Crónica Real Madrid 1-1 Real Sociedad | Jornada 25 Liga Santander

Con este testarazo que acabó en el larguero, Mariano pudo haber abierto el marcado | Real Madrid 1-1 Real Sociedad

Real Madrid 1-1 Real Sociedad: “Coitus interruptus”

El Real Madrid ha dado un importante paso atrás en su lucha por la Liga al dejarse dos puntos (que bien pudieron ser tres) en casa ante la Real Sociedad, en un partido en el que los de Zidane merecieron mucha mejor suerte.

Sin embargo, de nuevo la tremenda falta de gol y un error, en este caso en el planteamiento de Zidane en la segunda mitad ,unido al excesivo castigo de un espectacular tanto en el único disparo a puerta de los de Imanol Alguacil en todo el partido, le costaron un disgusto que, como digo, bien pudo haber sido mayor de no haber anotado Vinicius el empate prácticamente sobre la bocina.

Un Real Madrid dominador pero sin gol en la primera mitad

Aunque esta vez contaba con menos bajas que en los últimos partidos, lo cierto es que Zidane prácticamente repitió el mismo equipo que ante el Valladolid o el Atalanta, aunque con una pequeña variante táctica, al incorporar a Isco entre los atacantes y la medular, en detrimento de Vinicius.

Un planteamiento que, a pesar de lo dubitativo de los primeros minutos en los que la presión adelantada de la Real parecía atragantársele a los nuestros, le permitió tomar prácticamente el control del partido con facilidad.

Con Lucas Vázquez dominando por completo su banda y la Real encerrada en su área, el Madrid tocaba con placidez y el “17”, muy bien apoyado por el esfuerzo de Asensio, colgaba varios balones con peligro a los que Mariano, especialmente, no logró llegar.

Zidane apostó prácticamente por el mismo “once” de Bérgamo | Real Madrid 1-1 Real Sociedad

La ocasión más clara llegó en el minuto 22 cuando Lucas Vázquez entró por su banda como cuchillo en mantequilla hasta la línea de fondo y le colocó un balón espectacular a Mariano quien, un poco precipitado, saltó antes de tiempo. Esto le imposibilitó conectar bien su testarazo y el balón, al alimón con la cabeza de Gorosabel, se fue al larguero de Remiro.

El balón le cayó a Asensio en el área pequeña, se revolvió bien pero su remate muy ajustado se marchó a córner entre el pie de Le Normand y el poste. El consiguiente saque de esquina lo botó Kroos desde la derecha y Varane remató de cabeza y el balón se estrelló de nuevo en el larguero.

Desde ese momento se pudo ver que no era el día y que los de Zidane iban a tener que sudar sangre para batir a un Remiro muy bien rodeado en defensa, con el equipo agazapado y con las líneas bien juntas, para intentar sorprender a la contra algo que no se produjo, al menos en la primera mitad, en la que los de Imanol apenas inquietaron a Courtois.

El dominio de los de Zidane era total, pero una vez más adoleció de gol. Casemiro se atrevió con dos disparos lejanos, al igual que Mariano, que lo intentó en una jugada personal. Kroos estuvo a punto de anotar después de un slalom en el área tras una buena dejada de Isco.

Eran los mejores momentos de fútbol del Real Madrid pero siempre con ese hándicap de la falta de puntería, puestos de manifiesto casi al final de la primera mitad con un buen remate de Modric al que respondió muy bien Remiro.

El cambio inexplicable de sistema despistó al equipo

Tras el descanso ocurrió algo inexplicable. Sin saber muy bien por qué, ya que el Real Madrid tenía aparentemente bien encarrilado el partido, Zidanev volvió del descanso con un cambio táctico en el zurrón. Incrustó a Casemiro en el eje de la zaga y optó por jugar con tres centrales. Una decisión que despistó a todos, incluyendo a sus propios jugadores que perdieron por completo el “oremus”.

Portu logró enganchar este remate que perforó la meta de Courtois | Real Madrid 1-1 Real Sociedad

El equipo perdió el centro del campo, el equipo se partió literalmente en dos y se produjo una absoluta desconexión entre la defensa y el ataque. Los centrocampistas, especialmente Isco y Modric desaparecieron del mapa y la Real pasó a dominar el encuentro.

El balón apenas le duraba al Madrid que sucumbió a la presión realista y, aunque sin generar peligro, la pelota andaba cada vez más cerca del área madridista. Hasta que en el minuto 54 un centro lejano de Monreal desde la izquierda sorprendió a Mendy, el último en cerrar, y Portu, en un remate de cabeza prácticamente imposible, colocó el balón de manera espectacular en la escuadra derecha de Courtois.

Un aldabonazo para el Real Madrid que, inmediatamente, volvió al sistema inicial y, aprovechado el rápido repliegue de los de Imanol, pasó a dominar de nuevo el partido, aunque con más nervios y corazón que acierto. De hecho, Kroos, en un gran lanzamiento desde la frontal, estuvo a punto de empatar el partido a los pocos minutos.

Al filo de la hora de partido, Zidane tiró de la “artillería pesada” y, ya sin Isco, reemplazado por Rodrygo y con Vinicius y Hugo Duro, por los desaparecidos Asensio y Mariano, y se fue con todo a por el partido.

Casemiro, negado todo el partido de cara al gol, estuvo a punto de empatar con un testarazo fácil y claro en el área pequeña a la salida de un córner pero no, no era el día. El mismo Casemiro volvió a fallar en otro remate tras otro saque de esquina.

Con el equipo volcado sobre la meta de Remiro, los córners caían uno tras otro, como caían los centros sin éxito sobre el área pequeña. El único que intentó algo diferente fue Rodrygo, quien tras una gran diagonal remató fuera por bien poco, pegado al palo.

Vinicius logró igualar el partido prácticamente en el último minuto | Real Madrid 1-1 Real Sociedad

El equipo asediaba el área donostiarra pero la defensa, cada vez más nutrida gracias a la entrada de Ahien por Silva y al hecho de que ya prácticamente todos estaban metidos en el área.

Y cuando todo apuntaba a que la Real se llevaría los tres puntos apareció Rodrygo por la derecha y, esta vez por abajo, colocó el balón al área pequeña, Hugo Duro no llegó y Vinicius, completamente solo, remachó a la red para anotar el empate.

Con el partido empatado y el tiempo cumplido, inexplicablemente Gil Manzano sólo añadió tres minutos, a pesar de los cambios y de todo lo que había perdido Remiro en cada saque de puerta. Desgraciadamente para los de Zidane, demasiado poco tiempo para la machada.

Al menos el suficiente para que Nacho, reencarnado en el Zidane más estelar, se sumase al ataque y tras una gran jugada personal colgó un balón al que Rodrygo no pudo llegar por bien poco y, sin tan siquiera descontar un segundo más de lo previsto, mandó a los equipos al vestuario.

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