Crónica Rayo Vallecano 1-0 Real Madrid | Jornada 35 Liga Santander

El Real Madrid fue la viva imagen de la impotencia en Vallecas | Rayo Vallecano 1-0 Real Madrid

Rayo Vallecano 1-0 Real Madrid: “Papá, ¿cuándo llegamos?”

Quien tenga hijos sabrá lo terriblemente insoportable y largo que se hace un viaje por carretera, con esa conocida cantinela martilleando los oídos cada 10 kilómetros y la inevitable “Papá, ¿cuándo llegamos?”. Pues bien, así de tedioso e insufrible se me está haciendo este final de temporada del Real Madrid.

Un final de temporada que, salvo excepciones honrosas como lo fue el partido ante el Athletic de Bilbao (que visto lo visto fue un mero espejismo), está siendo infinitamente peor de lo esperado, con unos jugadores sin alma, rotos, sin ganas de luchar ni de defender mínimamente el escudo de un club que, por cierto, les paga religiosamente sus jugosos sueldos.

Lo vivido anoche en Vallecas ha sido el enésimo acto de esta astracanada que nos está brindando el equipo, donde estamos viendo lo peor de cada uno de los jugadores, sus miserias deportivas y, sobre todo, una alarmante falta de profesionalidad a la hora de saltar al campo a defender algo tan sagrado como lo es (o al menos lo debería ser) el Real Madrid.

Anoche volvimos a ver la imagen más indolente, pasota, negativa y abúlica de un equipo sin alma, que al igual que los aficionados parece estar preguntándole sin parar a Zidane cuánto queda para acabar, haciendo que el viaje que ha supuesto esta temporada nefasta, se haya vuelto insoportable.

Un arbitraje tan sibilino como indecente

Dicho esto, no quiero dejar pasar la ocasión de volver a denunciar cómo este auténtico tinglado infecto que representa la Liga española, que por cierto, ya tiene ganador oficial y que compartirán ex-aequo el FC Barcelona, en lo deportivo, y Tebas, Roures y Rubiales en lo institucional.

Anoche el Real Madrid, como ya le pasó ante el Getafe, vivió el enésimo episodio de maltrato arbitral y de doble rasero en la aplicación del VAR. Los de Jémez ayer, como los de Bordalás el pasado jueves en Getafe, se emplearon muy duro, en ocasiones muy por encima del reglamento.

De hecho, el colegiado González Fuertes llegó al contrasentido de señalar hasta ¡21 faltas! en contra del Real Madrid, algunas muy duras y apenas mostró dos tarjetas amarillas (la segunda por protestar y casi al final del partido) mientras que los de Zidane, que tan solo cometieron seis faltas, se volvieron a casa con nada menos que cinco amarillas.

Momento en el que Kroos es retirado sangrando tras el codazo de Suárez Rayo Vallecano 1-0 Real Madrid

Además, le perdonó la expulsión a Mario Suárez, que ya tenía una amarilla, tras golpear de forma, cuando menos temeraria, sobre la cabeza de Toni Kroos, provocándole una grave brecha, que necesitó de varias grapas para su sutura.

Por contra, el penalti que le señaló a Vallejo, a instancias del VAR, por un leve contacto tras un forcejeo entre Vallejo y Javi Guerra, contrasta mucho con otros no señalados por otros colegiados al Real Madrid esta temporada, infinitamente más claros (p.ej. el de Rulli a Vinicius) u otros no señalados al Atlético de Madrid o a la Real Sociedad, VAR mediante incluso.

De hecho, en la primera mitad, minutos después del gol rayista por medio del citado penalti, hubo un agarrón a Mariano en el área pero el mismo árbitro, auxiliado por los mismos que habían apreciado el claro derribo de Javi Guerra ante Vallejo, no fueron capaces de ver la misma intensidad en el agarrón -que existió- al delantero madridista.

¿Significa que eso es una excusa para la derrota? En modo alguno, el Real Madrid podría haber jugado 200 minutos y no habría marcado un gol pero que a nadie se le escape que no es en absoluto incompatible hacer un mal partido y que el árbitro te termine de condenar, como pasó ayer y como vimos, por desgracia ya en varios tramos de la pasada temporada y en parte de ésta.

Una lamentable primera parte marcada por el VAR

El partido fue soporífero y, a pesar del “picante” que Zidane le quiso poner, alineando un “once” bastante revolucionario, con un 4-4-2, prácticamente nuevo y totalmente diferente al que, por ejemplo, jugó el jueves pasado en Getafe, lo cierto es que el Real Madrid dio enseguida muestras de que aquello no carburaba en absoluto.

