Podcast del Real Madrid en el cual selló su clasificación para los octavos de final de la Copa del Reytras empatar ante el Fuenlabrada en el Bernabéu a dos goles. Los de Zidane sufrieron más de lo esperado y sólo la entrada de Bale en la segunda parte le permitió al Real Madrid poder salvar la eliminatoria de un partido que llegó a ponerse 0-1.
Comentamos como después de haber ganado en el partido de ida por 0-2, Zidane decidió volver a mezclar a la hora de confeccionar su alineación ante el Fuenlabrada. Puso a jugadores llamados a tener muchos minutos, como Keylor, Kovacic y Nacho, otros que desean contar con más, con los Llorente, Ceballos o Theo como abanderados, y otros a los que jugar en el Bernabéu servía como premio a su trabajo en categorías inferiores, como Óscar, Feullassier o Tejero.
Lo cierto es que se esperaba un encuentro plácido, con muchos jugadores mostrando lo mejor de sí mismos, sin embargo, desde el primer minuto se vio que el Fuenlabrada no venía de turismo y, lo que era más preocupante, que el Madrid no parecía sentir el más mínimo atractivo por lo que sucediera, más allá de sellar la clasificaicón. Lo veía todo como trámite.
Analizamos que el problema para los blancos es que el Fuenlabrada empezó avisando desde bien pronto. A los cuatro minutos de partido, Hugo Fraile perdonaba una ocasión clamorosa cerca de la frontal del área pequeña, con Keylor Navas ya vencido y superado a partes iguales. No fue algo esporádico porque cuatro minutos más tarde iba a ser Matheus el que volvería a ponerse delante del portero del Real Madrid, algo escorado eso sí. En esta ocasión el de Costa Rica le achicó el espacio y le ganó al delantero.
Mucho menos acertado iba a estar el portero madridista en la tercera opción de peligro del Fuenlabrada. Un lanzamiento lejano de Milla sorprendía a Keylor Navasque, en su intento de despejar el balón con una mano, vio como el cuero se colaba tras tocar en el larguero y rozar su propio cuerpo. El tiro era fuete, sí, pero también centrado y parable. Después del fallo de Casilla hace unos días, el retorno de Keylor en esta jugada volvía a agigantar esas sombras de De Gea, Kepa o Courtois que tanto vienen sonando por el Bernabéu en los últimos tiempos.
Señalamos que de los blancos poquísimo que llevarse a la boca a nivel ofensivo. Apenas un remate de Feullassier que despejó el portero y una clara mano de Juanma, a remate lejano del mismo jugador del filial, fue el corto bagaje ofensivo de los de Zidane. El Madrid estaba jugando mal, perdía contra un Segunda B, pero el árbitro volvía a equivocarse en su contra. Todo había pasado.
Hacemos hincapié en que las intenciones del Real Madrid para el inicio de la segunda parte parecían mejores que las expuestas en el primer acto. Sin embargo, ese ‘subidón’ apenas duró 10 minutos, eso sí, sin ocasiones de peligro y sin ver al Fuenlabrada especialmente apurado en sus acciones. Es más, el Bernabéu tuvo más de un toque de atención para su equipo. Los pitos se apoderaron del estadio en varias pérdidas de balón siendo especialmente intensos después de un remate de cabeza del Cata Díaz al larguero de la portería del Real Madrid. El 0-2 hubiera mandado el partido a la prórroga, un peligro excesivo para un Madrid que estaba sin alma, apesadumbrado y viendo al vida pasar.
Por suerte para los blancos, Zidane se guardó en el banquillo la bala de Gareth Bale. Y le salió bien la apuesta. El galés volvía a jugar un partido oficial tras superar su lesión y su aparición fue decisiva. De hecho, nada más entrar al terreno de juego sirvió una asistencia deliciosa con el exterior del pie para que Mayoral marcara un gran gol con un remate colosal de cabeza. En cuestión de minutos los blancos habían pasado de verse disputando una prórroga a dejar la eliminatoria más que encauzada con este gol.
Nos metemos de lleno en que si Mayoral y Bale habían sido protagonistas de la jugada del empate, parleño y galés iban a repetir suerte en la jugada del segundo. En este caso, Mayoralaprovechó un rechace del portero tras un jugadón de Bale, que se había llevado previamente el balón con la espuela, para superar con un tiro con la zurda al portero y a la defensa del Fuenlabrada. Mayoral lo celebró con rabia. Lo necesitaba. Y el Madrid, también. Eso sí, en los minutos finales, los visitantes lograron marcar el gol final que dio el empate en un partido malo del Madrid que, más allá de la clasificación, no será especialmente bien recordado por el madridismo.
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