El Real Madrid sigue acumulando fechas. Sorteada la remontada ante el Villarreal en Copa, el escollo siguiente era viajar 400 kilómetros al norte para visitar al Athletic de Bilbao en San Mamés para este encuentro de Liga. El séptimo partido en 23 días para los merengues desde que regresaron las competiciones, luego de disputarse el Mundial.
Aunque “La Catedral” suele rugir mucho en cada visita del Real Madrid, los blancos suelen sacar buenos resultados en las visitas a Bilbao. De hecho, el Real Madrid llegó a este choque sin haber recibido una derrota en San Mamés en Liga en los últimos ocho años.
El único borrón en ese periodo en campo vasco fue la decepcionante derrota en Copa del Rey del año pasado. Así que había razones para el optimismo. Y tenía que haberlas: el Barcelona había ganado por la mínima al Getafe minutos antes. Era necesario, una vez más, hacerse con los tres puntos para no descolgarse del liderato.
Para ello, Ancelotti nos mostró a todos que sabe tomar nota, y que vuelve a apelar a la fórmula que tanto éxito le dio la temporada pasada: oh, ¡Sorpresa!… Las rotaciones. En una alineación que sorprendió, pero por lo merecida, los de Carletto salieron con Mendy, Rudiger, Militao y Nacho como defensa de la portería de Courtois; en el mediocampo saltaron Dani Ceballos, Camavinga y Valverde, mientras que la delantera alineó con Vinicius, Benzema y Marco Asensio.
El primer tiempo fue un verdadero intercambio de golpes. Ambos equipos hicieron y dejaron hacer. Nico Williams y Vinicius abrieron autopistas ante las miradas respectivas de Mendy y De Marcos. Camavinga siguió confirmando su momento de forma, en una posición que le va mucho mejor, y ganando una confianza que no es usual en un chico de su edad. Ceballos y Valverde mucho más asentados, y atrás Militao imperial y Rudiger colaborando.
Soltó el Madrid el primer aviso tras una jugada entre Mendy y Vinicius que Benzema no pudo rematar al arco. Contestaron los locales con un cabezazo de Paredes que obligó a Courtois (cuando no) a realizar una de sus providenciales intervenciones. Se lo creyó el Athletic, guiados por Nico, quien hizo un gran partido. De sus botas salieron un remate peligroso fuera del área, y luego una jugada con Sancet que Iñaki Williams no pudo cerrar en el área merengue.
Y al minuto siguiente, mediando la primera mitad, fue el turno del Madrid en el ida y vuelta. Esta vez con premio: Valverde rifó un centro al borde del área pequeña que peinó el copete de Asensio. Lo que sucedió a continuación fue magia pura: el balón flotado fue a dar cerca del punto penal, y se encontró con Benzema, quien en una maniobra de balletista de Bolshoi, salió del área pequeña, y remató con una volea zidanesca, para anotar ante la mirada de Unai Simón. Karim no sólo hace goles. Pinta obras de arte.
Administrar la ventaja y las piernas
La segunda parte fue igual de entretenida. Ambos equipos lanzados al ataque. El Madrid buscando sentenciar, y el Athletic tratando de igualar las acciones. El duelo se disputó en el mediocampo, con una posesión muy pareja y con el Bilbao tratando de partir al Real Madrid en la sala de máquinas, combinando a los tres del medio con el doble pivote. Justo cuando los locales se estaban gustando, Benzema aprovechó una pérdida de balón para filtrar un pase a Asensio, cuyo remate con la derecha se marchó fuera por centímetros ante un batido Simón.
El estadio no paraba de rugir, y el Athletic no bajaba los brazos. Se sabía que el Madrid iba a tener que dejarlo todo minuto a minuto si quería sacar los tres puntos. En el minuto 72 entró Modric por Asensio, buscando tener más control de balón. Y apenas 6 minutos después, un córner que remató Yuri desde la medialuna fue detenido por Courtois, y el rebote quedó para Iñaki Williams quien remató en fuera de juego creado por Guruzeta.
Ancelotti volvió a mirar al banquillo y puso a Rodrygo en el 82 por Vinicius, y a Kroos en el 84 por Ceballos. Ambos jugadores entraron muy frescos y verticales, ante un Athletic que estaba acusando el intercambio de golpes.
Y como se está haciendo costumbre, con el final del partido ya cercano, y los locales volcados al ataque, el Madrid noqueó. Rodrygo entró en una diagonal, y ante la marca de tres rivales, dio un pase a Toni Kroos, quien besó el balón con una delicada pero venenosa rosca para el segundo gol merengue. Cosas del futbol, ante el Villarreal fue Ceballos quien anotó cuando entró en sustitución de Kroos. Hoy fue el teutón el que aprovechó para anotar, entrando precisamente por el utrerano.
Notas al cierre
El equipo deja una buena imagen. Hoy todos salieron con el cuchillo entre los dientes y con el mono de trabajo. Como nos gusta decir, no era un partido para violines. Era un partido para los que ponen velocidad y tocan los tambores. Ancelotti se las está ingeniando para sumar jugadores comprometidos, justo cuando vienen enfrentamientos importantes antes del Mundial de Clubes. Y a la vuelta de la esquina, un viejo conocido – el Liverpool.
A pesar de que sólo ha transcurrido un mes, muchos madridistas hemos sufrido un siglo. Y es que así es nuestro Real Madrid. Hay que estar preparado para la montaña rusa emocional a la que nos somete ser seguidores del mejor equipo del mundo. Con el Real Madrid todo es lucha y rendición. Esperanza y desasosiego. Ganas de quemar la casa hasta los cimientos y, al minuto siguiente, saltos de gozo. El Real Madrid siempre vuelve.
Como siempre, los esperamos en las imperdibles charlas en el canal de Twitch de Meritocracia Blanca twitch.tv/meritocraciablanca.
Ya será hasta la próxima Crónica desde Down Under. ¡Hala Madrid y nada más!