Real Madrid 1- 1 Tottenham: “Empate a emoción y paradas”
El Real Madrid cerró la ida de la fase de grupos de la Champions League con un empate ante el Tottenham en el Santiago Bernabéu, en un intenso e igualado partido en el que los dos grandes protagonistas fueron sus respectivos porteros.
Tanto Keylor Navas como Hugo Lloris salvaron a sus equipos gracias a varias intervenciones de auténtico mérito, en un encuentro que, si bien fue dominado por el Madrid territorialmente, vio cómo el sistema defensivo planteado por Pochettino, con cinco hombres atrás, se le atragantó sobremanera a los de Zidane.
Es más, a pesar de lo que digan los datos de posesión, el Tottenham se mostró como un equipo muy peligroso, que le hizo bastante daño jugando a la contra, gracias entre otras cosas a la movilidad de un tipo absolutamente en estado d e gracia como es Harry Kane y la labor de brega de Fernando Llorente y la inteligencia de Eriksen.
Una defensa numantina y un gol de penalti, lo más destacado en la primera parte
El partido comenzó con un Madrid con la intención de dominar el partido a base de tocar y tocar, con fluidez en el juego y con las bandas como principales bazas ofensivas. Sorprendió Zidane una vez más en su alineación dando entrada a un jugador como Achraf en el lateral derecho en lugar de Nacho, un jugador infinitamente más experimentado que el joven defensa marroquí pero, sin duda, con menos profundidad.
Y pronto se pudieron ver los frutos de ese esquema de juego cuando, a los cinco minutos, una internada por la banda derecha del propio Achraf, muy voluntarioso y luchador durante toda la noche, culminó con un centro medido a la cabeza de Cristiano Ronaldo pero el balón se estrelló en el poste derecho de Lloris.
Lo realmente lamentable es que el rechace le cayó a Benzema quien, desde el punto de penalti y con el portero galo batido, no supo aprovechar ese regalo y mandó el balón fuera, en un fallo absolutamente clamoroso cuando lo más sencillo era haberlo introducido en la redes de Lloris.
Continuó el Madrid dominando el partido, moviendo el balón sin apenas oposición, aunque sin demasiada profundidad, ya que tanto Achraf como sobre todo Marcelo, estaban siempre en inferioridad a la hora de tratar de desbordar a la poblada defensa londinense.
Aun así, en el minuto 16 el Madrid volvió a disponer de una magnífica oportunidad cuando una perfecta triangulación en la frontal del área del Tottenham entre Benzema, Modric y Cristiano acabó con un magnífico disparo raso del portugués, que se marchó rozando el poste.
Sin embargo, un par de minutos más tarde llegó la primera gran oportunidad del Tottenham, en una de sus pocas incursiones en el área madridista. Fue a la salida de un córner botado por Eriksen y que Kane remató a placer prácticamente en el área pequeña pero su remate fue desviado acrobáticamente por Navas.
Cuando se llegaba al minuto 20 del partido, se produjo la primera polémica de la noche cuando Casemiro arrolló a Fernando Llorente cuando éste pugnaba con Navas por un balón en el área del guardameta pero el colegiado polaco Szymon Marciniak no señaló nada.
A medida que iba avanzando la primera parte el Madrid fue perdiendo fuelle y poco a poco la circulación del balón se iba haciendo más lenta y parsimoniosa, con un juego tan previsible que los de Pochettino tenían todo el tiempo del mundo para recolocarse. Además, viendo que el equipo local había bajado varios enteros la intensidad de su presión, poco a poco empezó a desperezarse y a salir con cada vez más rapidez y peligro a la contra.
Y así fue como, al filo de la primera media hora, en una incursión de Aurier por la banda derecha, tras el enésimo fallo de concentración defensivo de Marcelo durante el partido, finalizó con un gran balón al corazón del área blanca que remató de tacón Harry Kane y el rechace impactó en la bota de Varane, que desvió la pelota al fondo de su portería.
El gol le dio alas al Tottenham que, apenas un minuto después y, en pleno desconcierto defensivo del Madrid, tuvo la oportunidad de abrir brecha pero el disparo lejano de Aurier.
Tras varios minutos de desajuste, el Madrid recuperó el balón y dio un paso hacia delante, traducido en una excelente jugada del ataque blanco que culminó Isco con un gran disparo que obligó a Lloris a hacer la primera gran parada ed la noche.
