Athletic de Bilbao 0-2 Real Madrid: “Merecida recompensa al trabajo y al sacrificio”
El Real Madrid ha logrado tres importantísimos puntos en un campo siempre difícil como es San Mamés y ante un rocoso Athletic de Bilbao, cimentados en una poderosa defensa y el acierto de cara al gol del equipo, con un Benzema cada vez más cercano a la versión estratosférica de la pasada temporada.
Un partido tremendamente completo de los de Ancelotti que supieron imponer su calidad pero que no dudaron en ningún momento a la hora de ponerse el mono de trabajo y apechugar en defensa cuando el rival apretó. Porque apretar, apretó. Vaya que si apretó porque está en su ADN, sobre todo en casa, llevados de la mano de un público que batió el récord histórico de asistencia a La Catedral y llevó en volandas a su equipo hasta el último suspiro del partido.
Esta victoria, además de por lo importante que resultaba para no perder comba ante un Barça que, de nuevo con el gancho, se había impuesto minutos antes al Getafe y pinchar le supondría al Real Madrid dejarse más pelos en la gatera de los que ya se había dejado estas últimas jornadas.
Por eso, esta victoria ha sabido tan bien. Porque se ha elaborado a fuego lento, empapándose bien de harina y disfrutando de la cocina, sabiendo sufrir cuando hizo falta pero también dándose algún que otro homenaje, en forma de excepcional juego colectivo, en el momento preciso. Y todo ello salpimentado con sendos zarpazos no ya de gato sino de león, pero no de San Mamés, por parte de Karim Benzema, que a la chita callando ya lleva ocho goles en 10 partidos.
La única nota negativa al partido hay que ponerla en la cacería impune e ininterrumpida de todos los equipos de esta Liga hacia Vinicius. De nuevo, le han dado de lo lindo al brasileño sin que el árbitro, en esta ocasión, Sánchez Martínez hiciese prácticamente nada.
De hecho, hemos tenido que asistir de nuevo al esperpéntico espectáculo de ver cómo el árbitro se dirigía a VInicius para “tranquilizarle” después de que hubiese recibido una alevosa entrada de Ander Herrera que merecía, como mínimo, la cartulina amarilla. Y de esas recibió alguna que otra más y de nuevo, sin castigo,
Gol y dominio madridista, tras el aluvión rojibianco
Futbolísticamente, hay que decir que los primeros 15-20 minutos fueron de intenso dominio rojiblanco. Los de Ernesto Valverde salieron en tromba a por el Madrid, con una presión asfixiante en todo el campo que dejaba en casi imposible la posibilidad de salir con el balón jugado en unas condiciones mínimas.
Un Madrid, por cierto, más “meritocrático” que nunca ya que esta noche Carletto premió a sus mejores jugadores en Villarreal el pasado jueves con la titularidad, de modo que Asensio y, sobre todo, Ceballos fueron titulares, con Nacho como lateral derecho en esta ocasión.
Con los hermanos Williams, Nico e Iñaki, intentando golpear por las bandas, el Real Madrid estuvo bastante incómodo en los primeros minutos, si bien hay que decir que, salvo con una gran mano como respuesta a un testarazo de Paredes a los 10 minutos, prácticamente no puso prueba a Courtois.
Gran parte de culpa, por cierto, la tuvo el trabajo a destajo de la defensa, con unos espectaculares Militao y Rüdiger y, con Nacho muy serio y disciplinado tácticamente, además de contar con la inestimable ayuda de un Camavinga espectacular hoy como “5”, robando balones sin parar. Incluso Valverde, Asensio y Vinicius bajaron a echar una mano.
Lo que nadie se esperaba es que el Real Madrid se adelantase y de la forma en que lo hizo prácticamente en su primera aproximación a portería, cuando en el minuto 23 Fede Valverde colgaba un balón con bastante intención al corazón del área, Asensio tocó de cabeza hacia atrás y encontró a Karim Benzema. El francés no se lo pensó dos veces y enganchó un remate de volea que se alojó pegado al palo izquierdo de Unai Simón.
El Athletic sinitó el golpe y, a pesar de que no bajó los brazos, pero es cierto que rebajó mucho su presión y acabó siendo dominado por el Real Madrid que firmó entonces los mejores minutos de fútbol no ya del partido sino probablemente desde que volvimos del parón por el Mundial.
Un buen fútbol que, sin embargo, ya no tuvo plasmación efectiva en más oportunidades de cara al marco de Unai Simón y sí dejó, sin embargo, más imágenes de palos y más palos nuevamente impunes a Vinicius.
Saber sufrir para lograr tres puntos de oro
Comenzó la segunda parte sin cambios en ninguno de los dos equipos y con más o menos el mismo guión con el que acabó la primera. Esto es, un Real Madrid que dominaba más o menos con tranquilidad y frente al que el Athletic, con más corazón que cabeza, intentaba ponerle freno.
Nacho estuvo en un tris de resolver el partido en el minuto 58, en una jugada por cierto en la que pudo haber penalti cuando tras revolverse en el área disparó a bocajarro pero repelió en el meta vasco y era empujado por Yuri, justo después, cuando intentaba por tercera vez disparar a puerta.
Quien sí gozó de una magnífica ocasión fue Marco Asensio sólo siete minutos más tarde, tras una espectacular jugada colectiva casi al primer toque del Real Madrid que no pudo culminar en gol el jugador balear porque su disparo, tras una maravillosa asistencia de Benzema, se perdió apenas unos pocos centímetros a la derecha de Unai SImón.
Llegados al ecuador de la segunda mitad, el Real Madrid acusó el importante bajón físico de un gran Dani Ceballos, que había trabajado a destajo y estaba francamente exahusto, al que se unió un importante arreón del Athletic, que volvió a embotellar al Real Madrid en su área, aunque con más intensidad que juego.
Avisó Nico Williams en el minuto 70 pero su disparo se marchó desviado. Igualmente, su hermano Iñaki tuvo en sus botas el empate apenas cinco minutos más tarde.
De hecho, logró marcar pero su tanto fue invalidado porque en la jugada previa, Guruzeta, en clara posición ilegal, desvió con su pierna un disparo de Yuri desde la frontal, que obligó a Courtois a desviar como pudo el balón, que le llegó al hispano-ghanés, que marcó con un gran remate, pero como digo, el tanto no subió al marcador.
Estaba el Athletic en pleno asedio aunque sin acierto, gracias entre otras cosas al enorme acierto defensivo del Real Madrid, cuya línea de cuatro hoy se estaba mostrando inexpugnable, con Rüdiger y Militao espectaculares en el juego aéreo.
Los últimos minutos del partido, con un evidente cansancio rojiblanco, estuvieron marcados por la efectividad de los cambios. Primero había entrado Modric por Asesnio y después Rodrygo por Vinicius y Kroos por Ceballos funcionaron a la perfección, especialmente estos dos últimos.
Con el Athletic cada vez más roto, llegó la puntilla para los “Leones” cuando casi al límite del minuto 90, Rodrygo le robó la cartera a Lekue en la medular y abrió a Valverde, que entraba como un búfalo desbocado por la derecha. Asistió a Toni Kroos y éste, casi de primeras, empaló un disapo raso y pegado al palo izquierda de Unai Simón para cerfiicar el triunfo madridista.
Con los tres puntos en el bolsillo, ahora toca centrarse en la Copa del Rey. Le espera un nuevo hueso duro de roer como es el Atlético de Madrid en este durísimo y exigente mes de enero, clave para las aspiraciones madridistas de seguir sumando títulos.