
Real Madrid 1-3 FC Barcelona: “Super ridículo”
El Real Madrid ha caído derrotado en la final de la Supercopa de España ante un Barça que le superó en todo. En juego, en intensidad y en ganas. Frente al equipo de Xavi Hernández, un equipo, el de Carletto, plano, nulo y sin ideas. Y lo que es más terrible, con una horrible sensación de impotencia y al que Courtois salvó de una goleada mayor y cuyo marcador maquilló Benzema en el descuento.
Cierto es que el Real Madrid llegó al partido con muchas bajas, sin Tchouameni, Alaba y Lucas Vázquez, además de con Camavinga tocado, pero la insuficiencia física mostrada hoy sobre el césped del Estadio Rey Fahd de Riad no es justificable por estas ausencias. Como tampoco son justificables los gravísimos errores defensivos, con Rüdiger y Carvajal como protagonistas y que dieron lugar a los dos primeros tantos.
A esto hay que sumar que hay jugadores que están atravesando un alarmante momento de forma, cuyas piernas parecen pesar quintales. Y además añadamos que el banquillo -a diferencia del pasado año- lo que hay, no mejora a esta primera unidad, tan terriblemente floja.

Y vale que lo de hoy es un título menor pero la imagen ofrecida por el equipo no se compadece en absoluto de lo que debería ser un equipo que defendía su “cinturón de campeón” de la pasada temporada.
La suma de inoperancia, tanto desde dentro del césped como desde la dirección técnica y mal estado de forma, trae como resultado la impotencia y la incapacidad para afrontar estos retos, al menos en estos momentos.
Desastre defensivo madridista en la primera mitad
El Real Madrid ni estuvo ni se le esperó en ningún momento del partido. Desde el primer minuto fue pasto de la superioridad culé, absolutamente incontestable, cimentada en una presión asfilxiante a la salida de balón que anuló por completo al equipo y dejó al aire todas las vergüenzas del equipo. Especialmente las defensivas.
El primer aviso culé llegó a los 12 minutos, cuando Lewandowksi, con un disparo desde la frontal, puso a prueba a Courtois, pero su disparo duro y raso lo desvió el belga y acabó tocando en el poste derecho.
Bajo un dominio casi absoluto del Barça, cuya presión alta y un mayor ritmo competitivo impedían jugar el balón, llegó el primer tanto en uno de los muchos fallos defensivos de los blabcos. Corría la media hora de juego cuando Camavinga perdía el balón cerca del área y, con el equipo totalmente descolocado atrás, Lewandowski abrió a la izquierda del ataque culé donde entraba Gavi sin apenas oposición y el canterano batió a Courtois en su salida.
Demasiado fácil para los culés, que tocaban a su antojo y corrían el doble que los madridistas, sin apenas intensidad ni siquiera para los balones divididos, que caían todos del lado azulgrana.

Y en otra pifia monumental de la defensa madridista, al filo del descanso Rüdiger y Carvajal fueron de forma descontrolada a robar un balón en la medular ante Busquets, quien logró asistir a Gavi. El joven centrocampista azulgrana se encontró con una autopista de tres carriles por la banda derecha del Real Madrid y tras plantarse solo en el área, vio la llegada completamente solo de Lewandowski por el centro del área y éste sólo tuvo que empujarla dentro para anotar el segundo.
Sin mejoría en la segunda parte
Tras el descanso, Carletto quiso darle más profundidad cambiando su hasta ese momento inoperante 4-4-2 y cambiarlo por un 4-3-3, dando entrada a Rodrygo por Camavinga, que sin haber hecho casi nada, no estaba siendo ni mucho menos el peor del inoperante centro del campo madridista. Pero ni por esas.
Con un Barça mucho más ambicioso, poderoso en lo físico y también en lo táctico, el Real Madrid no fue capaz de revertir la situación, pese a que en los primeros instantes de la segunda parte dio la sensación de querer tener el balón y buscar la profundidad que no habían sido capaces de encontrar en la primera mitad.
Pero fue un espejismo. No tardaron los de Xavi en adueñarse del balón y, con un centro del campo transparente, incapaz de frenar las acometidas del Barça, muy bien movido por De Jong y Gavi y con Dembelé y Lewandowski muy “juguetones” arriba, el Real Madrid volvió a estar contra las cuerdas.

De no haber sido por Courtois, que salvó mediante dos magníficas intervenciones casi consecutivas precisamente ante Dembelé y Lewandowksi, el Barça podría sumado uno o dos tantos más. Por cierto, resultó ciertamente descorazonador ver cómo Balde humillaba en carrera a Carvajal en la jugada en la que Dembelé pudo anotar el tercero.
Lo siguió intentando Carletto desde el banquillo y tras retirar a un irreconocible Modric por Ceballos en el minuto 64, pero no era el día. Sobre todo cuando, apenas cuatro minutos más tarde, Militao no lograba ganar un balón dividido en el centro del campo ante Lewandowski, que llegó casi sin oposición hasta prácticamente la frontal del área madridista.
El delantero polaco abrió a Gavi, de nuevo a sus anchas porque Carvajal estaba fuera de su sitio. El centrocampista culé mandó un excelente centro templado y con rosca al segundo palo, donde entró Pedri libre de marca para hacer el tercero.
La entrada de Asensio y Nacho, por Kroos y por Carvajal, tampoco aportaron nada. Al menos, el canterano madridista logró tapiar el agujero negro en el que se había convertido la banda derecha pero nada con sifón por parte del balear, que volvió a mostrar su frialdad en estos partidos.
Ya con el partido resuelto, en el minuto 78 Rodrygo puso a prueba a Ter Stegen por primera vez con un buen disparo desde la frontal al que respondió el meta alemán con una espectacular estirada. Demasiado poco para soñar con un remontada en la que ya nadie creía.
Con el tiempo vencido, y a punto de cumplirse los tres minutos de añadido que había concedido De Burgos Bengoetxea, Ceballos logró asistir desde la izquierda a Benzema, que estaba cerca del punto de penalti.

En un primer remate, el francés se topó con Ter Stegen, cuyo despeje le volvió a caer en las botas a Benzema que, en esta ocasión no falló y acortó distancias para, al menos, maquillar una derrota que pudo y debió haber sido más abultada.
Sin más que añadir, el colegiado vasco pitó el final a este suplicio de partido y el primer título de la era Xavi se fue para Can Barça, dejando un sinfin de dudas en el seno del madridismo, muy preocupado por esta alarmante cadena de malos resultados y, sobre todo, de juego y de forma al que, por además le espera una dura racha de partidos en las próximas semanas.
De hecho y sin ir más lejos, esta misma semana le esperan el Villarreal este jueves en Copa del Rey, que ya le mandó a la lona hace algo más de siete días, y el domingo el Athletic de Bilbao en San Mamés, un feudo tradicionalmente incómodo para los madridistas.