La batalla de Torino,
La ‘Signora’ de Cristiano,
adormece allí mi equipo
con la sangre de mi hermano.
Carvajal puso el balón
al apóstol de las redes,
el que mira a su Buffon
con la caña y con sus peces.
Levantó mi sueño al cielo
con su espalda como alfombra,
con la nuca y con su cuello,
es la luz de nuestra sombra.
Un estadio que le aplaude
que levanta su sombrero,
cuando el mundo reverencia
al turquesa caballero.
Paraliza las portadas
de la prensa de Caín,
la Gazzetta y el Corriere,
agasajan al Madrid.
El Clarín recuerda a Messi
en su hoja veintitrés,
veintidós son de Ronaldo,
Argentina está a sus pies.
Una ‘squadra’, una potencia,
una ciencia tan perfecta,
de probetas y calzonas
con su fórmula secreta.
Encarrila hoy la ida,
besa a dama mi don Juan,
ante aquel que trajo flores
donde mueren las demás.
No presumo de romances
de Julieta sin su ramo,
el jardín donde mi rosa
‘Concha Espinas’ por su tallo.
El perfume que destila
este frasco marsellés,
Chamartín viste solapa,
muerta vive hoy mi fe.
En la vuelta posaderas
sobre el trono de Madeira,
homenaje a la ‘Signora’
del alcalde de mi tierra.
Portugués tan arrogante,
argentino bravucón,
desde River le trajeron,
a los brazos del mejor.
Don Alfredo ya se peina
se acomoda en su sofá,
desde el cielo él gritaba
animando a su Real.
