Crónica Barcelona 2-2 Real Madrid | Jornada 36 Liga Santander

Gareth Bale, en el momento de anotar su espectacular gol | Barcelona 2-2 Real Madrid

Barcelona 2-2 Real Madrid; “El pasillo fue del árbitro”

Aunque se trataba de un “Clásico” a priori descafeinado, en el que nada más -y nada menos- sólo estaba en juego la honrilla de ganar y, en el caso del Barça, de conservar la posibilidad de acabar la Liga imbatido, lo cierto es que el partido se desarrolló por unos derroteros absolutamente diferentes a lo previsto.

Sé que debería estar acostumbrado ya a este tipo de arbitrajes tan infames para los que, casualmente, Victoriano “Te Queremos” Sánchez Arminio, suele tirar de su lista de sosprechoso habituales, como es el caso del canario Hernández Hernández.

Gracias al coeficiente corrector del Arminiato, dicho colegiado fue nombrado Mejor Arbitro del Año, pese a su calamitosa temporada 2016/2017, en la que protagonizó varios arbitajes escandalosos. Entre ellos, el gol no concedido al Barça ante el Betis en el Villamarín, el penalti no señalado de Umtiti a Cristiano Ronaldo y la más que rigurosa expulsión de Ramos en el Clásico del Bernabéu o, sobre todo, los dos estrambóticos penaltis que señaló en el Nou Camp a favor del Barça contra el Eibar -en especial uno a Jordi Alba- que le permitieron remontar un partido que perdía por 0-2.

Por eso, tengo el pleno convencimiento de que Hernández Hernández llegó al campo azulgrana con un plan perfectamente concebido y estructurado y no se paró en barras hasta llevarlo a cabo.

Así pues, con la Liga ya resuelta, al menos en lo que al título y el descenso se refiere, el único aliciente de este encuentro era medir las fuerzas entre un Barça presuntamente “trionfant” e imbatido y un Real Madrid, flamante finalista de la Champions League por tercer año consecutivo. Esto es, el dominador en España frente al dominador en Europa.

Hernández Hernández, triste protagonista del partido | Barcelona 2-2 Real Madrid

Por tanto, Sánchez Arminio, hombre al que no le gustan las sorpresas, designó para dirigir este importante encuentro a alguien que sabía que no le iba a defraudar. Y a fe que no lo hizo.

Hernández Hernández protagonizó un escandaloso arbitraje contra el Real Madrid, el enésimo ante el Barça, tal vez para compensar que tuvo que dejar a los culés con 10 tras una clara agresión de Sergi Roberto a Marcelo, al filo del descanso.

Lo que empezó siendo un arbitraje sibilino, con desigual aplicación del reglamento en función de la camiseta del infractor, acabó siendo un completo atraco.

El colegiado canario no sólo permitió la inexplicable violencia con la que se empleó el equipo culé durante todo el encuentro (CR7 se fue lesionado por una entrada brutal de Piqué al anotar el empate, aunque hubo varias entradas más) sino que además, concedió validez a un gol del Barça que vino precedido de una falta más que flagrante de Luis Suárez a Varane, además de dejar sin señalar un clarísimo penalti de Jordi Alba a Marcelo, cuando el partido iba con empate a dos.

Lo demás, fue un baño colosal del Real Madrid al Barça durante casi todo el partido, y al que además de la nefasta actuación de Hernández Hernández, sólo el desacierto anotador y el hecho de la actuación, muy limitada pero decisiva de Messi, mantuvieron con vida a los culés, a pesar de que el partido pudo y debió haber acabado con una auténtica goleada madridista.

Por último, decir que en el colmo del esperpento y, ante la conocida -y bien justificada- ausencia de pasillo de honor al campeón, Gerard Piqué, que ya protagonizó un feo gesto con Nacho, mofándose de él en el túnel de vestuarios cuando ambos se saludaron instantes antes del inicio del partido, obligó al staff técnico del Barça a hacerles el pasillo a los jugadores, una vez acabado el encuentro, en una imagen tan patética como estrambótica, al nivel del personaje, sin duda.

