
Liverpool 0-1 Real Madrid: “Historia que tú hiciste…”
El Real Madrid ha hecho nuevamente historia al lograr la ansiada Decimocuarta, en un partido agónico y que, como no podía ser de otra forma y viendo el devenir de todas las eliminatorias anteriores, se ha resuelto de forma casi milagrosa, contra viento y marea y ante un Liverpool que vendió carísima su derrota.
Un Liverpool que, siendo sinceros, fue muy superior durante algunos tramos del encuentro y que arrolló a los blancos durante la primera media hora y en los últimos minutos, pero no pudo encontrar cómo hacerle daño. Primero, por un trabajo defensivo excelente de los de Carletto, con un equipo comprometido en defensa como pocas veces se le ha visto y, en segundo lugar, gracias a un inconmensurable Thibaut Courtois, que firmó el partido de su vida.
El meta belga realizó ayer la que, en mi modesta opinión, ha sido la mejor actuación individual de un portero sobre un terreno de juego que han visto mis ojos en mis 51 años. Y es que Thibaut lo detuvo todo. Lo parable y lo imparable. Por arriba y por abajo. Con las manos y con los pies. Todo, absolutamente todo. Por eso, gran parte de esta copa es cosa suya.
Una Final marcada por los incidentes extradeportivos
Lo peor de todo, los desagradabilísimos incidentes vividos en las puertas del Estadio, donde miles de británicos sin entrada intentaron acceder al campo, sobrepasando los controles de seguridad y provocando que el partido tuviese que empezar casi 40 minutos más tarde. Una auténtica vergüenza y un despropósito que manchó una final que se preveía modélica.

Una mancha que se hizo más grande, ya con el balón en el césped, por culpa de una actuación arbitral, la del francés Clement Turpin, absolutamente indigna de un espectáculo futbolístico como es una Final de Champions.
No sólo por la inexplicable anulación -VAR mediante- de un gol absolutamente legal a Benzema por un fuera de juego inexistente del frnacés sino por su desigual apreciación en las faltas y en la señalización de las tarjetas. Tremendamente permisivo con los británicos, fue exageradamente riguroso con los madridistas. En definitiva, un pésimo arbitraje.
Primera parte arrolladora del Liverpool, manchada de polémica
Pero razones extradeportivas al margen, el partido se llevó a cabo por los derroteros que todos preveíamos horas antes. Con un Real Madrid al que Carletto adornó con sus mejores galas, incluyendo a Valverde en la medular y con el esperado 4-4-2, el Liverpool salió a arrollar a los blancos, como una estampida de búfalos
La salida en tromba de los de Klopp fue tremenda y acogotó al Real Madrid en su campo, merced a una presión altísima desde la misma salida del balón atrás, aunque hay que decir que sin crear excesivo peligro, gracias entre otras cosas a la excelente labor defensiva del equipo.

El show particular de Courtois empezó al cuarto de hora de partido, cuando sacó una increíble mano abajo, plena de reflejos, ante un remate de Salah desde el área pequeña, tras un centro de Alexander-Arnold.
A partir de ahí, el control defensivo del Real Madrid se fue diluyendo y el Liverpool empezó crear cada vez más peligro, con un Mané incrustado entre líneas haciendo mucho daño, como se pudo ver en el minuto 20, cuando se inventó una jugada espectacular, con un slalom en el área que culminó él mismo con un durísimo disparo al que Courtois volvió a llegar de forma milagrosa. Lo suficietne como para desviar el balón para que éste acabase impactando en la base del poste derecho del belga, en una nueva intervención prodigiosa.
Eran los peores momentos para un Real Madrid cada vez más aculado en tablas, con enormes problemas para sacar el balón, que apenas sí le duraba unos segundos. los que tardaba en pegar un voleón hacia delante, buscando sin éxito la espalda de la defensa Red.
De hecho, el primer acercamiento hacia el área de Allison llegó en el minuto 25, cuando Vinicius, el único que junto a Valverde logró cruzar el centro del campo del Liverpool en este período, intentó un centro-chut buscando la cabeza de Benzema que acabó en las manos del portero brasileño.
Pasada la media hora, Salah cabeceó a las manos de Courtois, adelantándose a Militao tras un buen pase de Alexander-Arnold desde la banda y apenas un minuto más tarde, Vinicius provocó el primer córner favorable al Real Madrid después de una gran jugada en el área pequeña.
Daba la sensación que el Liverpool, bien de forma voluntaria o porque se le había acabado la gasolina tras un trepidante inicio, había bajado el ritmo infernal de los primeros minutos y el Real Madrid, pasito a pasito, fue haciéndose cada vez más grande en el campo.

