Crónica Real Madrid 2-0 FC Barcelona | Jornada 26 Liga Santander

Marcelo evitó el tanto de Messi con esta acción defensiva | Real Madrid 2-0 FC Barcelona

Real Madrid 2-0 FC Barcelona: “El poder de la Fe”

Dicen que la fe es creer en algo que no se ve. Pues esto es el Real Madrid y el madridismo. En creer que, pese a que todos los pronósticos en la prensa y, por desgracia, de muchos madridistas, daban por hecha la victoria culé en el Clásico, este equipo podría imponerse al Barça en el Bernabéu.

Los antecedentes, desde luego, no invitaban para nada al optimismo. El partido no podía llegar en peor momento. Con pie y medio fuera de la Champions tras su debacle del pasado miércoles ante el Manchester City, eliminado de la Copa del Rey por la Real Sociedad y, en una clara dinámica negativa, con la derrota ante el Levante y el empate ante el Celta.

Sin embargo, el Real Madrid es así de grandioso y nadie puede darle por muerto en ningún momento. Ni siquiera en sus peores circunstancias porque la expresión “tirar la toalla” no figura en el ADN de este club. Ni ahora ni nunca.

Y cuando parecía que pintaban bastos para los de Zidane, éstos se despacharon ayer uno de los mejores partidos de esta segunda era del técnico francés en el banquillo, con una segunda parte sencillamente sublime, sometiendo al Barça de Setién a un nivel que hacía muchos años que no veíamos.

Tras una primera parte de dominio alterno y en la que el Barça pudo ponerse por delante, la segunda mitad fue toda una exhibición impúdica de prácticamente todo el equipo, que actuó como un verdadero orfeón, perfectamente afinado y donde todos brillaron al máximo nivel.

Vinicius protagonista absoluto del partido | Real Madrid 2-0 FC Barcelona

Es más, sólo el acierto de Ter Stegen, con un par de intervenciones magistrales, especialmente una a tiro de Isco en la segunda parte, impidió un resultado más abultado de un Real Madrid que fue una auténtica apisonadora, liderada por Kroos, convertido hoy en un émulo aventajado del mejor Von Karajan en la dirección del juego madridista.

El Barcelona se limitó a tocar y tocar sin profundidad, con un juego plano y adoleciendo de la más elemental verticalidad, lo que le hizo absolutamente previsible, fiándolo todo a alguna genialidad de Messi o de Griezzman, algo que merced a la actuación de la defensa y el centro del campo, espeicalmente de Valverde y Casemiro, no llegó a producirse.

Incluso podría haber sido peor, de haber habido un árbitro valiente en el campo y se hubiese atrevido a expulsar a Jordi Alba en el minuto 35 de partido o a pitar un claro penalti de Arthur a Vinicius en la segunda mitad.

Pero no, Mateu Lahoz pitó conforme a lo que se esperaba de un árbitro como él, “del Régimen” y no se atrevió ni a expulsar al lateral azulgrana pese a lo claro de su acción y, mientras que se mostró razonable, dialogante y, en ocasiones, hasta cariñoso con los jugadores culés, ofreció su cara más antipática y desabrida con los madridistas.

Quien perdona, lo paga… y el Barça perdonó

En cualquier caso y, a priori, pocos o ninguno apostamos por un resultado así, máxime cuando se conoció que el lateral izquierdo sería Marcelo y no Mendy y que Vinicius sería titular en detrimento de Gareth Bale.

Una apuesta arriesgada al “todo o nada”, en la que Zidane puso todo su crédito encima de la mesa y apostó todo a un número, el 12 del lateral brasileño, pero esta vez la apuesta resultó ganadora y el equipo acabó llevándose el premio gordo.

Zidane sorprendió a todos con la inclusión de Marcelo en el once | Real Madrid 2-0 FC Barcelona

Comenzó el partido con el Real Madrid presionando la salida del balón de forma intensa, lo que obligó a los de Setién a tirar de posesiones largas y tediosas que se transformaban en electricidad en cuanto perdían el balón y Kroos buscaba a Vinicius como agua de mayo por la banda izquierda.

Eran minutos en los que cada uno de los equipos trataban de mostrarse cautos, con un Real Madrid mejor plantado en el campo y que, de la mano de Benzema, que bajaba constantemente al centro a tocar y distribuir a las bandas, con un excelente Isco, moviéndose como pez en el agua entre líneas.

En una de esas internadas, en el minuto 20 Marcelo llega por primera vez hasta la línea de fondo pero se equivocó, como fue la constante de Vinicius y Carvajal, en el último pase, que en este caso era claro para Isco, completamente solo en la zona del punto de penalti.