Baño madridista en la primera parte

Había muchas dudas sobre qué “once” iba a alinear el Real Madrid ante el Barça, en un partido que, objetivamente, era absolutamente intrascendente y, sobre todo, viendo el horizonte deportivo que le espera a los de Zidane, con la final de Kiev por delante.

Sin embargo, el francés pensó -acertadamente, en mi opinión- que nunca hay Clásico descafeinado y que el orgullo de ganar en el Nou Camp merecía la pena, por lo que fue con todo. Ni una reserva, el 4-3-3 de siempre, con la BBC que volvía a la titularidad tras muchísimas semanas de ausencia.

Zidane no reservó nada para el Clásico | Barcelona 2-2 Real Madrid

Un sistema que se le atragantó enseguida al Barça, cuya tímida presión se vio rápidamente superada por la rápida circulación del balón madridista. Una movilidad rápidamente detenida en el primer minuto por una salvaje entrada de Rakitic al tobillo de Casemiro que, sin embargo, no fue suficiente para que Hernández Hernández se tomase siquiera la molestia de amonestar al croata con una amarilla, a pesar de la violencia de la acción.

Por contra, la presión de los blancos, iniciada en la misma zona de ataque madridista, sí estaba metiendo en problemas a los de Valverde, que tenían verdaderas dificultades para sacar el balón jugado y tenían que optar por balones largos y jugadas apuradas, en las que los centrocampistas tenían todo a favor.

Esta presión, unida al desorden defensivo blaugrana, dejaba bastantes huecos a la espalda de la defensa, especialmente en las bandas y así en el minuto 7, un gran balón de Modric al espacio por la banda derecha culé lo aprovechó para Cristiano Ronaldo para plantarse solo ante Ter Stegen pero, inexplicablemente, Hernández Hernández señaló fuera de juego a pesar de que en la parte superior Jordi Alba habilitaba al portugués, en el primer aviso serio de los blancos.

Sin embargo, el Barça golpeó primero. En su segundo acercamiento al área madridista, un error defensivo en la banda de Marcelo permitió a Sergi Roberto hacerse con el control de la banda, para que, sin oposición, pudiese llegar casi hasta la línea de fondo para centrar al segundo palo. El balón superó a Nacho, el único defensor en el área y le cayó a Luis Suárez, también completamente solo, para que rematase de volea al fondo de la red,

Un mero espejismo ya que el Real Madrid siguió dominando la pelota, moviéndola con comodidad y salvando las líneas de presión que intentó montar Valverde y así, apenas cinco minutos después, en el siguiente acercamiento de los de Zidane llegó el empate.

En posición de extremo izquierdo, Cristiano Ronaldo habilitó a Kroos, quien centró pasado al segundo palo para que Benzema, inteligentemente, dejase de cabeza al centro del área pequeña. Ahí apareció Cristiano Ronaldo para anotar a puerta vacía.

Eso sí, el precio pagado por este gol fue bastante alto ya que, al tiempo que el portugués remachaba el tanto, Gerard Piqué le entró con todo por detrás al astro blanco, “cazándole” el tobillo, que se retorció provocando un esguince que, si bien fue inicialmente reducido por los médicos del equipo, acabaron por mandarle al banquillo según acabó la primera mitad.

Cristiano Ronaldo resultó lesionado por Piqué en el momento de anotar el primer gol | Barcelona 2-2 Real Madrid

Una entrada que, unida a otra por detrás de Coutinho, minutos antes sobre el tendón de Aquiles de Marcelo, tampoco fue suficiente como para que el colegiado canario se amonestase a los jugadores culés.

