FC Barcelona 2-1 Real Madrid: “La mediocridad se paga muy cara”
El Real Madrid volvió a sucumbir por tercera vez esta temporada ante uno de los Barças más cutres, vulgares y hasta barriobajeros que se recuerdan de la historia de los Clásicos. Un mal que empieza a ser endémico y en el que la mediocridad se ha apoderado de estos duelos.
Porque no sólo el Barça ha sido un conjunto mediocre. Esta noche lo ha vuelto a ser el equipo de Carletto, que ha vuelto a tirar del viejo manual, un libro de instrucciones caduco y trasnochado que, además, se ha empeñado en aplicar en una maquinaria, la del centro del campo Kroos-Modric, que ya no funciona. Como tampoco funciona Benzema, al que parece que le ha abandonado la Baraka.
Sin embargo, y a pesar de que dominó durante muchos minutos, como ya le pasó en el partido de Copa, y fue valiente -y bastante mejor que el Barça- en los últimos minutos, donde desplegó su mejor juego, casualmente sin Kroos ni Modric ya en el campo, la mala suerte le volvió a golpear, con un gol de Kessie en el descuento, previa falta de Lewandowski a Carvajal en el origen de la jugada.
El arbitraje, de nuevo, en el punto de mira
Dicho lo cual, también hay que poner el foco -por desgracia, ya perdí la cuenta de cuántas veces- en el arbitraje de De Burgos Bengoetxea en el campo y de Soto Grado en el VAR. Dos alumnos tremendamente aventajados del Negreirato más rancio y descarado.
El arbitraje de esta noche en el Nou Camp ha sido el compendio del Negreirato, que sigue vivo con más vigencia que nunca gracias a blanqueadores no sólo de amarillo sino con micrófono en las emisoras de radio y TV.
El gol anulado a Asensio por posible fuera de juego, tras más de dos minutos de “deliberaciones”, con unas líneas dudosísimamente tiradas (no, querido Carlos Martínez, no son automáticas ni matemáticas) que dejaban muchisimas dudas de la posición mínimamente adelantada del balear, en una pata de ese banco. Pero es que hubo mucho más.
En otro día más en la oficina, Gavi se fue del partido como un héroe troyano cuando no es más que un cerdo y un tipo absolutamente deleznable y antideportivo. Si el otro día, en el partido de Copa le perdonaron dos rojas por sendos codazos a Militao y Camavinga, hoy le han vuelto a perdonar un codazo alevoso en la boca a Carvajal y después, se ha ido de rositas tras agredir sin balón a Ceballos. Y todo esto entre vítores y palabras de comprensión y reconocimiento a la “intensidad” y al brío del chaval sobre el campo.
Es muy fácil jugar cuando te dedicas a parar sistemáticamente las contras con agarrones y faltas que nunca ven amarilla y al que las ve, como Sergi Roberto, luego no le mandas al vestuario tras un pisotón no menos alevoso a Nacho.
En definitiva, el partido de hoy ha sido un “cóctel explosivo” en el que se ha juntado lo peor y más corrupto del Régimen que vivimos desgraciadamente, con el Real Madrid más inoperante y romo de los últimos años.
Miel sobre hojuelas para el Negreirato, cuyo sucesor, Roures, el dueño de las retransmisiones, del VAR y de un porcentaje de los derechos del Barça hoy respira tranquilo. Su inversión está a salvo.
Falta de ambición madridista en la primera mitad
En lo deportivo, el Real Madrid volvió a apostar por una fórmula que, salvo el partido del Liverpool en Madrid, se est´demostrando agotada, vacía, inoperante. Apostar por la dupla Kroos-Modric es un completo error, sobre todo cuando el ritmo del partido impone la necesidad de velocidad y frescura de ideas. Y hoy ha vuelto a pasar.
El equipo salió bien plantado al campo e incluso disfrutó de la primera oportunidad del partido,a los 30 segundos con un disparo flojo de Benzema desde la frontal que atajó sin problemas Ter Stegen.
Eso sí, el Barça avisó con un par de ocasiones que obligaron al lucimiento de Courtois. La primera a los tres minutos con un disparo lejano de Lewandowski y otra un par de minutos después con un buen remate de Raphinha a pase de Sergi Roberto.
Sin embargo, no se le pudo poner mejor el partido a los de Carletto cuando a los ocho minutos, una combinación entre Camavinga y Vinicius en el área, acabó con un centro desde la cal del brasileño que Araújo interceptó de cabeza, con tan mala suerte que desvió la trayectoria del balón y lo introdujo en la meta de Ter Stegen por el único hueco que había.