Entre el empuje del Madrid y que el conjunto londinense dio un paso atrás, los de Zidane fueron embotellando cada vez más al Tottenham que, a pesar de todo, se defendía con orden y desbarataba una y otra vez los centros bombeados que lanzaban desde las banda, buscando la cabeza de Cristiano Ronaldo sin ningún éxito.
Sin embargo, cuando todos dábamos por hecho que los de Pochettino se irían al descanso con ventaja en el marcador, se produjo la segunda jugada polémica de la noche. Corría el minuto 42 cuando Aurier se fue al suelo de forma aparatosa para cortar una incursión de Toni Kroos en el área del Tottenham y, aunque es cierto que tocó el balón, también se llevó por delante al centrocampista alemán y el colegiado no dudó en señalar penalti, ante las protestas de los jugadores británicos.
Como no podía ser de otra forma, el lanzamiento de la pena máxima lo ejecutó Cristiano Ronaldo de forma magistral, engañando a Lloris y anotando su quinto gol de la presente temporada en Champions League . Sin más, el partido se fue al descanso.
Lloris y Navas, protagonistas destacados en la segunda parte
La segunda mitad comenzó con un guión muy similar al de la primera parte. Dando por bueno el empate, los de Pochettino le dieron el balón al Madrid pero cerró todos los espacios posibles, convirtiendo cada ataque en una sucesión cada vez mayor de balones a la olla que acababan por regla general desviados por la centradísima y, sobe todo, contundente defensa del Tottenham.
Sin embargo, en el minuto 55, en una de la pocas veces que uno de estos pases lograron superar la muralla londinense, un centro de Casemiro desde la derecha fue rematado de cabeza por Benzema pero el francés, que no tuvo ayer su día, estrelló el balón contra las piernas de Lloris, en una nueva gran intervención del meta galo.
Al filo de la hora de partido, Ronaldo dispuso a continuación de otras tres oportunidades para adelantarse en el marcador de forma casi consecutiva.
En el primer caso su disparo desde fuera del área se marchó por encima del larguero tras una pared con Casemiro. La segunda ocasión llegó cinco minutos más tarde cuando Casemiro abrió el balón a la espalda de la defensa del Tottenham, dejando al portugués completamente solo ante Lloris pero su disparo, duro y colocado a la escuadra pero el meta galo sacó una mano inverosímil para mandar el balón a córner.
Por último Ronaldo. tras una gran jugada personal, volvió a poner a prueba a Lloris con un gran disparo al que, de nuevo, el portero francés del Tottenham respondió con una gran intervención.
A partir de ese momento y, como le ocurrió en la primera mitad, el Madrid empezó a desfondarse físicamente y, lo que es peor, futbolísticamente. El Tottenham empezó a volver a sentirse cómodo y soltó un par de zarpazos que metieron el miedo en el cuerpo a los aficionados.
En el minuto 70 una contra perfectamente llevada a cabo por Llorente habilitó a Kane, completamente desmarcado tras ganarle la espalda a Marcelo y su disparo cruzado era desviado milagrosamente por Navas con la yema de sus dedos cuando se cantaba el 1-2 en las gradas.
Un susto que aún no se había pasado cuando dos minutos más tarde, una nueva jugada de ataque londinense pésimamente defendido por el Madrid permitió llegar a Eriksen prácticamente hasta el área blanca y su disparo, pegado al palo, fue desviado de nuevo por Navas en una espectacular parada.
En ese momento, el Madrid parecía un equipo absolutamente desnortado y para el que Zidane no parecía encontrar alternativas en el banquillo ya que no sólo no apuró los tres cambios sino que las dos sustituciones llegaron tarde y mal. Asensio por Benzema en el minuto 80 y Lucas Vázquez por un desdibujado Isco en el 86 no aportaron nada y el partido se murió con unas merecidas tablas en el marcador.
Sin embargo y lejos de lo que pueda parecer, este resultado unido al sorprendente empate entre el Apoel y el Borussia Dortmund en Nicosa, deja a los dos equipos como líderes destacadísimos de su grupo, de modo que será el duelo que se vivirá en dos semanas en Wembley el que dirimirá con total seguridad cuál de los dos equipos pasará como primero de grupo a octavos de final.