Una permisividad que contrastaba con la rigurosidad aplicada sobre los jugadores blancos. En primer lugar, con Nacho, que minutos después de las citadas entradas, vio la primera amarilla del partido por una falta más que rigurosa en el centro del campo. Algo que repitió minutos más tarde con Varane por un derribo a Luis Suárez.

Pero volviendo al juego, el gol fue un durísimo varapalo para el Barça que se vio superadísimo por la presión de Benzema y Cristiano, que obligaba constantemente a sus defensas a “rifar” el balón, al tiempo que el centro del campo, comandado por un excelso Luka Modric, dominaba el partido a su voluntad, con continuos balones a la espalda de la defensa, incapaz de dar abasto al aluvión blanco.

En esos minutos, el Real Madrid pudo ampliar el marcador al menos en tres ocasiones casi consecutivas. La primera, en el minuto 24, tras un remate forzado de cabeza de Cristiano Ronaldo a pase de Nacho que se marchó fuera por poco, en un centro que sin duda le venía mejor a Benzema.

La segunda, apenas un par de minutos más tarde, cuando Kroos mandó por encima del larguero un magnífico servicio de Cristiano Ronaldo, quien dispuso sólo un minuto después de la mejor oportunidad del partido para los blancos.

En un gran balón a la espalda de Jordi Alba servido por Modric, Cristiano Ronaldo se plantó completamente solo ante Ter Stegen pero, inexplicablemente, el portugués chutó contra el cuerpo del meta alemán, que desvió el balón a córner.

Con el Barça completamente desarbolado, el Madrid tocaba y tocaba, entrando por las bandas como un cuchillo caliente en mantequilla, sin que el Barça pudiese hacer nada. Sin embargo, y, como ya hemos visto en otras ocasiones esta temporada, llegaba hasta los dominios de Ter Stegen pero fallaba en el último pase, con Marcelo especialmente como protagonista.

Cristiano Ronaldo aguantó hasta el descanso a pesar de su esguince de tobillo | Barcelona 2-2 Real Madrid

De hecho, un centro suyo en el minuto 38 fue rematado de cabeza por un cada vez más dolorido Cristiano Ronaldo pero el balón se marchó fuera por escasos centímetros.

Desgraciadamente, y cuando más a la deriva parecía el equipo local, los últimos minutos del partido fueron de claro protagonismo arbitral. En el minuto 39 dejó sin sancionar una durísima entrada de Bale por detrás a Umtiti que merecía sin duda la cartulina amarilla y quién sabe si incluso una roja.

Pero lo peor vino después. Al filo del descanso, Luis Suárez montó un show de los suyos. En una jugada sin trascendencia en la zona de tres cuartos azulgrana, el uruguayo se lanzó sobre el cuerpo de Ramos al perder un balón para simular una obstrucción y luego se levantó intentando agredir al camero, que le empujó para repeler el ataque.

Se montó una pequeña tangana que, curiosamente, fue solventada por Hernández Hernández con una doble amonestación, una para Ramos y otra para Suárez, a pesar de que el central sevillano no había hecho absolutamente nada.

Una cuestión nada baladí porque sin que el partido hubiese llegado a su ecuador, la zaga madridista casi al completo ya estaba amonestada y con todas las papeletas de que alguno de sus integrantes no iba a acabar el encuentro.

Sorprendió sobremanera esa “salomónica” decisión del árbitro a la hora de castigar la jugada. Especialmente porque unos pocos minutos antes, en otro encontronazo similar pero entre Jordi Alba y Modric, el defensa catalán agarró por el cuello y zarandeó al croata, sin que el colegiado canario entendiese que ahí había que amonestar a nadie.

Incluso Messi pudo haberse ido a la ducha casi al final de la primera parte a cuenta de una terrible entrada sobre Sergio Ramos, en la que llega tarde y sin posibilidad de disputar el balón, atropellando al camero, que se llevó un buen tantarantán del argentino, saldado sólo con amarilla.

