Borussia Dortmund 0-2 Real Madrid: «Dueños de la Historia, Reyes de Europa»
En una nueva cita con la historia, en este caso sobre el césped del mítico estadio de Wembley, el Real Madrid ha logrado hacerse con su Decimoquinta Copa de Europa, la esperadísima Decimoquinta, ante un más que voluntarioso Borussia Dortmund, que tuvo a los blancos contra las cuerdas en la primera mitad pero que acabó doblando el brazo en la segunda, merced a los goles de Carvajal y Vinicius.
En un partido extraño, en el que extrañamente a lo esperado, el Real Madrid no fue ni mucho menos superior a su rival e incluso pasó más que serios apuros en la primera parte, el peso de la historia, el acierto y la calidad de sus jugadores y la experiencia de jugadores que, como Kroos, Nacho, Carvajal o Modric jugaban este partido para sumar su sexta Champions particular, se impuso sobre el trabajo y el sacrificio de un Borussia que quizás mereció mejor suerte.
Desastrosa primera parte del Real Madrid
No se me caen los anillos ni me considero menos madridista por decir que la primera parte del Real Madrid fue poco menos que catastrófica, un despropósito táctico y un absoluto carajal desde el punto de vista técnico.
Arrancó el partido con un Real Madrid muy presionante arriba, con Rodrygo y Vinicius achuchando de lo lindo la salida del balón borusser, a cuyos jugadores se les notaban especialmente los nervios a la hora de mover el balón desde atrás, corriendo riesgos excesivos que pudieron dar lugar a algún que otro susto.
Valverde, Camavinga y Bellingham intentaban rascar balones en la medular del conjunto alemán aprovechando su precipitación sacando el balón, rifándolo muchas veces con balones en largo sin ton ni son ante el aluvión madridista. Se atrevieron Valverde, a los 11 minutos, con un disparo muy desviado desde la frontal.
Sin embargo, y sin motivo aparente, el Real Madrid empezó a remitir en su presión y dio dos pasos atrás, dejando que los alemanes pudiesen crear su fútbol desde atrás con infinita mayor comodidad y encontrando los huecos que hasta ahora no era capaz de hallar.
Con pasmosa facilidad, el Dortmund empezó a tocar y a llegar con facilidad hasta las inmediaciones de Courtois, especialmente por la banda de Adeyemi, siempre en superioridad. En el minuto 21 fue precisamente el delantero germano quien, en un error clamoroso de concentración defensiva, rompió el fuera de juego por el centro y se plantó solo ante Courtois.
Afortunadamente, el meta belga en su salida obligó al jugador alemán a escorarse demasiado y su recorte hacia fuera se le descontroló demasiado. Lo suficiente al menos para que llegase Carvajal al corte para desviar el remate de Adeyemi a puerta vacía.
Lejos de espabilar, la caraja defensiva, se hizo aún mayor y apenas un par de minutos más tarde, Sancho le robaba la cartera a Camavinga en la medular y asistió entre líneas a Füllkrug, muy al borde del fuera de juego, quien se adelantó a Courtois y cruzó el balón en su salida. La suerte quiso que el balón acabase impactando contra la base del palo izquierdo del belga y el rechace le cayó al propio delantero alemán pero muy forzado y el balón acabó sacándolo, no sin dificultad, la defensa madridista, todavía en shock por lo vivido en apenas dos minutos.
En el minuto 28, Adeyemi lograba superar por velocidad a Carvajal y tras dejarle atrás, se plantó ante Cortouis pero su disparo, raso y con mucha intención, lo desvió el belga en la primera de sus grandes paradas de la noche. El balón salió rechazado hacia el centro del área pequeña donde Füllkrug intentó conectar la cabeza pero su remate, muy forzado, acabó suavemente en las manos del meta madridista.
En pleno desbarajuste defensivo, Vinicius lo intentó con un disparo con rosca que se le fue ligeramente alto en el minuto 40. Sin embargo, apenas un minuto más tarde y con el Real Madrid desbordado por la velocidad en las transiciones alemanas, Sabitzer lo intentó desde fuera del área pero de nuevo Courtois, muy atento, sacó otra magnífica mano para desviar a córner el disparo lejano del jugador borusser.
En ese momento llegó la salvación madridista en forma de pitido final de la primera mitad y el Real Madrid, como el boxeador sonado que ha recibido de lo lindo, recibe la salvación de la campana como el agua de mayo.
Mejoría madridista en la segunda mitad y goles para lograr el triunfo
Tras el descanso y la consiguiente charla, imagino que poco amistosa, de Carletto, el equipo volvió al campo con otra actitud, no sólo ofensiva sino, sobre todo, defensiva. Se redoblaron los esfuerzos atrás, especialmente con Vinicius más preocupado de bajar que en la primera parte y con Valverde y, sobre todo, Camavinga ciertamente más acertado en la contención.
A los cuatro minutos de la reanudación, el Real Madrid puso por primera vez en aprietos al meta alemán con un chutazo de falta directa de Toni Kroos desde el perfil izquierdo que Kobel repelió con una espectacular estirada para sacar un balón que se colaba de forma irremisible por la escuadra derecha. El córner,. botado por el propio Kroos, lo remató de cabeza Carvajal pero el balón se marchó ligeramente alto, por encima del travesaño en una suerte de ensayo de lo que estaba por venir.
