Mbappé&Mpapá y el cagaprisismo


Con la venia.

Estamos a primeros de noviembre y ya hemos tenido la crisis de todas las temporadas. Hasta puede que la volvamos a repetir este mismo año. El carácter cíclico de estas crisis anuales debería servirnos de lección, pero no hay manera. Todos los años es lo mismo. Los mismos argumentos o parecidos. Los mismos berrinches. El mismo proceder. Nos sorprenderíamos si comparásemos las cosas dichas o escritas hace un año con las cosas dichas o escritas en éste. El comportamiento de una gran parte de la afición del Madrid es, igualmente, cíclico.

Como dos gotas de agua, oigan. Hasta en los fichajes. El año pasado fue Pogbá. Este año ha sido Mbappé. Muchos comentarios de este verano parecían sacados del almacén del copia&pega del año anterior. Después pasó lo que pasó y el viento pareció borrar la memoria de todos aquellos que bramaron por la no llegada de Pogbá. Pero no, otra vez estamos aquí. Esta vez un poco peor que el año pasado porque el equipo camina algo más dubitativo. Peor o mejor, da igual, la situación sigue desprendiendo un tufo a deja vu que espanta.

Y ha sido aprovechado, claro. Por el antimadridismo, en general, y por una extraña parte del madridismo que confunde el culo con las témporas y las críticas con los deseos. El club tuvo a bien no darle a un pipiolo de 18 años otros tantos millones de euros para que viniera a Valdebebas (teniendo el magro currículo de haber jugado al fútbol de élite durante un semestre escaso). Todo ello con el anexo de los 180 millones de euros que costaba el muchacho y que, además, venía con el pack completo: Mpapá. Y así fue como el binomio Mbappé&Mpapá se hizo con un ejército de mojabragas, sin haber pisado ni una puta vez el césped del Bernabéu. Mojabraguismo que, a su vez, procedió a inventarse muchos argumentos e hilarantes justificaciones. Nos contaron que Mbappé nunca quiso 18 millones, es decir, que estaba dispuesto a venir por un bocata de sardinas en aceite chorreantes envuelto en papel del As de la Ouija, si le garantizaban muchos minutos y, preferiblemente, titularidad. Nos dijeron que al muchacho no le importaría renunciar a los 18 millonazos de eurazos que le daba el jeque si, llegado el caso, el Madrid le garantizaba el tema minutaje y que, como no se dio el supuesto, el muchacho, con todo el dolor de su corazón, se vio obligado a aceptar a regañadientes los 18 millonazos del jeque. Ahora, todas las mañanas se fustiga dándose billetazos de 500 euros en la espalda.

De poco debieron valer los argumentos de tener un entrenador como ZZ, dispuesto a darle minutos y minutos y que, seguramente, terminarían por llevarle a la titularidad en uno o dos años. Poco debieron llenarle los ojos, esas vitrinas, esa historia y esas 12 Copas de Europa. Y de nada sirvieron los consejos que alguien debió darle proponiéndole prudencia y paciencia: el dinero y los títulos serían suyos. Pero no hubo manera, era el Madrid el que debía haber rogado, suplicado e implorado a un imberbe de 18 años y a papá para que nos hicieran el enormérimo favor de venirse p’aEspaña. Y el Madrid no lo hizo, claro. Con todo el sentido común de su parte. La parte de la afición del Madrid adoradora de cromos veraniegos y cagaprisista, no se lo ha perdonado al club y ahora cada fin de semana es una tortura que satura las redes sociales de trileros ventajistas. Cuando no marca Morata, marca Mariano y cuando no, tenemos a James dando asistencias. Y siempre nos quedará Mbappé dispuesto a hacer un sprint, una frenada prodigiosa o una asistencia aún más prodigiosa. Y los pedos de Mpapá huelen a Channel nº 5.

