Real Madrid 5-1 Valencia: “Goleada al racismo”
El Real Madrid se impuso con mucha facilidad ante un paupérrimo Valencia, que si bien tuvo sus opciones, no pudo hacer nada ante el tsunami de juego y goles que le pasó por encima, especialmente en la segunda parte, protagonizado por Vinicius y Rodrygo, autores de sendos dobletes, y con un golazo de Carvajal.
La nota negativa y, ciertamente desagradable, es que parte de la afición valencianista, sobre la que Rubén Baraja, en un alarde de populismo barato, exigió del Bernabéu su respeto, volvió a protagonizar gritos racistas contra Vinicius en los últimos instantes del partido.
Pero, salvo este pequeño manchurrón, desgraciadamente ya habitual con parte de la afición valencianista (que no aprendió la lección pese a que les cerraron una grada tras los terribles incidentes de la pasada temporada en Mestalla), el partido transcurrió por cauces ciertamente deportivos y sin incidencias reseñables por ninguno de los dos equipos.
Por último, no puede haber arbitraje de Sánchez Martínez sin polémica contra el Real Madrid. A pesar de que, como digo, el partido fue bastante limpio, de esos que llaman “de guante blanco”, se tragó dos clamorosos penaltis que, por lo que sea, ni él ni el ínclito Jaime Latre, otro de los investigados junto al colegiado murciano por su súbito incremento patrimonial, se dieron mus y los mandaron al limbo.
Contundencia madridista con un gran Lunin bajo palos
El Real Madrid saltó al campo con un “once” inédito, obligado por las bajas, especialmente la última, la de Jude Bellingham, comunicada por la tarde tras sufrir nuevas molestias en su maltrecho hombro.
Lunin repetía bajo los palos, con Carvajal y Mendy en los laterales, Nacho y Alaba en el centro de la defensa, Kroos, Camavinga y Fede Valverde en la medular, conBrahim de nuevo haciendo de Bellingham en el enganche como el par0tido ante el SC Braga unos días antes y con Vinicius y Rodrygo repitiendo en el ataque.
Y no se le pudieron poner mejor las cosas al Real Madrid ya que, a los dos minutos, Kroos le mandó un maravilloso pase a Carvajal de más de 30 metros. El madrileño, que rondaba el vértice del área valencianista, se despachó un sombrero ante Gayá, al que dejó sentado y sin pensárselo dos veces, empalmó un poderosísimo zurdazo que se coló pegadito al palo izquierdo de Mamardashvili, que no pudo hacer nada por evitarlo.
Así pues, en un abrir y cerrar de ojos, el Real Madrid había roto el planteamiento de Baraja y de un Valencia que parecía ya entregado. Y bien pudo haberse roto el paritdo del todo si el lanzamiento de falta de Kroos a los siete minutos hubiese entrado en vez de golpear en la cruceta.
Sin embargo, no terminó de descoserse a pesar del dominio del Real Madrid, que deshacía cualquier intento de ataque ché, especialmente gracias a la labor ingente de contención de Eduardo Camavinga y al trabajo defensivo de Fede Valverde y de Brahim, que ayudó bastante atrás.
El único lunar del Real Madrid hoy fue su defensa, hoy una auténtica verbena atrás con Nacho y Alaba, en ocasiones secundado por las rarezas de Mendy. Es verdad que su defensa era de circunstancias, integrada por dos jugadores que apenas han jugado juntos esta temporada. Y que además, ninguno de los dos atraviesa por su mejor momento.
A los 11 minutos, y por culpa de una falta de contundencia impropia de un equipo como el Real Madrid, primero Alaba y después Nacho, se dejaron ganar la espalda por Hugo Duro, que llegó a acomodarse el balón en el área pequeña, obligando a Lunin a lucirse ante disparo a bocajarro del ex-jugador del Castilla.
Sólo tres minutos más tarde, en una falta de entendimiento total entre Nacho y Carvajal, de nuevo Hugo Duro consiguiendo hacerse fácilmente con el espacio que dejaron ambos, se enfrentó a Lunin en un mano a mano que solventó con brillantez el meta ucraniano, deteniendo de nuevo el balón, ante la desesperación del delantero valencianista.
Viendo las orejas al lobo, el Real Madrid se dejó de intentos de veleidades ofensivas y dio un paso atrás, aunque sin dejar de buscar con ganas a Vinicius y a Rodrygo, especialmente hábiles y acertados esta noche,
A los 15 minutos, avisó Vinicius con una gran jugada, tras robarle la cartera a Correia en la banda y plantarse ante Mamardashvili pero su disparo se marchó a córner, desviado ligeramente por el pie de Paulista.