Sergi Roberto vio la roja directa por su agresión a Marcelo | Barcelona 2-2 Real Madrid

Pero lo peor llegó después. Cuando el partido estaba ya en el descuento, y sin estar el balón en disputa, Sergi Roberto asestó un puñetazo en el rostro a Marcelo. Una jugada extraña e incomprensible pero que no le fue ajena al árbitro canario, que decretó la expulsión directa del zaguero azulgrana, ante la escandalera generalizada.

Con el follón sobre el terreno de juego, el partido llegó a su fin en su primera mitad con la sensación de que el Barça se había salvado de una goleada y el barrunto de que conociendo al personaje, esta expulsión, a pesar de su justicia, sería contestada por una o varias decisiones polémicas del árbitro, como así fue finalmente.

Un gol ilegal del Barça y un penalti de Jordi Alba al limbo, claves para el empate

La segunda parte comenzó con el cambio de Cristiano Ronaldo, que visiblemente tocado, tuvo que dejar su puesto a Marco Asensio, con la idea de aprovechar su rapidez para terminar de rematar al Barça, aprovechando la baja de su lateral derecho. Un puesto que tuvo que reforzar Valverde en el descanso, sustituyendo a un desaparecido Coutinho por Semedo.

Pronto se pudo ver la superioridad blanca por ese carril, con Marcelo casi en posición de mediapunta, disparó por encima del larguero a los dos minutos de la reanudación tras un robo en la misma frontal de área.

Y en pleno festival atacante del Madrid, aprovechando la “sangría” que estaba siendo la banda derecha azulgrana, Marco Asensio pudo darle la puntilla al Barça cuando no supo resolver una magnífica contra llevada por Bale por la derecha del ataque blanco. El atacante mallorquín, perfectamente habilitado y completamente solo, se llenó de balón y, a pesar de tener a Benzema a su lado, remató flojo a las manos de Ter Stegen.

Él gol de Messi vino precedida de una clara falta de Suárez a Varane | Barcelona 2-2 Real Madrid

Pero por esas cosas que tiene el fútbol en la siguiente jugada, el Barça montó una contra por la banda izquierda del Real Madrid, en ese momento desguarnecida, en la que Suárez se encontró con Varane.

El atacante charrúa arrastró la pierna del francés y le derribó en lo que parecía una clara falta. Sin embargo, cuando todos esperaban que el juego se detuviese, Hernández Hernández dejó seguir y Suárez, ya sin oposición, abrió a la frontal de área, Allí encontró a Messi que se deshizo de Ramos y Casemiro con un gran regate y cruzó a la derecha de la meta de Navas, que nada pudo hacer por evitar el tanto.

Tan sólo siete minutos, pues, tardó el colegiado canario en compensar el “delito de lesa patria” que había supuesto dejar al Barça con 10 y en su propio campo.

A pesar de las protestas de los jugadores blancos, salvo por el hecho de que el único defensa madridista que faltaba por amonestar, Marcelo, se llevó la cuarta amarilla del partido para los de Zidane, nada cambió y el Barça, de nuevo inmerecidamente, se vio por delante en el marcador.

A partir de ese momento, el partido se rompió. El gol dio un oxígeno inesperado a un Barça hasta ese momento a merced del Madrid y recuperó la iniciativa, a pesar de estar con uno menos en el campo.

Liderados por Messi, el Barça renació de sus cenizas y puso en jaque a la defensa del Real Madrid que sufría bastante para tapar las contras culés, culminadas en su mayor parte por del argentino, especialmente por la banda derecha. Paulinho pudo remachar en el área pequeña una gran jugada del argentino pero, afortunadamente para el Madrid, se encontró con Navas, que respondió con una gran mano, además de llevarse un buen porrazo del brasileño.

Y pudo ser aún mayor el desastre dado que en otra contra, en concreto en el minuto 53, Messi asistió al centro del área para que Suárez rematase al fondo de la red, pero el tanto no subió al marcador dada la posición antirreglamentaria del uruguayo.