Ni rastro hasta ese momento del centro del campo culé y mucho menos aún de Messi, absolutamente desarmado por la dupla Casemiro-Ramos y con un Griezzman más perdido que una vaca en un garaje y totalmente desconectado del partido.

Sin embargo, un minuto después y en la primera oportunidad en la que los culés lograron hilvanar una jugada en el campo madridista, Jordi Alba ganaba la línea de fondo y cruzaba un gran pase al punto de penalti para que Griezzman disparase por encima de la meta de Courtois.

Un primer susto que no arredró a los de ZIdane que, sin tener un dominio absoluto del balón, sí que tenían un punto más de velocidad en sus acciones y de verticalidad, de la que adolecía en todo momento el Barça.

Sergo Ramos fue uno de los mejores del partido | Real Madrid 2-0 FC Barcelona

Eso sí, las ocasiones no terminaban de cuajar porque siempre, por un motivo u otro, el Madrid fallaba en sus últimos pases y la pelota no le terminaba de llegar en condiciones, en especial a Benzema, que se estaba dejando la vida en mover la bola a izquierda y a derecha para abrir huecos que luego aprovechaban Kroos e Isco.

Pero el Barça, a pesar de que Messi prácticamente desaparecido, logró romper la línea de presión del Real Madrid y Arthur se plantó solo ante Courtois pero el belga logró salvar el mano a mano con una intervención espectacular para evitar el primer tanto azulgrana.

Y con un Vinicius empeñado en perder todos los balones que disputaba en ese último pase, llegó la última gran oporutnidad del Barça en el partido, cuando Messi, en la única vez que llegó con peligro, como extremo derecho, logró zafarse de su par y disparó al muñeco. A partir de ahí se acabó el Barça y unos minutos más tarde, la primera parte.

La tormenta blanca

La segunda parte fue absolutamente diferente. El Real Madrid salió con sangre en los ojos y con ganas de darle pasaporte al partido de forma rápida y acabar con cinco años de sequía de triunfos madridistas en el Clásico.

Con un despliegue de presión alta y un posicionamiento excelente sobre el campo, los de Zidane fueron haciéndose poco a poco con el dominio del partido. Poco a poco el Barça empezaba a recular y a durarle cada vez menos la pelota.

El gol de Vinicius puso patas arriba al Bernabéu | Real Madrid 2-0 FC Barcelona

Así, a los 10 minutos de la reanudación, Isco colocó una rosca espectacular que iba directa a la escuadra pero Ter Stegen sacó una mano prodigiosa para evitar el primer gol madridista. Un preámbulo de lo que estaba por venir.

El disparo de Isco no sólo despertó a las gradas sino al propio equipo, que se contagió del entusiasmo generalizado y se lanzó a la yugular de su rival. En apenas tres minutos, el gol rondó el Bernabéu.

Primero cuando Piqué tuvo que sacar bajo los palos un testarazo picado de Isco y apenas un minuto después, Benzema se sacó de la chistera una volea a pase de Carvajal que se fue por encima de la portería.

En el minuto 71 llegó por fin el tanto del Real Madrid, cuando Kroos, en modo director de orquesta le señaló el camino a Vinicius. Le despachó un pase inverosímil entre Piqué y Semedo y el brasileño se plantó solo ante Ter Stegen. Es cierto que disparó nada más que regular pero el balón, tras rozar en Piqué, que había acudido a la carrera a cortar el disparo, acabó en la portería.

El Barça, que había metido ya en el campo a Braithwhite, sólo podía intentar algún escarceo dado que Messi y Griezzman seguían desaparecidos por lo que el poder de reacción barcelonista se limitaba a meter a Ansu Fati y a Rakitic para intentar atacar el flanco derecho madridista.

Sin embargo, Zidane, que ya había metido en el campo a Modric por Isco, vacío por el enorme trabajo realizado, tiró de recursos y reforzó esa banda dando entrada a Lucas Vázquez por Fede Valverde, neutralizando el tímido intento culé.

Mariano no pudo tener mejor debut liguero | Real Madrid 2-0 FC Barcelona

Por último, y para perder tiempo, el francés dio entrada a Mariano por Benzema en un cambio que se antojó providencial porque el hispanodominicano, que iba disfrutar de sus primero minutos en Liga, se encontró de bruces con un balón a la salida de un saque de banda desde la izquierda.

Con un simple movimiento de cadera dejó en canicas a Umititi y se quedó completamente solo ante Ter Stegen y, en semifallo, cruzó el balón en el palo corto, sorprendiendo al meta alemán.

Un auténtico golazo que cerró definitivamente el partido y tres puntos de oro (cuatro, si tenemos en cuenta el goal average) que devuelven el liderato al Real Madrid y suponen nuna enorme inyección de autoestima de cara al decisivo encuentro.

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