Parecía, pues, que el Real Madrid ya había decidido volver al partido y, además de cortar la sangría de los contragolpes alemanes que tanto daño le había hecho en la primera mitad, empezó a llevar la iniciativa y a tener la pelota con bastante más sentido y verticalidad. Así, en el minuto 57 Carvajal lo volvió a intentar rematando de volea en el segundo palo un buen centro de Vinicius pero su chut, muy forzado, acabó mansamente en las manos de Kobel.
Aun así, hubo tiempo para que el conjunto alemán, mucho más agazapado, le diese al madridismo un pequeño susto tan solo un par de minutos después, cuando Courtois tuvo que emplearse a fondo para repeler con fuerza un magnífico testarazo de Füllkrug.
En el minuto 72, de nuevo Kroos y en otra falta directa casi idéntica a la que había botado minutos antes, volvía a poner a prueba a Kobel, pero tampoco pudo ser porque éste volvió a lucirse en otra gran parada para mandar el balón a la esquina.
Entonces apareció una vez más la figura de Vinicius en el minuto 73. El brasileño se inventó una jugada de auténtica fantasía, más propia de un personaje de videojuego que de un ser humano. En una bestial arrancada por la banda, destrozando a Hummels y rompiendo la cintura a Kyerson con un caño imposible y el balón se fue a córner.
El lanzamiento desde la esquina de Kroos aterrizó en la cabeza de Carvajal, que se hizo enorme entre la defensa alemana y su testarazo acabó en el segundo palo, dentro de las redes de Kobel, que nada pudo hacer esta vez para evitar el tanto.
Un gol que cayó como un auténtico mazazo en el equipo alemán, que había experimentado en sus carnes lo mismo que otros equipos como el RB Leipzig, el Manchester City o el mismísimo Bayern Munich habían sentido en las suyas. Si perdonas al Real Madrid, estás muerto. Así de fácil. Una ley no escrita pero que, como las leyes divinas o el paso del tiempo, es sencillamente inexorable.
A partir del ahí el Borussia se tambaleó como el típico boxeador que se ha vaciado golpeando a su rival pero que, con su mandíbula de cristal, acusó tremendamente el primer impacto del rival. Y el Real Madrid jugó entonces a placer. Movidos por un cada vez más inspirado Kroos y con Vinicius en plan estelar, se hizo definitivamente con el partido.
Daba, pues, la sensación que la final estaba ya encarrilada, no tanto por el juego del Real Madrid sino por el bajón físico y moral del Borussia Dortmund, muy tocado en ambos aspectos. En el 80, Camavinga estuvo a punto de sentenciar -marcando el gol de la final- con un espectacular zambombazo desde fuera del área que Kobel desvío nuevamente a córner en otra magnífica parada.
Y más roto aún cuando en el minuto 82, Maatsen -en un claro síntoma de la desconexión del conjunto alemán- cometió un error infantil al entregarle un balón de oro (como el que va a ganar sin duda Vinicius este año) a Bellingham en la frontal. El inglés vio la llegada de Vinicius completamente solo por la izquierda y le cedió el balón. El brasileño se internó en el área e incrustó el balón en el segundo palo, lejos del alcance de Kobel.
Vinicius remató la faena marcando el segundo tanto de la noche | Borussia Dortmund 0-2 Real Madrid
Ahora sí, la final parecía en el bote. Llegaron los cambios, tarde, muy tarde, en el 85 entraban Modric y Joselu por un Kroos que abandonaba exultante el campo y por Bellingham, respectivamente y todos parecían unirse a la fiesta.
Sin embargo, la fiesta estuvo a punto de acabarse abruptamente cuando Füllkrug remató a la red un fantástico servicio de Malen desde la izquierda y alojó el balón muy lejos de Courtois. Menos mal que el colegiado esloveno apreció la clara posición de fuera de juego del atacante alemán en el momento del remate y anuló el gol, que no subió al marcador, devolviendo la tranquilidad a las huestes madridistas.
Los últimos instantes del partido fueron un quiero y no puedo alemán ante un Real Madrid que se defendió con orden y no perdió en ningún momento la calma y, tras cinco interminables minutos de prolongación, el partido llegó a su fin y la Decimoquinta tomó el rumbo a la capital de España, en otra gesta madridista. Acompañará a partir del lunes a sus 14 hermanitas en la sala de trofeos del Bernabéu, que a este paso necesitará otra reforma para alojar tanta Copa.
Ficha técnica del partido
Borussia Dortmund: Kobel; Ryerson, Hummels, Schlotterbeck, Maatsen; Emre Can (Malen, ’80), Sabitzer; Sancho (Bynoe-Gittens, ’87), Brandt (Haller, ’80), Adeyemi (Reus, ’72); Füllkrug.
Real Madrid: Courtois; Carvajal, Rüdiger, Nacho, Mendy; Kroos (Modric, ’85), Fede Valverde, Camavinga, Bellingham (Joselu, ’85); Rodrygo (Militao, ’90) y Vinicius (Lucas Vázquez, ’94).
Arbitro: Slavko Vincic. Amonestó a Schlotterbeck, Sabitzer y Hummels por el Borussia Dortmund. Sólo Vinicius vio tarjeta amarilla en el Real Madrid.