El Madrid hizo una mala pretemporada, que para eso están las pretemporadas. El personal, desengañado porque su cromo favorito no estaba en la colección, empezó a montar la bronca en twitter y otros lugares. Los pretemporeros. Llegaron las supercopas y los pretemporeros huyeron a otros mundos lejanos, escocidos por la ausencia del ídolo y por el hecho de tener que asumir que, tal vez, el club hizo bien no queriendo pagar más dinero a un niño de 18 años que a hombres que le habían dado tres Champions League. Pero la felicidad tenía fecha de caducidad. En mi opinión, el club se exprimió en las supercopas y decidió reservarse para más adelante. A consecuencia de ello, cayeron los primeros malos resultados y las primeras derrotas. Y entonces volvieron los pretemporeros por mor del mal juego, la bajísima forma de los jugadores, lesiones, alguna decisión no muy acertada del entrenador y las ausencias de los que se fueron y las de los que no quisieron venir. O sea, más o menos lo mismo de todos los años.

Y han vuelto fuertes, aunque nunca se fueron demasiado lejos. “Ganar solo 1-2 al Getafe es una vergüenza”, literal. Leído en el twitter el 14 de octubre a eso de las seis o siete de la tarde. Ese es el nivel. Los resultados son muy malos porque no se ha planificado bien ni se ha fichado bien.

Este asunto es uno de los aspectos que más me fascina de una gran parte del madridismo. Es el cagaprisismo y básicamente consiste en ganar las Champions y las Ligas en octubre o, como muy tarde, en noviembre. El cagaprisismo es independiente en sí mismo pero combinado con la eterna insatisfacción provocada por ese jugador que no está porque se quiso ir o porque nunca quiso venir, puede dar lugar a una bomba de racimo de destrucción masiva. Con James, Morata, Mariano y Pepe la vida sería maravillosa. Y ni cuento si se hubiera traído a Mbappé&Mpapá. Y yo les advierto: no se lo crean. Si la cosa hubiera ido mal con todos esos en plantilla, sin más fichajes que el niño Mbappé, el cagaprisismo hubiera argumentado que no se ha renovado la plantilla como se hubiera debido hacer. Que ya nos conocemos.

¿Qué hay de cierto en las quejas del cagaprisismo? Si analizamos someramente los números, hay poco o muy poco de cierto. Tomemos los diez primeros partidos de la temporada pasada y comparémoslos con los diez de ésta. Sí, ya sé que se ha jugado una jornada más, no obstante, las conclusiones varían muy poco con un partido de más o de menos.

Diría que es lo más coherente, comparar magnitudes homogéneas. Algunos se ha quedado con el último tercio que hizo el Madrid la temporada pasada y todo lo comparan con ese período. Eso es hacer trampas al solitario. Lo lógico es comparar los mismos períodos, dado que la preparación parece ser clónica de un año a otro. No tiene ningún sentido comparar al Cristiano de ese último tercio con el Cristiano de ahora. Por cierto, el nivel de juego del Madrid en esos diez primeros partidos de la temporada pasada, también fue bajo. Así pues, procedamos empezando por lo más fácil.

Cagaprisada nº 1: Si estuviera Pepe, no encajaríamos tantos goles. Sea pues. El Madrid tiene 9 goles en contra en liga en la presente temporada. El año pasado, a estas alturas, tenía 10. Pepe, en esos diez partidos, jugó 474 minutos (52,67% del total) y en esos partidos con Pepe, el Madrid encajó 6 de los 10 goles recibidos. Añado: Pepe jugó, finalmente, 13 partidos en toda la temporada y en la parte mollar de la misma (últimos 12 partidos) Pepe jugó la pírrica cantidad de 2 partidos. Vallejo a poco que se ponga o le pongan, mejorará al Pepe 16/17 sin lugar a dudas. Y que no me sea tramposo el cagaprisismo, no vale comparar al Pepe de hace cinco o seis años con Vallejo. Habrá que comparar a Vallejo, cuando juegue, con el Pepe del año pasado que es al que ha sustituido y no al Pepe de 26 años.