Con el partido donde quería el Real Madrid llegó sin embargo la maldita indolencia, esa sensación de suficiencia y de falta de colmillo y agresividad que le debió haber llevado a matar el partido. Y no lo hizo y de nuevo con consecuencias funestas.
El Barça estaba muy tocado y ,en ocasiones durante esta primera mitad, sometido al Real Madrid, que se dedicó a tocar y tocar y a dominar el partido pero sin ir a por el segundo, lo que sin duda hubiese destrozado a los de un ya bastante tocado equipo culé, que empezó a ver la luz a partir de la media hora de juego, con un gran disparo de Raphinha al que respondió Courtois con otra gran intervención.
A partir de ese momento, el Barça se sacudió el dominio madridista y la posesión se repartió entre ambos equipos, con un Real Madrid que se defendió con orden hasta que llegó el maldito minuto 44, cuando llegó el empate barcelonista.
Ante una sucesión de malos despejes, de tiros mal defendidos y fruto de una increíble pasividad defensiva, el balón acabó en los pies de Sergi Roberto en el área, quien con toda comodidad se acomodó el esférico y ejecutó a placer a Courtois, que nada pudo hacer para evitar el gol.
Dominio alterno, con el VAR de protagonista
Sin dejar ni siquiera sacar de centro, De Burgos mandó a los jugadores al vestuario y tras el descanso el partido no cambió exageradamente. Con un dominio repartido, el Barça -muy frágil atrás- sufría las acometidas de Vinicius a la contra pero siempre, o por desacierto en el último pase o por la mala actuación de Benzema, en uno de los peores partidos que le recuerdo en estos últimos años, el gol no llegaba.
Por su parte, el Barça también lo intentaba y así, en el minuto 58 Lewandowksi estuvo a punto de ver puerta en un disparo desde la frontal que rechazó entre las piernas a Militao y se perdió por bien poco, pegado al palo izquierdo. Una jugada a la que respondió casi de inmediato Rodrygo, que acababa de entrar al campo, aprovechando una mala salida de balón de Busquets pero su disparo se marchó por encima de la meta de Ter Stegen.
Con el partido tremendamente igualado, y cada vez más desenfrenado, el Barça pudo adelantarse en el marcador en el minuto 78 con un buen disparo de Raphinha, tras una pared con Lewandowski, pero entre Rüdiger y sobre todo CourtAois, mandaron el balón a córner.
Los últimos minutos del partido fueron un correcalles, muy bien interpretado por el Real Madrid, ya con Ceballos y Asensio en el campo por los desaparecidos Modric y Valverde. Con el Barça partido por la mitad, los de Carletto lograban romper la espalda de la defensa por las bandas y así, en una contra, el Real Madrid encontró su fruto.
En el minuto 80, una buena transición entre Vinicius y Rodrygo de banda a banda, acabó con el balón en los pies de Carvajal, que vio muy bien a Asensio entre líneas y el balear, con un sutil toque, alojó el balón lejos de Ter Stegen.
Un gol que, desgraciadamente, no subió al marcador porque tras más de dos minutos de revisión, Soto Grado y en base a una repetición cuando menos “manifiestamente mejorable” y unas líneas tiradas de aquella manera, decidió anular el tanto por una supuesta posición de fuera de juego de Asensio, por apenas unos escasos centímetros.
Y cuando todos daban por hecho el empate en el marcador, llegó la debacle definitiva del Real Madrid. Con el tiempo de descuento, y con el Madrid volcado sobre el área culé, el Barça sorprendió con una pared entre Lewandowksi y Carvajal, fuera de su sitio y noqueado además por el propio delantero polaco.
El canterano culé asistió al segundo palo donde entraba Kessie en segunda línea y, de primeras, alojó el balón en la meta de Courtois con un durísimo e inapelable disparo que, además de los tres puntos, le daba prácticamente de facto la Liga al Barça, esta Liga corrupta y marcada por el Negreirato.
Ahora sólo queda lamerse las heridas, protestar (aunque dudo mucho que el club haga algo, como sí hizo por ejemplo Osasuna con una jugada similar) por este nuevo atropello arbitral y sobre todo proteger la segunda plaza, dado que tras los últimos tropiezos madridistas, a la chita callando el Atleti, que ha encadenado una gran racha de resultados, ya está a solo cinco puntos de los blancos.