Crónica Girona 4-2 Real Madrid | Jornada 31 Liga Santander

Vinicius, tremendamente castigado por la defensa, se las tuvo tiesas con medio equipo | Girona 4-2 Real Madrid

C Girona 4-2 Real Madrid: “Espectáculo obsceno de violencia y dejadez”

El Real Madrid se ha dejado tres puntos en Montilivi, tras un pésimo partido que no es ni más n menos que el fiel reflejo de lo que ha sido una Liga corrupta y manchada de estiércol desde su primera jornada.

Una Liga en la que, de nuevo y como ya ha ocurrido en otros tantos campos (incluyendo el propio Bernabéu), se ha desarrollado una nueva cacería a Vinicius quien, además de ver cómo le han castigado sistemáticamente, recibiendo toda suerte de golpes, patadas (algunas ciertamente peligrosas) e insultos y de nuevo, sin castigo.

Es más, a diferencia del infame partido de Mallorca, en el que los Raíllos, Maffeos y demás calaña atizaron a base de bien al brasileño pero al menos se pitaron casi 30 faltas y se batió el récord de infracciones en un partido de Liga, en esta ocasión, esas patadas no sólo fueron gratis, en el sentido que no vieron amarilla sino que ni siquiera fueron sancionadas como falta y, lo que es peor, casi acaban con el brasileño en la ducha antes de tiempo.

De hecho, el primer tanto del Girona nace de una jugada en la que una durísima entrada a Vinicius tras una brillantísima delicatessen del brasileño en forma de lambretta quedó sin sancionar que provocó que, de una posible falta peligrosa cerca del área del Girona, se pasase de inmediato al 1-0 para el equipo local.

Pero ni ésa fue la más grave de las patadas ni las desconsideraciones que tuvo que sufrir ni tampoco la primera, ya que prácticamente desde el primer minuto, Vinicius fue pasto de la defensa local, sobre todo por parte de Oriol Romeu y Santi Bueno, y le fueron sacando del partido, como diría el poeta, “golpe a golpe”, aunque no “verso a verso” precisamente.

Y todo ello con la anuencia arbtitral, con el inefable Iglesias Villanueva sobre el césped y el “invitado” de Negreira Jr., González González en el VAR, que lo permitieron desde el primero hasta el último minuto. Ambos consintieron que, a pesar de la ingente ensalada de patadas y golpes propinadas por los jugadores del Girona, el partido se fuese al descanso con apenas tres faltas señaladas a cada equipo y tan solo una amarilla, precisamente para Vinicius, por revolverse tras recibir una dura falta y a continuación un pelotazo por parte de Santi Bueno.

Y por supuesto, tuvimos que asistir de nuevo a graves insultos racistos y gritos simiescos desde la grada, que en modo alguno merecieron el reproche arbitral pero tmapoco mediático, más empeñado en que Vinicius fuese expulsado que en castigar a sus provocadores.

A partir de ahí, me sobra cualquier comentario sobre el planteamiento de Ancelotti y demás zarandajas técnicas, por más que la actitud de algunos jugadores, especialmente en la defensa, haya sido deleznable, con un pasotismo y una indolencia intolerables, por más que esta Liga roñosa y podrida no merezca el más mínimo esfuerzo de un equipo que debe mirar más allá de nuestras fronteras y apuntar a empresas mucho más dignas y rentables.

Palos a Vinicius y doblete de Castellanos en la primera mitad

En lo deportivo, decir que Ancelotti -que afrontaba este partido con muchas bajas, la última la de Courtois conocida el mismo día del partido- puso en liza prácticamente todo lo “potable” que le quedaba a la mano, con Lunin bajo palos, Carvajal, Militao, Rüdiger y Nacho atrás, Kroos, Modric y Valverde en la medular y Rodrygo, Asensio y Vinicius en punta.

A pesar de la infinida de faltas recibiddas, Vinicius fue el mejor del equipo | Girona 4-2 Real Madrid

Y no afrontó mal el partido el Real Madrid, que salió a por la victoria desde el pitido inicial, de un Vinicius en estado de gracia y que dijo aquello de “a mí el pelotón, que los arrollo”. Incisivo como un cuchillo y a pesar de las tarascadas recibidas prácticamente desde el arranque, el brasileño rápidamente acaparó el protagonismo por su banda.

Así, a los 30 segundos ya avisó el Real Madrid de sus intenciones con una maravillosa internada de Vinicius que no logró culminar Rodrygo en boca de gol con un fabuloso remate de tacón pporque se encontró con un defensa. E instantes después fue Valverde el que probó suerte desde lejos con un disparo durísmo que desvió a córner Gazzaniga con muchos apuros.

