciendo gala de su capacidad intelectual, no lo hizo.

Sin embargo, ayer sí tenía que decir algo. El rival que le quitó una victoria que ya estaba en manos castellonenses había sido el Madrid. Y claro, la excusa más cómoda es la del “robo”. Al presi amarillo se le debió de olvidar el penalti que cometió un jugador de su equipo tras un remate blanco que tocó en la mano del defensor. Aunque la falta de repeticiones televisivas pudo ayudar a este desliz.

También omitió el fuera de juego no señalado en el gol de Bakambu y en el que, por cierto, tampoco se hizo mucho hincapié a pesar de las tecnologías que tanto abundan.

En resumen, Fernando Roig tomó el camino del antimadridismo. Ante la falta de autocrítica solo queda la excusa, y esta fue su decisión. Una decisión que él mismo sabía que iba a ser respaldada por todos aquellos que odian al Real Madrid.

Era lo más fácil. Y quizá lo más inteligente. Ni es el primero ni será el último en respaldarse en la táctica del “así gana el Madrid”, pero que no le quepa duda de que, en la remontada de ayer, lo único que influyó fue la calidad de 11 jugadores que mostraron en el campo todo un ejemplo de lucha y entrega (a diferencia de los primeros 45 minutos).

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