Real Madrid 2-1 Osasuna: “Campeones de Copa pensando en el City”
El Real Madrid se ha proclamado campeón de la Copa del Rey por 20ª vez gracias a un doblete de Rodrygo y recupera un trofeo que levantó por última vez en 2014 y también con Carlo Ancelotti en el banquillo, en un partido sin demasiada brillantez, donde la mente estuvo bastantes minutos en el trascendental encuentro de Champions del próximo martes en Madrid.
Y es que la superioridad del Real Madrid fue tal hasta el descanso que, tras la reanudación del partido, los mismos jugadores se fueron del partido y sólo el empate de Osasuna les hizo volver a la Tierra para remontar y acabar llevándose el título, gracias a la eficacia anotadora de Rodrygo y el espectacular trabajo de Vinicius.
El primero se llevó el MVP del partido y el segundo, además de alguna que otra tarascada y más de una provocación e insulto por parte de Moncayola y David García, se coronó de nuevo como uno de los mejores -si no el mejor- y más decisivos jugadores del panorama futbolístico mundial.
Primera parte de dominio absoluto del Real Madrid
En lo futbolístico, el Real Madrid saltó al campo con su “once” prácticamente de gala, con un clarísimo 4-3-3 con Courtois bajo los palos, Carvajal y Camavinga en los laterales y Militao y Alaba en el eje de la zaga, una línea medular con Kroos, Tchouameni y Valverde y con la tripleta ofensiva de Rodrygo, Benzema y Vinicius.
De estos tres últimos, hay que decir que mientras Benzema sigue atravesando su particular travesía en el desierto (hoy ha vuelto a naufragar claramente), Rodrygo y Vinicius siguen tocados por los dioses y se pudo ver nada más empezar. Cuando el partido apenas llevaba minuto y medio, Vinicius se internó por su banda con un desborde de fantasía y asistió al punto de penalti para que Rodrygo alojase el balón dentro de la portería de Sergio Herrera.
Un gol que trastocaba todos los planes de Jagoba Arrasate y ponía por delante al Real Madrid cuando aún había espectadores sentándose y el conjunto rojillo lo notó. Vaya si lo notó. Con un Vinicius imparable, que una y otra vez trituraba a la defensa rival con constantes incursiones por su banda.
Así, en el minuto 24, en otra nueva incorporación por la izquierda por parte de Vinicius (que lleva esta temporada a estas alturas casi los mismos goles que asistencias), le entregó un balón espectacular a Rodrygo, quiien vio la llegada de Benzema en el punto de penalti y le asistió “a lo Guti”, pero su remate lo sacó Herrera con una mano providencial abajo cuando se cantaba el segundo.
Sin embargo, a punto estuvo de empatar Osasuna el partido apenas un minuto después. En otro error infantil, provocado por la excesiva autoconfianza de Militao, el brasileño se dejaba robar la cartera por Abde y se plantó solo ante Courtois al que superó picando el balón. Y cuando parecía hecho el gol, apareció de la nada Carvajal para sacar la pelota en la misma línea de portería, evitando el tanto.
Reaccionó bien el Real Madrid, espoleado por el susto y así, a la media hora de partido, Rodrygo era derribado en la frontal del área y Alaba botó la falta con un espectacular zambombazo desde casi 30 metros que se estrelló con violencia contra el larguero de Sergio Herrera.
Tres minutos después Vinicius pudo aumentar la renta con un maravilloso disparo con rosca, tras otra gran jugada personal, pero la pelota se marchó ligeramente desviada de la escuadra izquierda de Herrera.
Finalmente y tras un par de intentos desacertados de Camavinga, el partido se fue al descanso con la sensación de que la Final parecía bien encarrilada para los de Ancelotti, que habían sometido a Osasuna, muy impotente durante los primeros 45 minutos. Eso sí, unos minutos antes del descanso, tuvo lugar una pequeña refriega entre David García y Vinicius.
El jugador rojillo desequlibró con su brazo ligeramente al brasileño en una internada y cayó al suelo, en una acción que éste consideró que era penalti. Entonces David García se encaró con Vinicius, le tocó el pelo y ambos se enzarzaron en un inicidente sin más consecuencias que con la amarilla para el jugador del Real Madrid, muy enfadado por lo ocurrido.
Sesteo madridista, empate y remontada en la segunda mitad
Tras el descanso Osasuna saltó al campo con mucha más intensidad que el Real Madrid y, con más empuje y coraje que juego, fue acogotando poco a poco a los de Carletto, que parecían estar pensando más en el partido ante el City que en los 45 minutos que aún les faltaban por disputar de una Final que veían ya en la buchaca.
Y claro, pasó lo que tenía que pasar. A pesar de que el Real Madrid se acercó con cierto peligro cion un par de ocasiones en los primeros cinco minutos, gracias a sendos disparos lejanos de Benzema y Vinicius que se fueron por encima de la portería de Sergio Herrera, no tardó en llegar el empate.
En el minuto 57, aprovechando un balón rebotado desde la defensa, Lucas Torró conectó un disparo raso y durísimo desde la misma frontal del área que se coló pegado al palo derecho de Courtois, que nada pudo hacer por evitar el gol.
En ese momento, el Real Madrid decidió volver al partido, del que se había marchado claramente durante este primer cuarto de hora y devolvió las aguas a su cauce natural, al menos el que habíamos visto en la primera parte.
Recuperó el balón y comenzó a tocar y Vinicius, hasta ese momento bastante más apagado, recuperó su chispa, al igual que Rodrygo. Así, tan solo cuatro minutos después del empate, Benzema le regaló un balón fantástico a Valverde quien, completamente solo en el centro del área, disparó mal en una ocasión de oro para los blancos.
Para reforzar un centro del campo hasta ese momento bastante blandito, Ancelotti movió ficha. Sacó a Rüdiger por un flojísimo Tchouameni y reajustó la defensa. Ubicó al alemán como central, pasando a Alaba al lateral izquierdo y subió a Camavinga al centro del campo y el equipo lo notó. Vaya si lo notó, porque Osasuna ya no volvió a acercarse con peligro a la meta de Courtois.
En el minuto 69 llegó el tanto definitivo cuando, por obra y gracia nuevamente de Vinicius quien, desbordando otra vez por la banda, llegó hasta la línea de cal y metió el balón al área pequeña, buscando a Benzema. Se anticipó David García pero su despeje, flojo, le llegó a Kroos. El alemán disparó desde el borde del área y el balón rechazó en la defensa, le cayó a Rodrygo quien, completamente solo y casi en boca de gol, sólo tuvo que empujarla para anotar por segunda vez en la meta de Sergio Herrera.
Y ahí se acabó el partido. El Madrid dominó de cabo a rabo y controlando eso que llaman “el tempo del partido”, lo durmió y salvo un escarceo en forma de remate de espuela de Alaba a pase de Rodrygo en el minuto 76 que se marchó por muy poco por encimal del larguero de Herrera, decidió que ya no se jugaba más.
Muy seguro atrás, fue dejando que muriese el encuentro, ante la impotencia de un Osasuna tremendamente luchador pero ya muy superado. Y tras cinco minutos de prolongación, el Real Madrid se proclamó campeón de la Copa del Rey, en el que supone el tercer título de esta temporada.