Fruto de esa situación llegó la jugada polémica que pudo marcar el devenir de la final. En el minuto 42, en una de las pocas contras que logró trazar el Real Madrid, Benzema, en posición de extremo derecho, se plantó solo ante Allison, le regateó pero no estuvo fino en la definición y la defensa rechazó el balón que cayó muerto a la altura del punto de penalti.
Allí apareció Valverde que intentó devolverle el cuero al francés pero, trabado por dos defensas, uno de los cuales, Fabinho, desvió con el muslo el balón, que le cayó de nuevo aBenzema que, esta vez sí, acertó a introducirlo en la portería.
Sin embargo, Turpin anuló el tanto. Había mucha confusión porque no se sabía el motivo. Al principio se pensó que podía haber fuera de juego de Benzema al arrancar la jugada pero al ver la repetición se apreció que el galo había partido de posición legal.
Finalmente, se entendió que cuando el balón le llegó procedente del barullo entre Valverde y la defensa del Liverpool, Benzema estaba en posición antirreglamentaria. Algo falso de toda falsedad porque una de las repeticiones mostraron claramente que Valverde no había tocado el balón y éste le llegó a Karim tras tocar en la pierna de Fabinho. Un gol a todas luces legal que, tras casi tres minutos de deliberaciones absurdas, fue anulado definitivamente ante el estupor general.
Tras dos minutos de prolongación, el partido murió en su primera mitad y muchos madridistas nos fuimos al descanso aliviados, con la sensación de que el equipo había logrado capear un temporal de esos de mareja a fuerte marejada.
Vinicius y Courtois, citados con la historia en la segunda mitad
Curiosamente, tras el descanso el partido dio un vuelco espectacular. Quizás cansados por el esfuerzo o reforzados en sus posiciones por Carletto, el caso es que el Real Madrid saltó al campo adueñándose del balón y, lo que es más importante, moviéndolo con rapidez por las bandas, buscando constantemente la espalda de la defensa.

Algo que finalmente logró al filo de la hora de partido, en el minuto 58 para ser exactos y en una gran jugada trenzada por todo el equipo por su banda derecha, Fede Valverde se fue como un toro hacia delante y vio la llegada de Vinicius, completamente desmarcado por la otra banda. Le asistió con una diagonal trazada por el más fino arquitecto y el joven brasileño, totalmente libre de marca y a placer, sólo tuvo que empujar el balón a la red.
Un duro golpe para un Liverpool que, sin duda había hecho merecimientos más que de sobra para ir por delante en el marcador pero que había tenido la gran desgracia de haberse encontrado con el mejor portero del mundo.
Aun así, Klopp no tiró la toalla y redobló el esfuerzo ofensivo del equipo, tirándolo ya con todo sobre la meta de Courtois porque con media hora aún por delante, todo estaba por decidir. Y así lo hizo Salah, que soñará pesadillas con el belga, tan solo cinco minutos después del tanto de Vinicius.
El egipció se fabricó una gran jugada que culminó él mismo con excepcional disparo de rosca desde la frontal al que respondió Courtois con otra mano sideral, desviando con la palma de su mano derecha el balón a córner cuando ya se cantaba el empate.
En pleno zafarrancho ofensivo del Liverpool, en el minuto 68 Salah volvió a tener el empate en sus botas, tras un pase de cabeza de Diogo Jota en el primer palo, pero se volvió a encontrar con Courtois quien, esta vez con el pie y con la eficacia del mejor central del mundo, volvió a evitar el tanto de los Red, ante la desesperación cada vez mayor de un Mohamed Salah, que se preguntaba qué había que hacer esta noche para batir al belga.

Con el Real Madrid cada vez más agazapado en su área, con todo el equipo defendiendo y buscando una contra ante la defensa cada vez más adelantada del Liverpool, llegaron los últimos minutos en los que el Liverpool estaba buscando el empate cada vez más a la desesperada.
En ese afán por volcarse en la portería del Real Madrid, llegó en el minuto 78 la que fue la mejor oportunidad de la segunda parte para los blancos, cuando en una maravillosa jugada de estrategia, Kroos le puso un balón de oro a Casemiro. El brasileño le había logrado ganar la espalda fácilmente a la defensa pero inexplicablemente y cuando estaba completamente solo delante de Allison, en vez de disparar a puerta -lo lógico en este caso- optó por centrar al punto de penalti pero sin acierto y el balón fue despejado rápidamente por la defensa roja.
La guinda de la actuación de Courtois llegó a falta de 10 minutos para el final, con dos acciones realmente prodigiosas. La primera, respondiendo con reflejos felinos al remate casi accidental de Diogo Jota, sobre el que había rebotado un disparo de Salah desde la frontal. La segunda, dos minutos después, de nuevo a los pies del egipcio, desviando con el brazo un disparo a bocajarro de éste, después de bajar de forma maravillosa un balón lejano de Henderson.
Los últimos minutos fueron ya un quiero y no puedo de un exhausto Liverpool, dominador pero ya incapaz de generar más peligro y que pudo haber visto cómo caía derrotado por un gol más cuando Ceballos, que acababa de entrar sustituyendo a Modric, se plantó solo ante Allison, pero no supo definir.
Tras los cinco minutos de añadido, sabiamente jugados por los de Ancelotti, el partido tocó a su fin y se culminó la gesta. La Champions más dura y más exigente de la historia del Real Madrid era nuestra y la Orejona, por 14ª vez, volaba rumbo a Madrid y desatando la locura en las gradas y en el césped. Se había hecho historia y sus protagonistas lo sabían. Ahora toca rumiar este increíble éxito y recibir a los héroes de esta Champions como se merecen.