Cagaprisada nº 2: Si estuviera James, hubiéramos marcado muchos más goles. En los diez primeros partidos de la temporada pasada, James marcó un gol y jugó un total de 186 minutos (20,67% del total). James, por el que yo hubiera hecho lo imposible para que se quedara, tuvo poco o muy poco que ver en el rendimiento del Madrid de ese primer tercio de liga. Ceballos, al que podemos considerar su sustituto en plantilla, ha jugado 155 minutos y ha marcado dos goles. Tal vez ahí, en su poca utilización, podamos encontrar alguna clave. A poco tiempo más que le hubieran dado a Ceballos hubiera mejorado a James. Pero no ha sido así. Y lo vuelvo a repetir, no me sean tramposos y no me comparen al James de su primera temporada con Ceballos. Esa comparación es irreal. Comparen al James de los diez primeros partidos del año pasado, con el Ceballos de este año. Prácticamente igual, si me apuran, mejor Ceballos.

Cagaprisada nº 3: Lo de Mariano, casi no merece ni mención. Mariano jugó 13 minutos en esos diez primeros partidos y no marcó ningún gol. Pero claro, Mariano (jugador que a mí me encantaba ya en el Castilla) ahora marca una purrela de goles…ante el Guingamp, el Sochaux, el Lille y similares. De aquí el cagaprisismo ha deducido que Mariano se estaría poniendo las botas contra el Valencia, Betis, Getafe o Girona. Y esto es así porque, como todo el mundo sabe, esos equipos cuando juegan contra el Madrid lo hacen a pecho descubierto, al modo de los equipos franceses contra el Lyon. Por cierto, Borja Mayoral ya ha marcado los mismos goles que Mariano la temporada pasada en liga. Tal vez ahí esté otra parte de la clave. Darle a Borja Mayoral los mismos minutos que tuvo el año pasado Morata. Por otro lado, creer que Mariano, el sólo, hubiera levantado el partido de Gerona para darle los tres puntos al Madrid, sin tener oportunidades, me da para pensar que el cagaprisismo fuma, bebe o esnifa sustancias innombrables.

Cagaprisada nº 4: Vayamos con Morata. En esos diez partidos jugó 453 minutos (50,33% del total) y marcó 3 goles. En ese primer tercio, marcó un gol cada 151 minutos de los que jugó. Ustedes mismos. Yo diría que para un delantero centro de los que se dedica a rematar, es una media entre mediocre y muy mediocre, sobre todo jugando en un equipo eminentemente atacante como es el Madrid. Y, por supuesto, nada determinante. Otro dato casi al margen. Intervino en todos los partidos analizados (10), algunas veces de titular y otras saliendo del banquillo. Llegó a jugar 26 partidos de liga. En los 16 partidos restantes, jugó un total de 879 minutos y marcó 12 goles más (hasta completar los 15 totales). En ese tramo, justo cuando el Madrid empezó a carburar, Morata mejoró notablemente sus números (un gol cada 73 minutos). Algunos de ustedes pensarán que el Madrid mejoró gracias a Morata, yo, por el contrario, pienso que Morata mejoró sus números gracias al Madrid y su planificación. Hasta que llegó esa fase, Morata le salvó al Madrid un par de muebles y no le salvó nada en tres empates consecutivos en liga. Nada hace suponer que un delantero centro suplente (es decir, ninguno top) hubiera hecho algo diferente este año, a lo que hizo Morata en esos diez partidos. Morata, se quiera ver o no, en esos partidos, estuvo, como el resto del equipo, a ritmo diésel. Ritmo parecido, si no igual, al de esta temporada. Ritmo que también tendría un hipotético delantero centro suplente de haberse fichado este verano.

¿Realmente echamos de menos a Morata?

En ese sentido, nada hace indicar que este año Morata hubiera sido el salvador del Madrid en aquellos partidos que se le han torcido, por una sencilla razón, porque el año pasado, con una preparación muy similar a la de este año, tampoco lo fue en los cuatro empates seguidos que tuvo el Madrid ni en los tres empates de Champions. Tuvo una incidencia notable una vez que el Madrid empezó a coger ritmo. De hecho, esos 15 goles en el Madrid en un solo año, contrastan con sus 14 goles en dos años en la liga italiana. Si fuera tan determinante, lo hubiera sido también en Italia donde, por cierto, era suplente suplentísimo.