A la media hora, Rodrygo fue el protagonista del primero de los tres penaltis que le reclamaron a Sánchez Martínez, cuando regateó con facilidad a Gayá dentro del área y éste, al intentar despejar, en vez de encontrar el balón, se encontró con el pie del brasileño, barriéndole y mandándole al césped. Sin embargo, ni el colegiado ni el inefable Jaime Latre desde el VAR señalaron nada y la jugada quedó en nada.
La última bocanada de peligro por parte del Valencia llegó en el minuto 39 cuando, en otro despiste defensivo, Alaba y Nacho se olvidaron de Hugo Duro, quien no llegó a rematar de cabeza en la misma boca de gol un gran centro de Gayá desde la banda.
Entonces, como se suele decir, el que perdona, lo paga caro. Y caro lo pagó el Valencia porque casi a continuación de esta jugada, el Real Madrid montó un ataque eléctrico por la banda derecha entre Carvajal y Rodrygo. El brasileño vio la llegada desde atrás de Vinicius y le puso un balón espectacular que éste remató con el pecho, lanzándose en plancha, en el segundo palo.
Un varapalo que aún pudo ser mayor si Rodrygo acierta a meter el lanzamiento de falta directa que ejecutó ya en el descuento y que se marchó lamiendo el palo derecho de Mamardashvili.
Festival brasileño de juego y goles en la segunda mitad
Sin tiempo de lamerse las heridas, el Valencia recibió la puntilla tan sólo dos minutos después del descanso. Cuando alguno aún se estaba ajustando las espinilleras, Vinicius cogió el balón en la zona de tres cuartos del ataque valencianista, avanzó sin oposición hasta la frontal y desde ahí puso el balón con la precisión de un relojero suizo en la misma base del palo derecho del portero, que nada pudo hacer por evitar el tercero.
Y ya con el Valencia descosido, llegó el cuarto apenas un par de minutos después del tercero. En un error infantil, Mamardashivili quiso jugar con su defensa pero se equivocó y le entregó el balón a Rodrygo en la misma frontal del área. El brasileño tan solo tuvo que adentrarse un poco en el área y batir por bajo al meta georgiano sin ninguna dificultad.
Una goleada que pudo ser mayor si Sánchez Martínez (aunque esta vez fue más bien culpa de Jaime Latre desde el VAR) hubiese señalado penalti en el minuto 64 cuando Yarek desvió claramente con el brazo extendido un centro de Vinicius dentro del área valencianista. Pero hoy no tocaba.
En el 77 Carvajal pudo cerrar su gran noche con un gran disparo casi desde la línea de cal tras trenzar una gran pared con Lucas Vázquez, que acababa de entrar en el campo minutos antes junto a Fran García para dar descanso a Brahim y Mendy. Sin embargo, Mamardashvili, que esperaba el pase atrás al área pequeña donde esperaba Rodrygo, sacó esta vez muy bien con el pie abajo, pegado al palo.
La “manita” se consumó en el minuto 83 cuando Fran García vio solo a Rodrygo dentro del área, le asistió y el brasileño, hoy en estado de gracia y demostrando que su mal momento ha pasado a la historia, se inventó un regate de fantasía para romperle la cintura a Paulista y cruzó el balón por debajo del cuerpo de Mamardashvili.
Por último, el tanto del honor valencianista llegó en el minuto 87, en otro nuevo despiste defensivo blanco, que primero dejó a Hugo González ganar sin problemas la banda y, acto seguido, con Nacho de espectador de excepción, no hizo nada para que Hugo Duro, esta vez sí, a la cuarta, lograse batir de volea a Lunin.
Finalmente, y tras casi cinco minutos de añadido, Sánchez Martínez mandó a los equipos a vestuarios y el Real Madrid afrontará el nuevo parón de selecciones con la satisfacción del deber cumplido y con la esperanza de un “pinchazo” de sus rivales directos, Barça y Atlético de Madrid, que juegan este domingo contra Alavés y Villarreal, respectivamente.
Ficha técnica del partido
Real Madrid: Lunin; Carvajal (Nico Paz, ’82), Nacho, Alaba, Mendy (Fran García, ’70); Camavinga, Fede Valverde (Modric, ’59), Kroos; Brahim (Lucas Vázquez, ’70), Rodrygo y Vinícius (Joselu, ’82).
Valencia: Mamardashvili; Correia (Foulquier, ’55), Paulista, Mosquera, Gayà (Yarek, ’55); Pepelu (Yaremchuk, ’70), Javi Guerra; Fran Pérez (Hugo González, ’70), Canós (Guillamón, ’64), Diego López y Hugo Duro.
Arbitro: Sánchez Martínez. Amonestó a Camavinga por el Real Madrid y a Pepelu, Foulquier y Paulista por el Valencia.
