No dejan de llegar malas noticias para los Servicios Médicos del Real Madrid, que no paran de ver cómo la enfermería se llena de efectivos y, aunque Carvajal y Kovacic, dos de sus integrantes con más tiempo en el dique seco de los últimos meses, ya están a disposición de Zinedine Zidane, lo cierto es que últimamente no dejan de llegarle malas noticias al técnico francés.
Tras el reciente varapalo de la nueva lesión de Bale, el último en tener que pasar por las manos de los médicos del club ha sido Isco. El malagueño recibió una durísima entrada de Waston en el encuentro amistoso que España estaba disputando contra Costa Rica el pasado sábado en Málaga, que le obligó abandonar no sólo el partido sino también la concentración del equipo nacional y poner rumbo a Madrid.
De momento no hay confirmación oficial de su lesión, una fuerte contusión en el muslo izquierdo pero, desde luego, el hecho de que tuviese que pedir el cambio nada más recibir la alevosa (e innecesaria) patada del jugador costarricense, hizo saltar todas las alarmas.
Una primera exploración de la zona -la misma que se dañó en Girona y le dejó fuera del partido contra el Tottenham- arrojó un primer diagnóstico bastante tranquilizador. Al menos a priori, los médicos de la Selección han descartado la rotura de fibras, quedando todo en una fuerte contusión, el típico “bocadillo” en el muslo izquierdo que, sin ser grave, es bastante dolorosa y hacen imposible su participación en el amistoso que jugará mañana el combinado español ante Rusia.
No obstante, el estado de Isco ha quedado pendiente de evolución y será sometido estos días a una batería de pruebas por los Servicios Médicos del Real Madrid, por lo que está en el aire su participación en el próximo derby ante el Atlético de Madrid, que se jugará este sábado a las 20:45 en el Wanda Metropolitano.