Un “once” marcado por las rotaciones que no dio la talla | Rayo Vallecano 1-0 Real Madrid

La primera mitad, en la que los blancos, ayer de rojo, deambularon por el campo, nos dejó bastantes pocas cosas. La primera y más importante, que el Real Madrid tiene bien protegida la puerta. Hoy, con Courtois bajo los palos, el belga se despachó sendos paradones ante Pozo, minutos antes del gol rayista, que vinieron por cierto, de dos graves fallos defensivos madridistas.

La segunda, aunque ésta es sobradamente conocida,la falta de puntería de los jugadores madridistas, que para más inri hoy no contaban con el único goleador del equipo, Karim Benzema. Ni Marcelo, en un gran disparo lejano nada más empezar, ni Bale (especialmente el galés), unos minutos más tarde, anduvieron finos para batir a Alberto.

En el minuto 20 se produjo la primera gran jugada polémica de la noche cuando González Fuertes, que en un principio había dejado seguir la jugada, decretó un más que riguroso penalti de Vallejo a Javi Guerra a instancias del VAR.

Los asistentes interpretaron que el central maño había derribado al atacante franjirojo en lo que parecía una mera disputa por la posición, cuando éste iba a rematar en el área pequeña un gran pase desde la banda de Alex Moreno.

Esta caída de Javi Guerra ante Vallejo dio lugar a un polémico penalti | Rayo Vallecano 1-0 Real Madrid

Tras unos minutos de incertidumbre, finalmente Gonzáez Fuertes señaló la pena máxima que Embarba se encargó de ejecutar con maestría engañando a Courtois.

En ese momento, los de Zidane -que ya venían avisando en los últimos minutos- desapareció del campo como equipo, con un centro del campo encabezado por Modric y Ceballos, que se había convertido en una auténtica máquina de perder balones, y un defensa que hacía aguas constantemente por ambas bandas.

Sin mucho más, salvo un gol bien anulado a Mariano por fuera de juego y las protestas del jugador hispanodominicano tras un agarrón en el área rayista que el colegiado asturiano, de nuevo a instancias del VAR, ignoró, el partido se fue al descanso, no sin antes dejarnos una escalofriante entrada de Mario Suárez a Ceballos, muy al límite entre la amarilla y la roja, apenas un par de minutos antes de cumplirse el tiempo reglamentario.

El Real Madrid, la viva imagen de la impotencia

La segunda mitad fue más de lo mismo. En esta ocasión y, a diferencia de otros partidos como el de Huesca o Leganés, la charla de Zidane en el descanso -si es que la hubo- no surtió efecto y el equipo siguió en la misma dinámica. Ritmo cansino, sin profundidad y un sinfin de balones perdidos, en un síntoma claro de impotencia.

Es más, en el minuto 55 Bebé estuvo a punto de batir a Courtois con un gran disparo desde fuera del área y al que reaccionó el belga con una excelente parada abajo, junto al palo derecho.

En el minuto 58 González Fuertes, inexplicablemente, le perdonó la segunda amarilla a Mario Suárez cuando, de forma alevosa, golpeó con su codo sobre la nuca de Toni Kroos en un balón dividido en el que el alemán tenía ventaja, provocándole una enorme brecha, de la que tuvo que ser atendido en la banda.

Brahim intentó ser el revulsivo madridista pero sin éxito | Rayo Vallecano 1-0 Real Madrid

Al filo de la primera hora, Zidane dio entrada a Brahim en el campo en lugar de Ceballos buscando la profundidad y el desborde, hasta ahora inexistentes en el ataque madridista pero la fórmula tampoco funcionó. Y no será porque el chico no lo intentó pero era demasiada batalla para él solo.

Los últimos 20 minutos del partido, con Isco y Lucas Vázquez por Modric y Mariano respectivamente, tampoco fueron gran cosa. Los de Jémez se atrincheraron atrás, buscando salir a la contra mientras que el Real Madrid tocaba y tocaba -y perdía y perdía- balones en el centro del campo y apenas creaba peligro.

Sí, mucho control de balón pero no había profundidad y Alberto se pasó el último tramo de partido como un espectador más, ya que los de Zidane no volvieron a tirar entre los tres palos hasta el final del mismo.

Y mientras el Real Madrid se iba cargando de tarjetas, algunas ridículas, y el Rayo se hartaba de perder tiempo, llegando incluso a meter dos balones en el campo, el partido fue muriendo hasta que transcurrieron con más pena que gloria los casi seis minutos de prolongación que concedió el colegiado y el Real Madrid puso una piedra más en su tumba deportiva de este año, en su décima derrota de la temporada.

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