¡Ho Ho Ho!

Esta expresión puede, y de hecho se hace, asociarse al señor Papa Noel, pero hay que oír como yo hace unos días, sin ir más lejos, que a los del Madrid no nos traen nada en Navidad porque ya nos regalan los goles; Negreira ayudaba a nuestro club. Sin ir más lejos, como así lo hizo con los golazos frente al Sevilla de nuestro equipo.

Pero no…, estos los podía haber marcado cualquiera. Espero, y quien me conoce lo sabe, que Mbappè marque tal y como lo hizo frente al equipo andaluz y vuelva a la senda por la que se le conoció en el mundo entero.

Porque no olvidéis que en el mundo hay más madridistas que cualquier otra afición. Ya por pedir, que la Navidad es para creer, también pido que me dé paciencia para aguantar comentarios y actos de antimadridistas como el niño-adolescente con quien comparto pared. Cualquier día me la tira abajo, de ser así, queda este post como información adelantada por si hay que denunciar desde cuándo malvivo con estos comportamientos que solo salen de la nula educación y la envidia. Menos mal que mi chico y yo somos personas educadas y por tanto de buen comportamiento, por lo que no respondemos ante tanta pelusilla frente al club que más títulos tiene y seguirá teniendo.

El fútbol que más endorfinas produce, por lo tanto la sensación de bienestar y placer que desencadena es indescriptible. A muchos se les olvida, aunque no deje de repetirse una y otra vez, que el Real Madrid siempre vuelve, no importa el entrenador o cuáles sean los jugadores. Los títulos son reales y sin Negreira, que no es poco ni mucho menos.

Llegó la Navidad y con ella el tiempo de asueto, pero qué sería de la Liga si no incluyera un partido que además siempre ha sido trampa, en fechas bailongas. Nuestro club, que quiso ayudar ante tanta tragedia en Valencia, no puso ningún impedimento en aplazarlo y ya sabemos que el infierno está llena de buenas intenciones, así que igual ahí con el calorcito eterno nos encontraremos algunos madridistas.

También en estos días son típicas las discusiones familiares cuando el fútbol y la política se sientan a la mesa. ¡Cómo no va a haber altercados lingüísticos si el deporte que muchos amamos es imposible debatirlo cuando los más radicales van de dignos con su razón absoluta por bandera!

Gracias a Dios, aunque sea por un motivo, negativo tuve que dejar a un lado noches familiares y las cambié por las mañanas. Con el sol parece que no gusta tanto discutir y tampoco hay tanto alcohol de por medio.

Que si Mendy, que si Mbappé, que si la abuela fuma, ¿no se cansa la gente de tanto discutir solo para oír que tienen razón? Hasta donde yo sé, Florentino (Dios en la Tierra), no se presentará en ninguna cena navideña donde haya algún socio o aficionado para pedir opinión. ¡Qué no! Que la opinión solo será opinión.

¡Qué no! Sin estar dentro de un vestuario —y ni aún así— se tendrá en cuenta de manera absoluta y única lo que se diga. ¡Que no, leche! Que el fútbol, y en especial el El Real Madrid, está para disfrutar, olvidar las circunstancias de cada uno, o al menos, dejarlas a un lado mientras dure el espectáculo, sea cual sea este aunque ruido Bernabéu tenga esa envida que le pesará en un futuro.

Santiago Bernabéu consiguió la Copa de Europa, como no tengo duda de que Florentino hará lo mismo con la Superliga, así que no creo que lloros y pataletas atléticas frenen unos conciertos. A nuestro nuevo estadio le esperan grandes eventos y por supuesto trofeos que celebrar, antes o después llegarán y nuestra Historia no dejará de crecer y hacerse grande.

Desde aquí, solo os deseo el mayor gozo posible de la mano de nuestro equipo.

¡¡¡Hala Madrid SIEMPRE y que este 2025 nos traiga mucha alegría y celebraciones!!!

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