Calma, madridista; espabila, Real Madrid

1994, el árbitro pita el final del encuentro y el FC Barcelona es campeón. Pero no, no se trata de la Liga masculina, en la que el penalti fallado por Djukic le otorgaba el título a los azulgranas, sino la por aquel entonces modesta Copa de la Reina. El equipo culé, aún no plenamente oficial como otras secciones del club, levantaba su primer título.

Las historias de los equipos femeninos de Real Madrid y Barça, tan diferentes como lejanas en el tiempo

Habían pasado 24 años (1970) desde que el germen de lo que hoy conocemos como FC Barcelona Femení veía la luz. Lo haría bajo el nombre de “Selecció Ciutat de Barcelona”, que apenas un año más tarde sería renombrado “Peña Femenina Barcelonista”. No era una sección del club catalán, pero sí estaba esponsorizada por el mismo.

Hasta 1988, donde cambiaría su nombre a “FC Femení Barcelona”, no nacería la Liga Española Femenina, y en esos 18 años tan sólo una Copa Generalitat, torneo regional precedente de la Copa Catalunya, engordaría la vitrina de ese club, levantándolo en 1985. Habría que ser justos y mencionar que la Copa de la Reina no empezaría hasta 1983, pero el primer y único título a nivel nacional del club sería aquella lograda en 1994 hasta hace bien poco.

En 2001, con la creación de la actual Superliga femenina, el Barça integraría plenamente a su sección femenina como una oficial dentro del club, pero empezaría desde la Segunda División. Pero pese a ascender en 2004, volvería a descender en 2007, llegando incluso a considerarse seriamentee la disolución de la sección.

Poco a poco, y paso a paso, llegaría el ascenso el año posterior y su establecimiento como un equipo de la parte alta de la tabla. En 2011 llegaría la segunda Copa de la Reina de su historia, 17 años después de la primera. En 2012 lograrían su primera Liga, una década entera después del establecimiento oficial del club como sección reconocida.

Hasta 2019 más o menos no se convertiría en el monstruo hegemónico cuyos únicos títulos nacionales perdidos serían la Copa del año pasado (por alineación indebida) y la Supercopa de 2021, por penaltis en semifinales.

En Europa no llegaría la primera participación hasta 2013, cayendo por 0-7 global en dieciseisavos de final ante el Arsenal. Al año siguiente sería el Wolfsburgo quien en unos meritorios cuartos les dejaba en la cuneta con un 0-5 global. Su primera semifinal sería en 2017, perdiendo ante el PSG por 1-5, y su primera final en 2019, cayendo ante el Lyon en 2019 por 1-4.

En 2021 lograrían el primer título europeo derrotando con contundencia (3-0) al Chelsea en la temporada “del COVID” a puerta cerrada. Y tras otro duro varapalo ante el Lyon en 2022 (1-3 en la final), la temporada pasada conseguirían su segunda Champions, la primera con público presente, tras remontar al Wolfsburgo por 3-2. Título que, por favoritismo, parecen indicadas a repetir la presente campaña.

Un largo trayecto desde 1970 en el que, por fin, parecen recompensadas como las mejores del mundo. Si queremos ser muy exactos, un proyecto que empieza en 2001 y que en 2023 logra la gloria total.

La otra cara de la moneda

En el otro lado del ring aparece el Real Madrid Femenino. Su germen particular, el CD Tacón, nacería en 2014, logrando el ascenso a la Superliga en 2019 tras ganar la Segunda División (lo más parecido a un título que tiene la sección) y siendo adquirido por el club blanco esa misma temporada.

Athenea del Castillo, celebrando un gol en un partido de esta temporada

Tras una discreta primera temporada, se lograría el subcampeonato el año siguiente, y desde ese momento jamás se perdió un puesto de Champions League. Nunca logró un título, llegando a semifinales y final de Copa de la Reina en 2022 y 2023 respectivamente, pero claudicando en ambas ocasiones, ante el Barça y el Atlético de Madrid.

En Europa siempre se clasificó para la Fase de Grupos, pero sólo pudo pasar a cuartos en 2022, siendo eliminadas por el Barcelona con un global de 8-3. Aún no pudo ganar ninguno de los 14 clásicos que ha disputado (recordemos que los chicos se pasaron entre 1983 y 2003 sin ganar en el Camp Nou en Liga), y únicamente ganó tres de los 11 derbis, perdiendo además ante los últimos la opción de lograr su primer entorchado el año pasado.

El madridista medio, con razón, exige que el club invierta más recursos en el femenino. Y que la cultura ganadora donde ser segundo es ser el primero de los perdedores quede instaurada. Y no la caricatura de Toril del domingo pasado, dejando caer que todo va bien. Que mucho esfuerzo y vale. Que ya ganarán. Eso, concretamente eso, es intolerable.

Pero no olvidemos. Nos enfrentamos a un monstruo que nace en los 70, se oficializa en los 2000 y lleva siendo bandera de su institución por los malos resultados en el masculino y basket desde hace ya más de un lustro. Y que además aglutina la mejor recopilación de jugadoras que ha dado España en su historia.

Este Barcelona, que bien podría ser el de Guardiola en 2011, se enfrenta a un Real Madrid cuya mejor comparación no sé si podría ser el de aquella de inestabilidad de principios de los 90, la de chollo y remiendos de finales de la primera década de los 2000 o al de casi amateurismo y posguerra de los 40. En defintiva, un imposible.

Calma al aficionado, porque el desafío es el que es. Derrotar al FC Barcelona hoy en día es una quimera. Un día se hará, quizás casi por accidente la primera vez, pero caerá. Espabila al club, porque, aunque ese trono sea inexpugnable, tu deber es intentarlo y dar la sensación que un día caerá por propio peso, y porque ni el Atlético en las Copas de 2023 y 2024, ni el Madrid CFF de 2021 son equipos para derrotarte así. Ni el Hacken o Paris FC de esta temporada son como para quedar últimos en Europa.

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