DOminaba a placer y con peligro el Madrid que, en el minuto 10 nos dejó una obra de arte en las botas de Vinicius con un regate espectulrar en forma de lambretta casi sobre la cal en el mismo borde del área, que fue respondido con una dura entrada por parte de Santi Bueno. Sin embargo, Iglesias Villanueva no vio nada punible en la acción y dejó seguir.

En ese momento, en la primera vez que el Girona cruzaba el campo, Rodigo Riquelme rompió la línea defensiva madridista con un gran pase filtrado que acabó con un pase al área pequeña de Iván Martín para que Taty Castellanos rematase de cabeza, adelantándose a un despistado Militao.

La sorpresa mayúscula de verse de esta forma tan rápida y tan sencilla por delante en el marcador fue aún mayor cuando en el minuto 23, otra vez Militao se sumó a la fiesta. El central se tragó un balón lejano, sin aparente peligro, y le regaló el segundo tanto de su cuenta a Castellanos. El delantero argentino no desaprovechó el fallo infantil del defensa brasileño, quien probablemente firmó hoy su peor partido desde su fichaje en junio de 2019, y batió a Lunin en su salida.

Momento en el que Castellanos bate a Lunin por segunda vez | Girona 4-2 Real Madrid

A duras penas y a pesar de la creciente intensidad en los palos a Vinicius por parte de la defensa del Girona, el Real Madrid despertó de su letargo y tras una buena jugada del equipo, Asensio colgó un magnífico balón a la espalda de la defensa para que Vinicius aprovechase para meter la cabeza y batir a Gazzaniga prácticamente en la línea de gol.

Un gol que dio esperanzas a un Real Madrid que, sin embargo, y a pesar de los esfuerzos de Vinicius, el único que parecía tomarse en serio el partido y, pese a que su cabreo con Iglesias Villanueva y los defensas rojiblancos iba en aumento y la tensión, especialmente de Vinicius, subía de nivel, no llegó a generar muchas más ocasiones hasta el final de la primera mitad.

Continúo el festival goleador de Castellanos tras el descanso

Lo que nadie se podía imaginar es que, a escasos segundos de la reanudación, Nacho podría estar tan sumamente lento ante Yan Couto, que profundizó por su banda y sin oposición, centró al corazón del área para que, de nuevo y por tercera vez, Taty Castellanos volviese a batir a Lunin aprovechando otra descoordinación defensiva, en esta ocasión entre Carvajal y Militao.

Un durísimo golpe y en un momento inesperado porque es cierto que el Real Madrid había ofrecido una cierta buena imagen y se había ido a por el empate hasta el final de la primera parte. De nuevo tocaba remar y de nuevo corriente arriba ante un Girona que se lo empezaba a creer.

Con este cabezazo Vinicius acercaba al equipo en la primera parte | Girona 4-2 Real Madrid

El problema es que si la cosa se había puesto mal, peor se le pusieron aún a los de Ancelotti cuando en el minuto 61, otro gran centro de Rodrigo Riquelme a la olla se encontró con la cabeza de Taty Castellanos, que cerraba una noche inolvidable baitendo por cuarta vez a Lunin, ante la pasividad de un desconocido Militao, que se limitó a defender con la mirada.

A partir de ahí, algunos cambios “quirúrgicos” y ciertamente quirúrgnecesarios, como el de Nacho por Camavinga y Tchouameni por Modric y más adelante de Lucas Vázquez por Carvajal, con el fin de tapar la sangría que estaba siendo el centro del campo y las bandas madridistas. Pero era ya demasiado tarde.

El Real Madrid, donde sólo brillaba Vinicius a pesar de otras entradas bastante feas, por supuesto sin sanción, que sufrió durante la segunda parte que le llevaron a perder definitivamente los estribos y a punto estuvo de ser expulsado por un rifi-rafe con Santi Bueno.

Y entre unas cosas y otras, el partido fue avanzando hasta que, por fin, y tras otra maravillosa jugada individual de Vinicius que asistió a Lucas Vázquez, que venía desde atrás, el Real Madrid maquilló el resultado con un segundo gol en el minuto 84.

El partido llegó a su fin después de tres minutos de prolongación. Y lo hizo tal y como empezó, con otra alevosa patada en la espinilla, en este caso a Kroos por parte de Santi Bueno, que tuvo para todos y aunque le hizo daño, afortunadamente no fue a mayores y que, como era previsible viendo el cariz del partido, también se quedó sin sanción.

Deja una respuesta