Crónica Real Madrid 3-2 Huesca | Jornada 29 Liga Santander

Un golazo de Benzema en el último minuto dio el triunfo a los de Zidane | Real Madrid 3-2 Huesca

Real Madrid 3-2 Huesca: “Soberano tostonaZZo”

El partido de ayer en el Bernabéu, ante un estadio con apenas 49.000 espectadores en las gradas y en una noche ciertamente desapacible, no pasará precisamente a la historia de los mejores encuentros de las noches madridistas a pesar de lo épico de la victoria, lograda con un gran gol de Benzema prácticamente sobre la bocina.

En absoluto, de hecho, podría decirse que el resultado fue algo anecdótico, en una Liga en la que el Real Madrid ya no se juega nada más que el honor (que no es moco de pavo) y el prurito de acabar segundo, por delante del Atlético de Madrid, por aquello de acallar a tanto indocumentado que aún sigue diciendo que los rojiblancos son los que mandan en la capital.

El partido fue un soberano tostón, de un aburrimiento infinito, especialmente en la primera mitad, en la que, salvo los dos goles, apenas vimos fútbol y sí mucho pase intrascendente, mucho fútbol de toque insulso y un espectáculo deleznable ofrecido por algunos de los jugadores del Real Madrid.

Un “once” revolucionario: Luca Zidane y Brahim, titulares

De hecho, el principal aliciente estaba en saber qué “once” alinearía Zinedine Zidane, en su actual “casting” para ver en acción a sus jugadores de cara a la realización de probaturas de cara al próximo año y para ver cómo funcionaba el equipo sin sus grandes referencias en el centro del campo (Kroos, Modric y Asensio) y atrás (Varane y Courtois).

Este es el sorprendente “once” que Zidane alineó ayer en el Bernabéu | Real Madrid 3-2 Huesca

Y no defraudó. En primer lugar porque la baja inesperada de Courtois trajo consigo la no menos inesperada titularidad de Luca Zidane, el tercer portero habitualmente pero que tras la lesión del belga y el hecho de la enorme kilometrada de Keylor Navas para jugar con su país, llevó al técnico francés a contar con su hijo como titular anoche ante el Huesca.

Por lo demás, también destacó la titularidad de Brahim Díaz, la primera desde que llegó al Real Madrid y la vuelta de Marcos Llorente por Casemiro, tras más de un mes de lesión. Pero sobre todo sorprendió la inistencia de Zidane en contar con dos jugadores absolutamente fuera de forma como Isco y Marcelo.

Una primera parte infame

Y ni tres minutos tardó en llegar el primer gol del partido, merced a un fallo garrafal en la marca, cómo no, por la banda izquierda, protegida en este caso por Nacho. El Chimy Avila ganó la espalda a la defensa y Nacho, con la endeblez y la inocencia de un juvenil, se dejó llevar un balón peligrosísimo por dos veces.

Esto le permitió a Avila poner un magnífico balón al corazón del área para que Cucho Hernández, completamente libre de marca, empalmase un durísimo disparo ante el que nada pudo hacer Luca.

Brahim fue titular por vez primera y cumplió, sobre todo en la primera mitad | Real Madrid 3-2 Huesca

Aún no se había terminado de sentar la gente en sus sillas y como en otras tantas ocasiones en casa, y el rival ya iba ganando. Lo que demuestra que este mal endémico que es la pésima actitud y el balance defensivo madridista no es un pecado achacable a Solari, ni siquiera a Lopetegui sino que es algo que el club lleva arrastrando años y parece que nadie quiere ponerle coto.

El Huesca, sabedor de su inferioridad, no dudó en entregarle el balón a los de Zidane y se encerró, convirtiendo la meta de Santamaría en un fortín inexpugnable, ante el que por si fuera poco, un Madrid sin rumbo ni dirección de juego era capaz de hincarle el diente.

Con un fútbol cansino, lento y previsible, el Real Madrid tocaba y tocaba y sólo a base de arreones esporádicos de Odriozola por su banda, Benzema a su libre albedrío y de un voluntarioso Brahim, trataba de llevar algo de peligro.

El francés estuvo a punto de empatar con un disparo algo impreciso de Benzema a pase de Odriozola en el minuto 15 pero ya no se volvió a asomar por el área azulgrana hasta casi el minuto 25 para anotar el empate.

Una gran jugada de Brahim por la izquierda le permitió asistir a Benzema quien, a bocajarro, disparó sobre el cuerpo de Santamaría, el rechace le cayó en el primer palo de nuevo a Brahim, quien vio completamente solo a Isco en el segundo palo para que el malagueño la empujase a la red.

Con este remate Isco empató el encuentro en la primera parte | Real Madrid 3-2 Huesca

Parecía que el Real Madrid, ya con el empate en el bolsillo y con todo por disputar, daría un nuevo empujón al partido pero no, nada más lejos de la realidad. El partido entró en una fase aún más soporífera que la inicial y salvo un par de escarceos del Huesca, especialmente en un disparo que se marchó alto del Chimy Avila casi al final de la primera mitad, ahí no pasó absolutamente nada reseñable.

Más emoción que fútbol en la segunda parte

Los de Zidane saltaron al campo en la segunda mitad con algo más de ambición, aprovechando que la medular del Real Madrid, hasta ese momento de vacaciones, empezó a carburar, merced a que Ceballos, absolutamente desaparecido, empezó a asomarse por la zona de creación.