Poco a poco se fue sacudiendo el dominio blaugrana y, aunque a duras penas, el Madrid recuperó la serenidad y, sobre todo, el control de juego aunque el Barça asomaba los dientes, especialmente a la contra.

Así pues, Messi dispuso de varias ocasiones, siendo la mejor de todas la que tuvo en el minuto 70 cuando, tras ganar por velocidad a Ramos, se plantó ante el costarricense y cruzó el balón a su izquierda, pero el “tico” respondió con una intervención magistral.

De nuevo Keylor Navas, decisivo con sus intervenciones | Barcelona 2-2 Real Madrid

Una mano milagrosa que tuvo aún más importancia, si cabe, ya que prácticamente un minuto después, en el 71 llegaba el empate, tras una gran jugada coral del ataque madridista, que movió el balón de banda a banda intentando encontrar un hueco.

Un hueco que encontró Gareth Bale para despacharse un espectacular zurdazo desde la frontal del área que se coló pegado a la escuadra de la meta de Ter Stegen. Una jugada de tiralíneas en la que Benzema, en su mejor partido de la temporada, arrastró a la defensa para provocar el “aclarado” en la zaga azulgrana que posibilitó la entrada del galés, completamente libre de marca.

El gol fue el mazazo definitivo para el Barça que, a partir de ese momento, apenas sí tenía para contener el torrente de fútbol del Madrid que, por ambas bandas, con Marcelo y Lucas Vázquez como principales actores, ganaban una y otra vez la línea de fondo.

Precisamente Marcelo fue el protagonista de la última gran jugada polémica del día. Con el Madrid volcado en el área del Barça, Jordi Alba pateó salvajemente al brasileño que, en posiciones de auténtico “9”, se disponía a rematar a puerta casi en el área pequeña. Un derribo más que evidente pero que Hernández Hernández, afanado en su labor de evitar la derrota culé, decidió pasar por alto.

Desgraciadamente para los de Zidane, los continuos pases de Marcelo y Lucas por las bandas no encontraron rematador y es que el Madrid acabó el partido embotellando al Barça en su área pero le faltó encontrar ese último pase que culminase los movimientos ofensivos blancos en esos últimos metros.

Por eso y a pesar de todos los esfuerzos por aumentar el marcador, el Real Madrid se acabó estrellando los últimos minutos contra una defensa numantina de los de Valverde, con todos sus efectivos encerrados en su área, con la excepción de Messi y Suárez, que tuvo tiempo, eso sí, de montar una última obra de teatro, simulando una agresión de Ramos.

A pesar de que era evidente que no tenía nada, el charrúa se quedó tirado en el suelo intentando que el Real Madrid echase el balón fuera o que, en su defecto, el colegiado parase el juego, cosa que no ocurrió en ninguno de los casos.

El penalti a Marcelo, absolutamente indiscutible | Barcelona 2-2 Real Madrid

 

Cuando, pasados unos segundos, el balón salió fuera, Paulinho y Jordi Alba se encararon con Lucas Vázquez pero, afortunadamente, el gallego supo mantener la calma y la sangre no llegó al río, a pesar de los intentos de los jugadores culés de provocar una pelea.

Tras casi cinco minutos de prolongación y, después de varios córners consecutivos, el partido murió y el Real Madrid se volvió a casa con la sensación de que mereció mejor suerte pero como ya ocurrió otras tantas veces con los culés, la imposibilidad de jugar contra 12 hizo inviable el triunfo de los blancos, tan merecido como incontestable.

Eso sí, como única nota positiva es que este espectáculo deplorable se ha producido de nuevo ante millones de espectadores, que fueron testigos de cómo los largos tentáculos federativos han hecho que ganar una Liga para cualquier equipo que no sea el Barça sea algo menos que una misión imposible.

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