Siendo el nivel bajo, tanto la temporada anterior como esta, sin embargo, el año pasado el Madrid, en esos diez primeros partidos, había marcado 28 goles en liga por tan solo 19 esta temporada. Diferencia que, sin duda, se refleja en el puntaje, que diría el entrenador del alcorconazo. El cagaprisismo nos quiere hacer creer que la diferencia está en los ausentes y en la nefasta política de fichajes. Sin embargo, a mí las cuentas no me cuadran. Morata marcó 3 goles. Mayoral ha marcado 1. Dos de diferencia a favor del cagaprisismo. Pepe y Mariano no marcaron. Empate. James marcó 1 gol. Pero Ceballos ha marcado 2. Uno de diferencia a favor del anti-cagaprisismo. Resultado neto: 2 para los cagaprisas. Es decir, 21 goles en lugar de 19 haciendo el razonamiento (absurdo) de que los ausentes estuvieran presentes y los presentes ausentes. Lo siento mucho (o no) pero la diferencia de rendimiento no está en un delantero centro de segunda fila ni en el excelente jugador colombiano ni, mucho menos, en Mariano o en Pepe. ¿Dónde está la diferencia? Yo les cuento mis impresiones (basadas en datos) y las conclusiones se las dejo a ustedes.

Como ya he dicho, el ritmo del Madrid la pasada temporada era bajo. Y era bajo con una participación de la BBC para un total de 1811 minutos sumada la participación de los tres. ¿Saben ustedes cuánto han participado estos mismos tres jugadores esta temporada hasta la jornada diez incluida? Exactamente 1341 minutos. 470 minutos menos. Seamos generosos y pensemos que de esos 470 minutos, Morata hubiera sido el principal beneficiario de haber seguido aquí. A razón de un gol por cada 150 minutos, me salen 3 goles más. Es decir, en lugar de 19 goles, el Madrid tendría 22, pero claro, habría que restar el gol que le marcó Mayoral a la Real Sociedad (y quién sabe si los tres puntos). Nos quedamos en 21 goles. Cifra que coincide con el absurdo razonamiento que les he hecho un poco más arriba. La BBC sumaba el pasado año 12 de los 28 goles del equipo (43%). A pesar de que Cristiano venía de una peligrosa lesión del europeo y a pesar de que Benzemá tuvo una participación en minutos en esos diez partidos similar a la de Morata. Esta temporada suman 4 de los 19 goles del equipo (21%) y los tres han participado en el juego bastante menos que el año pasado. Esos 470 minutos de diferencia le ha costado a la BBC pasar de 12 goles a 4. Esos 470 minutos de diferencia le ha costado al Madrid pasar de 28 goles a 19. Curiosa coincidencia, ¿verdad? ¿Casualidad o causalidad?

De los tres jugadores aludidos, el que más minutos se ha perdido respecto al año pasado, ha sido Gareth Bale. Ha pasado de jugar 762 minutos (84,67% del total) a jugar 396 minutos (44% del total). Es, de largo, de los tres, el que mayor diferencia de minutaje tiene de una temporada a otra. De hecho podría decirse que es la gran diferencia. El año pasado vimos al mejor Bale (final de la temporada 15/16-europeo-inicio de la temporada 16/17). Fue el mejor del Madrid en ese tercio, hasta que vino la desgracia de Lisboa y de ese Bale, salvo lo de Dortmund de esta temporada, nunca más supimos. Esa sí es una ausencia de verdad y no la de un delantero centro que marca un gol cada 150 minutos.

Hay otro caso peor que el de Bale. Podríamos hablar del caso del ilustre “desconocido” Mateo Kovacic. El año pasado jugó en esos diez primeros partidos un total de 588 minutos (65,33%) y este año, desgraciadamente, apenas le hemos visto, 63 minutos (7% del total). Si quieren buscar un factor de influencia busquen por ahí. He aquí a un centrocampista que SI intervino el año pasado de manera significativa en esos diez partidos y al que en este año, prácticamente no hemos visto. Pero como Mateo Kovacic no suele marcar goles, mejor lo obviamos y buscamos la razón en aquellos que se fueron (a pesar de tener una incidencia muy discutible) y en los que no quisieron venir, aunque para ello haya que tirar de trilerismo cuadrando cuentas imaginarias en el argumentario del cagaprisismo.