El juego empezó a cargarse por la banda derecha, gracias a las constantes ayudas entre Bale y Odriozola y, también en menor medida, a que Marcelo dejó de aparecer en ataque y a que Brahim se echó más pegado a la banda izquierda y perdió el contacto con el balón, el equipo no tuvo presencia alguna por ahí.

Bale se llevó una soberana pitada tras mandar literalmente al segundo anfiteatro una falta cometida sobre Odriozola en la frontal del área cuando apenas se llevaban tres minutos disputados.

Alvaro Odriozola, uno de los más destacados del partido | Real Madrid 3-2 Huesca

La banda derecha del Madrid se consolidó, pues, como el mejor argumento del ataque blanco para desmantelar la nutrida defensa oscense. Y precisamente por esa zona llegó el segundo gol del Real Madrid.

Cuando el partido alcanzaba la hora de juego, Bale colgó un magnífico balón al segundo palo que Benzema prolongó al primero con un gran testarazo. Entonces apareció Ceballos para empujar el balón a la red en una acrobática postura.

Apenas 10 minutos más tarde, Bale -que no tuvo su noche, precisamente- pudo sentenciar, tras una maravillosa asistencia de Odriozola, de nuevo por la derecha, pero el remate forzado del galés en la misma boca de gol se marchó por encima del marco de Santamaría.

Movió el banquillo Zidane, retirando a Brahim por Lucas Vázquez y eso provocó un cambio de dibujo, al pasar Bale a ocupar la banda izquierda, quedándose el gallego con la banda derecha.

SIn embargo, el experimento no funcionó porque la conexión con Odriozola dejó de funcionar, entre otras cosas, debido a que Lucas, recién salido de una lesión, no estuvo fino y, además de perder infinidad de balones, no terminó de entenderse con el lateral vasco y eso limitó mucho las opciones de ataque por donde más peligro había llevado el Madrid hasta ese momento.

Por contra, la sensación de peligro, con un centro del campo incapaz de cerrar los intentos de salir a la contra del Huesca, era creciente. No tanto porque el Huesca estuviese achuchando al Real Madrid sino más por la facilidad con la que los atacantes azulgranas encontraban la espalda especialmente de Marcelo y Ramos.

Marcos Llorente volvía al equipo tras más de un mes de baja | Real Madrid 3-2 Huesca

Sólo Nacho, más entonado que en la primera parte y un sensacional Llorente, que no paraba de bajar a tapar huecos, evitaban que las pocas incursiones del Huesca fraguasen en algo peor.

Pero el Real Madrid tiene estas cosas y cuando más controlado parecía tener el partido, volvió a dejar muestras de su calamitosa defensa en el minuto 74 cuando, tras un córner, aparentemente inocuo, botado desde la derecha, Etxeita aprovechó el error casi infantil en el despeje de Benzema y Bale y conectó un cabezazo picado que sorprendió a Luca para igualar la contienda.

A partir de ese momento, Zidane tocó a rebato sacando a Isco por Fede Valverde para darle un mínimo de consistencia a un centro del campo absolutamente deshilachado y a Mariano por Llorente y se lanzó con todo hacia delante.

Pero entre la insistencia en el abuso del fútbol de toque, que provocaba que siempre hubiese un regate de más y un disparo de menos cada vez que se aproximaba la pelota al área y que el Huesca se encerró aún más si cabe dentro de su área, la remontada se antojaba algo casi imposible.

El asedio a la meta de Santamaría en los últimos 10 minutos fue sencillamente brutal, pero carente de peligro hasta que todo el entramado defensivo oscense dejó una pequeña grieta por la que se filtró la magia de Benzema, el único jugador del equipo que hoy día es capaz de dejar esas gotas de genialidad dentro de tanta mediocridad.

De esta forma anotaba Ceballos el segundo gol madridista | Real Madrid 3-2 Huesca

Cuando el reloj marcaba el minuto 89 y todos dábamos por hecho el empate, Bale colgó un gran balón al área buscando a Ramos, más preocupado por forzar el penalti que de rematar y la pelota, rechazada por la defensa, le cayó a Marcelo en la frontal del área. El brasileño asistió a Benzema para que el francés colocase una rosca por el único lugar que había entre el mar de piernas que poblaban el área del Huesca y alojar la bola en la escuadra de Santamaría.

Ese golpe fue demasiado ya para el Huesca, que se rindió con armas y bagajes, de modo que. con el partido ya resuelto, los cuatro minutos de prolongación sólo sirvieron para que el Real Madrid pudiese ampliar más aún su ventaja. Mariano probó suerte con un disparo raso que atajó muy bien Santamaría junto al palo izquierdo. Por último, Nacho, que se plantó solo en una gran galopada en la portería del Huesca, acabó mandando el balón muy por encima del larguero.

Tras lo cual, Estrada Fernández, al que se le reclamó más severidad en el aspecto disciplinario, especialmente con una agresión de Mantovani a Brahim en la primera mitad que se fue al limbo, pitó el final a un aburridísimo partido y, sobre todo, al sueño oscense de puntuar en el Bernabéu en la primera visita liguera de su historia.

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