
Real Madrid 3-1 RCD Espanyol: “De este barco no se baja nadie”
El Real Madrid ha logrado el objetivo de llevarse los tres puntos del partido de hoy y meterle presión al Barça, que juega este domingo en Bilbao ante el Athletic, en una de las pocas salidas complicadas que les quedan a los culés esta temporada.
Una jornada de esas marcadas en rojo y en vísperas además de un nuevo Clásico, el que se disputará la próxima semana en Can Barça, al que los de Carletto viajarán para jugarse todas sus opciones de cara al título.
El partido de hoy no ha tenido más historia que otra nueva remontada para darle la vuelta a un resultado adverso. Pero también de otro intento arbitra para desestabilizar al Real Madrid, hoy con Figueroa Vázquez y ciertamente menos descarado que otros de esta misma temporada, como los del Villamarín de la pasada semana, Mallorca o Vallecas, por citar alguno, y en el que el equipo.
Aun así, volvió a estar remiso con las tarjetas en otra nueva cacería a Vinicius, que recibió de lo lindo, pero no dudó en amonestar al brasileño en una jugada sin trascendencia que casi me atrevería a decir que no era ni falta.
Caraja inicial y remontada blanca en la primera parte
Los chicos de Ancelotti saltaron al campo con una caraja colosal, fruto de la cual Braithwhite estuvo a punto de abrir el marcador en los primeros instantes, cosa que sí logró Joselu en el minuto 8, tras una contra provocada por un robo, cuando menos irregular de Gragera a Tchouameni en el centro del campo.

El jugador espanyolista pudo abrir con facilidad a su derecha, donde Rubén Sánchez se aprovechó del despiste de Camavinga para ganarle fácilmente su espald y asistir a Joselu para que, como digo, de un espectacular zurdazo de primeras alojase el esférico en la misma escuadra de Courtois.
El Real Madrid pareció despertar del la siesta y del plácido calorcito casi primaveral de un Bernabéu repleto a las dos de la tarde y se empezó a conectar, aunque con un ritmo cansino, lento y ciertamente previsible, comandado por Kroos.
Con el equipo blanco dominando a placer y cada vez más dentro del campo blanquiazul, Vinicius -el único recurso ofensivo con peligro real del Real Madrid- se inventó una jugada de ensueño.
En el minuto 21 recibió un balón sin aparente peligrosidad en el vértice del área, regateó y trazó una diagonal que culminó con un disparo raso y ajustadísimo al palo izquierdo de Pacheco, que entró por el único sitio posible dentro del mar de piernas que poblaban el área blanquiazul.
Este gol asentó a los de Ancelotti en el partido, les dio la tranquilidad necesaria para afrontar el resto del partido y siguió atacando buscando la remontada. A punto estuvo de lograrla Rodrygo un par de minutos después del gol de su compatriota, en una jugada personal -de las pocas que logró culminar- pero su centro-chut se encontró con las piernas de Pacheco.

A partir de ahí, dominio obsesivo, moviendo el balón de una parte del campo a otra buscando el más mínimo resquicio dentro de la pobladísima defensa espanyolista. Un resquicio que sí logró encontrar Tchouameni al filo del descanso con una espectacular asistencia con el exterior que remató Militao casi en el área pequeña con un testarazo que reventó la red de Pacheco tras tocar en el larguero y después de un salto vertical dnde el brasileño exhibió músculo y poderío físico.
Segunda parte de nadar y guardar la ropa
Tras el descanso, el Real Madrid, sabedor de su superioridad, se dedicó a contemporizar y a especular con el resultado. La parte mollar del trabajo, que era lograr la remontada ya estaba hecha y, con las miras puestas en el importantísimo encuentro del miércoles ante el Liverpool, se puso a sestear.
Mucho dominio infructuoso, excesivo toque y poca profundidad, pero con un ritmo lento y pasivo, marcado por Kroos. Como si el equipo hubiese decidido echar el freno de mano, dando por amortizado el resultado y ya sólo quisiese que Figueroa Vázquez pitase el final.
Y el caso es que no le fue mal porque el Espanyol, lejos de crear peligro o intentar dar algún susto, encima se iba quedando sin efectivos a causa de las lesiones. Es más, Rodrygo pudo incluso darle la puntilla al partido en el minuto 74 con un lanzamiento de falta directa que estrelló en el larguero de Pacheco.
A partir del minuto 75, con la medular madridista “dinamitada” con los cambios de Carletto, en apenas tres minutos sustituyó a Modric, Tchouameni y Kroos para dar entrada a Asensio, Ceballos y Rüdiger, el equipo se aculó en tablas o lo que los “panenkitas” llaman el famoso “Bloque Bajo”.
Asensio cerró el marcador con un buen gol en el descuento | Real Madrid 3-1 RCD Espanyol
El Real Madrid reorganizó su sala de máquinas, pasando a Camavinga al eje del centro del campo, con Valverde y Ceballos y, de paso, movió a Nacho al lateral izquierdo, dejando a Rüdiger como eje de la zaga junto a Militao.
Unos cambios providenciales, no sólo en defensa, donde gracias a la presencia de sus centrales pudo intecerptar todo atisbo de reacción espanyolista, que se fue arriba buscando el empate a base de centros laterales que tanto Militao como el recién incorporado Rüdiger desbarataron, sino por el papel de Nacho en el lateral.
Y es que, ya en el descuento, con el equipo blanquiazul a medio ordenar, Nacho robó un balón en defensa y se proyectó en ataque como el mejor Roberto Carlos.
El canterano madridista, que está atravesando por uno de sus mejores momentos de forma como jugador del primer equipo, fue dejando rivales atrás en una carrera frenética hacia el marco espanyolista y encontró a Asensio, totalmente desmarcado por detrás de la espalda de la defensa. Un regalo que el balear, con una muy buena ejecución, no desaprovechó y batió por arriba a Pacheco en su salida.
Por último, no quería dejar de reflejar esta nota anecdótica del pésimo arbitraje de Figueroa Vázquez hoy en el Bernabéu en lo ocurrido en la última jugada del partido. Sin haberse cumplido aún el quinto de los cinco minutos que dio de prolongación el colegiado andaluz se produjo una falta sobre Rodryg relativamente cerca de la frontal del área del Espanyol que el jugador brasileño botó rápidamente buscando la sorpresa.
Sin embargo, el colegiado le obligó a repetirla porque no estaba en el lugar donde había cometido la falta (algo que en otros equipos parece no importar, aunque acaben en gol) y entonces, sin más, pitó el final del partido, sin dejar siquiera la posibilidad de intentar el lanzamiento directo de la falta.
En cualquier caso, tres puntos importantísimos para afrontar el Clásico de la semana próxima con tranquilidad y esperar que el Barça pinche en San Mamés. Si los culés se dejan puntos este domingo ante los Leones, habrá Liga. Al menos hasta el domingo por la noche…