Crónicas desde Down Under: Banquete en Kiev

Después de un parón de selecciones que se hizo muy largo, el Real Madrid regresó al trabajo. Y lo hizo directo a su competición predilecta, la Champions League, ante el Shakhtar Donetsk. El escenario no era otro que el NSC Olimpiyskiy de Kiev, donde el equipo blanco levantó la Decimotercera en 2018.

 

De entrada, la visita no pintaba placida. El equipo merengue, que venía de perder ante el Sheriff en la máxima competición europea y luego ante el Espanyol en Liga, se había enfrentado a los ucranianos en la fase de grupos de la pasada edición de la Champions, con sendas derrotas (2-3 en el Bernabeu y 2-0 en Kiev).

El tropiezo ante el Sheriff obligaba al Madrid a buscar los tres puntos con urgencia. Un resultado diferente habría desatado una crisis. Con varios jugadores saliendo de la enfermería y con esa sensación rara con la que los blancos siempre regresan de los compromisos de selecciones, Ancelotti salió con una alineación “predecible”: Courtois en la portería; Alaba y Militao (duda hasta el último momento por molestias) compartiendo el centro de la defensa, acompañados de Lucas Vazquez y Mendy. El centro del campo con la conocida combinación Casemiro, Kroos y Modric. En el ataque, Rodrygo, Vinicius y Benzema.

Enfrente, un Shakhtar con ocho jugadores titulares nacidos en Brasil. Un dato, cuando menos, curioso. ¿Quién iba a imaginar que tantos hijos de la samba iban a encontrar un hogar en las frías tierras de la “hopak”?

El Madrid arrancó con mucho empeño, buscando marcar diferencias temprano. Toque de balón, combinaciones de los de arriba, la sala de máquinas tratando de alimentar a los delanteros con jugadas y pases entre líneas. A la altura del minuto 10, ya Benzema, Kroos y Vinicius habían echado mano de sus recursos ofensivos para probar la defensa ucraniana. Cocinaba el Madrid, a fuego lento.

Y fue cuando los merengues adelantaron líneas que los locales aprovecharon para dar un aviso. En el 22, Ismaily se llevó puesto a Lucas en una internada al área y centró para que Mendy se vistiera de héroe al bloquear a Mateus, quien entró como una tromba en boca de gol. Respondió Toni Kroos en el minuto 30 con un tiro desde el borde del área que Trubin despejó sin problemas.

Llegó el premio siete minutos después cuando Lucas Vazquez recibió un balón pegado a la cal, levantó la mirada y buscó a Benzema, quien danzaba entre los dos centrales. Kryvtsov quiso cortar el pase envenenado al borde de la media luna y su despegue superó a Trubin para un autogol. Quedó el capitán del Shakhtar tendido por unos segundos en el césped, lamentando la desafortunada jugada. Tendría un chance más Benzema, antes del descanso, con un fuerte disparo desde la izquierda, que el arquero del Shakhtar paró con cierto apremio.

Un gol no es suficiente

Con el 0-1 en el marcador, y con el Clásico a la vuelta de la esquina, muchos madridistas temieron que el equipo pudiera bajar el pistón y conformarse con el resultado todavía con 45 minutos por jugar. No era de extrañar, ha ocurrido anteriormente en tiempos recientes. Afortunadamente, no fue esta vez.

En el minuto 50, Benzema hace una jugada de pillo por la izquierda, bordeó el área en ese andar que parece que flota, y abrió para Modric. El croata (quien no había aportado mucho en el partido) se vistió de “Neo” y visualizó un pase entre los defensas solamente al alcance de jugadores de ese alto nivel de talento. Vinicius recibió en el corazón del área y definió con sangre fría, con un aplomo que muchos pensamos no llegaría a tener. ¡Pero es que sólo tiene 21 años!

Olió sangre el equipo blanco, buscando resarcirse de los malos resultados recientes. Apenas cinco minutos después, otro pase de Benzema sirvió la mesa para que Vinicius sacara la samba a relucir en medio de tantos coterráneos. Internada con bicicleta desde el borde izquierdo del área, quiebre de cintura, remate impecable con la zurda, gol de Playstation. Me apunta un amigo vía mensajería “el ‘otro’ Vinicius la habría mandado a la grada.” Así de impacientes estuvimos con el muchacho.

Nuevamente en el minuto 63, ya con el Madrid lanzado sobre la portería de Trubin, Kroos inició una jugada con pase a Benzema. El francés (omnipresente en todos los ataques blancos) siguió en su faceta de creador de juego, descargando el balón a Vinicius. “Pase de la muerte” al centro del área que encontró a Rodrygo, quien anotó con un remate seco a la red. Una jugada que se bordó con seis defensas del Shakhtar en el área contemplando el espectáculo del tridente blanco.

Movió el banquillo Ancelotti, con Marcelo dando descanso a Mendy. Seguidamente, fueron Camavinga, Valverde y Asensio quienes sustituyeron a Kroos, Modric y Rodrygo. Incluso hubo chance de ver a Vallejo, quien entró por Militao. Con el partido ya resuelto, el Madrid no se descompuso y siguió en la labor de ataque. Un pase de Asensio desde la derecha encontró a Benzema habilitado, y no perdonó el francés, coronando un partido extraordinario.

Baño de goles de cara al Clásico

Dicen que el Madrid siempre vuelve. Y esta vez se dio un baño terapéutico de goles en Ucrania. Hubo posesión de balón, presión arriba y orden en las líneas. Con la zaga y dos puestos del ataque prácticamente definidos, queda ver cuál será la decisión de Ancelotti en el mediocampo, y si repetirá a Rodrygo en la delantera. Casemiro sigue sin llegar a la forma que se espera de él, y Modric sólo está dejando destellos.

Podría optar el italiano por Valverde y Camavinga acompañando a Kroos. O quizás sean aquellos dos flanqueando a Casemiro. Con la lista de lesionados en mínimos (Hazard con molestias y Bale en recuperación), Carletto dispone de muchas opciones. Sólo esperamos que no tenga un “ataque de entrenador” y quiera dar rienda suelta a la creatividad.

El Clásico es un asunto serio, en el que nunca se puede inferir un resultado con base en partidos anteriores. El horario es un poco inconveniente para los que vivimos en esta isla inmensa (1 de la mañana), así que lo veremos en streaming al despertar.

Los esperamos en las charlas de Twitch de Meritocracia Blanca y Madridista Real.

Ya será hasta la próxima Crónica desde Down Under. ¡Hala Madrid y nada más!

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