Este SÍ que es necesario

Si me apuran, hasta la ausencia de Dani Carvajal (a pesar de su mal momento de forma hasta la aparición de sus problemas cardíacos) ha tenido más influencia en los peores resultados que la de cualquiera de los cuatro añorados. Carvajal ha pasado de jugar 675 minutos a jugar 450 minutos. Varane, otro ilustre lesionado, presenta números clónicos a los de Dani Carvajal. Varane no marca goles, cierto es. Eso sí, de cara al puntaje, su importancia la pudimos contrastar el día de la derrota en Gerona. Y último. Ya sé que en estos tiempos que corren de lo políticamente correcto, no está bien referirse al mundo del Fúrbol y los Álbitros, pero es lo que hay. Si los Álbitros pitaran lo que ven y no lo que quieren ver, el Madrid, en la jornada diez, tendría un cifra goleadora que se aproximaría mucho a esos 28 goles de la temporada 16/17 y un puntaje que tal vez no le diera para ser el primero, pero nunca sería de ocho puntos de diferencia respecto del CuléIndependentismo.

¿Todo lo anterior significa que hay que dar por bueno todo lo que han hecho los directivos, cuerpo técnico y jugadores del Madrid? Evidentemente, no. El entrenador se ha equivocado más de una vez y sus decisiones han influido en el resultado. Véase el partido contra el Betis. Es posible que se hayan pasado de frenada en la preparación de esta temporada, aunque este aspecto, nadie lo conoce a ciencia cierta. También es chocante la cantidad de minutos que están disfrutando jugadores como Benzemá o Marcelo (el peor jugador, sin duda, del Madrid en lo que va de temporada). No está mal darles minutos, sobre todo si se los quiere recuperar para la causa. Lo que choca del asunto es que los minutos dados a ambos, a veces, rayan en la temeridad. Sobre todo el caso de Marcelo, jugador que está derivando peligrosamente hacia el casillismo.

La mayoría de los jugadores están en bajísima forma. Yo solo salvaría a Sergio Ramos y a Isco. En tal sentido, mal se comprende la escasez de minutos de gente como Ceballos, Theo, Borja Mayoral o Marcos Llorente.

En cuanto a la directiva, yo le pondría unos cuantos reparos, ninguno relacionado con la confección de la plantilla. La planificación me parece excelente, como también me pareció excelente la del año pasado. Igual que me pareció desastrosa la planificación postDécima. No me hubiera parecido mal el fichaje de un delantero centro suplente, como complemento. O sea un jugador de segunda fila. Es decir, un jugador no determinante. Pero también entiendo que esos minutos se los quieran repartir a Borja Mayoral (quien, recuerdo, en su año en el Castilla presentaba unos número muy parecidos a los de Mariano) y a la ristra de centrocampistas que tiene el Madrid, alguno de los cuales, sin ser delanteros centro, son jugadores que tienen gol. Tal es el caso de Asensio, Isco o el propio Ceballos. Por no hablar de Gareth Bale, ni estrictamente delantero ni estrictamente centrocampista.

Siento discrepar con el cagaprisismo o, mejor, no lo siento nada. Veo en las lesiones de jugadores, que el pasado año jugaron muchos minutos de calidad, como un factor mucho más influyente en la situación actual que la marcha de Morata o la falta de una delantero centro de segunda fila fichado este verano. Esto último me parece infantil y simplista. Si el devenir del Madrid dependiera de un suplente de más o de menos, iríamos jodidos. E ítem más, si Morata fuese ese jugador tan determinante, no sé qué cojones hace el Chelsea clasificado en cuarto lugar de la Premier.

Y la historia reciente nos da ejemplos para todos los gustos. En la temporada postDécima se fichó al Chicharito como goleador de complemento. Temporada en blanco. En la Undécima no estaba Morata y la situación era delicadísima, mucho peor que lo de ahora, y acabó con Juanfran al palo. ¿Criticar?, sí, claro que sí. Estaría bueno que no se pudiera criticar, pero la crítica no tiene nada que ver con querer hacernos creer que con un Rubén Castro de la vida, el Madrid sería líder indiscutible y volaríamos hacía la decimotercera a la velocidad de la luz. Gilipolleces las justas, oigan.

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