Real Madrid 1-3 AC Milan: «De mal en peor»
El Real Madrid ha visto agravada su, en principio, incipiente crisis con una nueva derrota en casa y otra vez ofreciendo una imagen pésima, en un encuentro muy similar al de hace 10 días ante el Barça. Un partido en el que, de no ser por Lunin -que cuajó si no su mejor partido, uno de los mejores que ha jugado en el club blanco- la goleada podría haber sido incluso más escandalosa.
De nada sirvió el gol de penalti anotado por Vinicius para igualar el tanto de Thiaw a los pocos minutos porque una pésima actuación colectiva, unida a varios jugadores que no dieron la talla, el Milan anotó dos tantos más que, como digo, pudieron haber sido al menos dos o tres más, especialmente en una segunda parte dantesca de los de Ancelotti.
Primera parte con derrota madridista parcial al descanso
El partido comenzó con un espectacular y emotivo minuto de silencio, respetado escrupulosamente por todo el público del Bernabéu, mientras un tifo con una gigantesca senyera valenciana era desplegada en la grada, al tiempo que sonaba el himno de la Comunitat por megafonía, como sentido homenaje a las víctimas de la DANA que asoló la pasada semana dicha Comunidad Autónoma
El Real Madrid saltó al campo con el equipo habitual, salvo el esperado cambio de Lunin por Courtois bajo los palos. Lucas Vázquez, Militao, Rüdiger y Mendy estarían en defensa, mientras que Modric, Tchouameni, Valverde y Bellingham ocuparían la medular, con Vinicius y Mbappé en punta.
Y no arrancó mal el Real Madrid, más bien todo lo contrario. Se presionaba arriba y se lograba mantener a raya al Milan, al que le costaba un mundo sacar la pelota y Mbappé ya puso a prueba a Maignan con un disparo desde la derecha que salió rozando el palo.
Sin embargo, y como consecuencia de un síntoma de algo que es ya mucho más que una enfermedad, el Real Madrid encajó el primero de la noche a los 11 minutos y en el primer tiro a puerta milanista. Córner botado desde el perfil izquierdo madridista por Pulisic y Thiaw, completamente solo y ante la pasividad de Tchouameni, conectó un certero testarazo que batió a Lunin.
El Real Madrid no perdió la cara al partido y rápidamente se puso manos a la obra para recuperar el terreno perdido y nada más encajar, tanto Vinicius como Mbappé tuvieron sendas ocasiones para lograr la igualada. Una igualada que llegó en el minuto 22, cuando Vinicius se inventó un regate en el área ante Emerson, que le derribó claramente. El penalti lo ejecutó le propio Vinicius con un excelente «panenkazo» y el empate subió al marcador.
Pero el Real Madrid no estaba centrado y el equipo, como en otras ocasiones, poco a poco se empezó a partir en dos por el centro del campo, lo que fue aprovechado por la medular del Milan, que se fue viniendo arriba liderada por un espectacular Reijnders, quien pudo marcar con un disparo desde la frontal, respondida por Lunin con una gran mano abajo.
El desastre se empezó a cimentar cuando en el minuto 38, Tchouameni -horrendo toda la noche- falló un pase sencillo a Vinicius en el centro del campo. Esto provocó una rápida contra milanista liderada por Pulisic y facilitada por la pasividad de toda la medular madridista. Ni Vinicius ni sobre todo Modric movieron un músculo para recuperar el balón.
El norteamericano entró como un cuchillo en mantequilla por la banda izquierda y asistió a Leao, que estaba completamente solo en el punto de penalti. El portugués, pésimamente defendido por un Tchouameni, que había llegado tarde, bajando a trote cochinero, y ni tampoco por Militao, se revolvió con comodidad y a la media vuelta disparó duro y raso pero se encontró con la mano salvadora de Lunin.
Sin embargo, el balón quedó muerto en el corazón del área y Morata, que seguía la jugada por el centro, aprovechó el hueco enorme que había dejado la defensa para batir a placer al ucraniano.
Por último, pudo empatar al filo del descanso Mbappé en una galopada de las suyas, de nuevo por la derecha pero su disparo, muy centrado, lo desvió Maignan aunque no sin apuros.
Hundimiento madridista en la segunda parte
La segunda mitad comenzó con un doble cambio por parte de Ancelotti. El italiano dejó en la caseta a Valverde y a Tchouameni y dio entrada a Brahim y a Camavinga, pero la cosa no pareció dar signos de mejoría para los madridistas, que empezaban a dar síntomas de su endeblez defensiva, especialmente por la banda de Lucas Vázquez, que ya había tenido serios problemas para tapar a Rafael Leao y a Theo Hernández en la primera parte.
En el minuto 52, Musah culminó una gran internada por la banda derecha del Real Madrid con un magnífico centro que Leao remató con un testarazo exquisito que desvió Lunin con una mano inconmensurable cuando ya se cantaba el tercero.
Lo volvió a intentar Mbappé en dos ocasiones casi consecutivas. La primera, en el minuto 63 desaprovechando un gran pase filtrado de Modric e, instantes después, cuando remató alto de forma forzada un excelente servicio de Vinicius con el exterior. Pero nada, el francés sigue gafado de cara al gol y eso lastra a cualquiera.
Y lastra, sobre todo, si la zaga está al nivel de la indigna defensa madridista, blanda como la hez de pavo, como se pudo apreciar en el minuto 73 cuando Reijnders, emulando a Maradona, cogió el balón en su campo, se pudo zafar de la tímida presión de la medular madridista que, para más «inri», estaba con la defensa descolocada y casi en el centro del campo.
El neerlandés se apoyó en Leao, que se deshizo de Lucas Vázquez como si estuviese ante un juvenil una vez más. El portugués vio la llegada del propio Reijnders por el centro y le asistió para que fusilase a placer a Lunin por debajo de las piernas.
En un último arreón, sin ningún orden ni concierto y con el equipo completamente roto y deslavazado, intentó acercarse al área rossonera, buscando el enésimo milagro europeo. Pero no era el día.
Militao falló estrepitosamente en un remate de cabeza franco, que se marchó fuera e incluso ROdrygo, que había entrado minutos antes por un inoperante Bellingham, también pudo acercarse en el marcador.
Quien sí vio puerta fue Antonio Rüdiger en el 83. El alemán anotó con una gran volea, aprovechando un despeje de Maignan pero el VAR, de forma inexplicable, apreció un fuera de juego milimétrico del alemán en el inicio de la jugada y anuló el tanto y, con ello, las mínimas esperanzas para otra gran remontada.
Los últimos minutos acabaron con sendas ocasiones falladas por Vinicius de cabeza y una aún más clara de Brahim, también de cabeza, que ni siquiera les permitió maquillar el resultado y agravando aún más una crisis parece que evidente, tanto de juego como de resultados en la Casa Blanca.
Ficha técnica del partido
Real Madrid: Lunin; Lucas Vázquez, Militao, Rüdiger, Mendy (Fran García, ’74); Tchouameni (Camavinga, ’46), Fede Valverde (Brahim, ’46), Modric (Ceballos, ’63), Bellingham (Rodrygo, ’74); Vinicius y Mbappé.
AC Milan: Maignan; Emerson Royal (Calabria, ’93), Tomori, Thiaw, Theo Hernández; Musah (Pavlovic, ’93), Reijnders, Fofana; Pulisic (Loftus-Cheek, ’70), Leao (Okafor, ’77) y Morata (Abraham, ’70).
Arbitro: Slavko Vincic (Eslovenia). Amonestó a Camavinga, Lucas, Militao y Vinícius, por el Real Madrid; y a Morata y Fofana, por el Milan.